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jueves, 30 de abril de 2009

Leopoldo Marechal en nuestro rincón poético

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Del Árbol


Hay en la casa un Árbol
que no plantó la madre ni riegan los abuelos:
solo es visible al niño, al poeta y al perro.

Su primavera no es la que fundan las rosas:
no es la vaca encendida ni el huevo de paloma.
Su otoño no es el tiempo que trae desde el mar
caballos irascibles, por tierras de azafrán.
Al Árbol suben otras primaveras e inviernos:
el enigma es del niño, del poeta y del perro.

Cuando la primavera sube al Árbol-sin-nombre,
vestidos de cordura florecen los varones;
y Amor, en pie de guerra, se desliza
de pronto a la sabrosa soledad de las hijas.
Entonces el sabor de algún cielo perdido
desciende con el llanto de los recién nacidos.
Pero cuando el invierno lo desnuda y oprime,
sobre los techos llueven sus hojas invisibles,
y, horizontal, cruza las altas puertas
alguien que por el cielo desaprendio la tierra.

Hay en la casa un Árbol que los grandes no vieron:
el enigma es del niño, del poeta y del perro.

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miércoles, 29 de abril de 2009

Algunas observaciones sobre la presentación de casos

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por Marta Serra Frediani
Seminario del Campo Freudiano
Barcelona, 20 de octubre de 2007


Cada sesión del Seminario del Campo Freudiano en Barcelona, desde sus inicios en 1985, consta de dos partes diferenciadas: el seminario de textos, que corre a cargo de un docente, y el seminario de casos clínicos, en el que este comparte tiempo de trabajo con dos practicantes, practicantes del psicoanálisis, que “exponen” un caso de su práctica. Hoy, primera sesión del Seminario del curso 2007-2008, no tendremos casos, pero sí intentaremos producir un debate en la sala sobre el contenido y la forma de los mismos, así como su función en la formación del analista y en la transmisión del psicoanálisis. Para ello he preparado “algunas” observaciones, items, con el ánimo de invitarles a todos a participar en una discusión constructiva.
1. Todo sujeto es un caso clínico. – Esto se puede afirmar tomando la definición del diccionario Maria Moliner: “Caso clínico: cada manifestación individual de una enfermedad, especialmente si no es habitual” . Si mantengo mi afirmación, ¿cuál es la enfermedad que compartimos los humanos de la que cada sujeto es una manifestación individual no habitual? La especie humana está enferma de lenguaje. Es paradójico que eso que la hace “superior” a las otras especies, la presencia y la potencia de lo simbólico, sea también su dolencia común: no hay relación sexual, no hay una relación fija, escrita, determinada con la cual un hombre o una mujer puedan reconocer su partenaire. Para las otras especies, el instinto alcanza. De esa “enfermedad común”, cada sujeto es un caso en tanto inventa una solución particular al problema, su síntoma. Cuando esa solución encuentra un tope, un tropiezo, que le deja al desnudo frente a “lo imposible de soportar” se pone en evidencia la dimensión clínica del caso porque, mientras uno es capaz de arreglarse solo puede decirse que tiene síntomas, pero no los aborda en tanto clínicos.
2. Un caso clínico no es un caso práctico. – El caso práctico es una modalidad de aprendizaje o de evaluación de un saber constituido. Se utiliza en multiples disciplinas, tan distantes como pueden ser la medicina, la macroeconomía y la psicología cognitivo-conductual. El caso práctico apunta a un “hacer saber”, hacer saber –o evaluar si ya se sabe– la manera en que debe ser tratado un problema concreto, manera que si es repetida idénticamente, producirá los mismos resultados exitosos. Cuando Lacan decía “hagan como yo, no me imiten” (1), rechazaba la repetición, la imitación, la copia como modelo de la práctica analítica. El caso clínico pues, no busca un “hacer saber” sino la transmisión de un “saber hacer” particular de cada practicante respecto a cada caso concreto.
3. El caso clínico apunta a lo singular, no a lo colectivo. – Lacan, a la pregunta: “¿qué me está permitido esperar? (de un análisis)” responde en estos términos: “sacar en claro el inconsciente del que usted es sujeto”(2). Esa es la articularidad del saber inconsciente: es un saber que organiza la vida del sujeto para enfrentar la falta de relación sexual, un saber del que el sujeto es responsable y del que, sin embargo, no sabe nada. Por tanto, el análisis no es el camino de la verificación de un saber ya allí, un saber constituido, sino el encuentro, siempre, de un saber nuevo, único de cada sujeto que atañe a la singularidad de su solución. La última enseñanza de Lacan acentúa la cuestión de la singularidad en tanto diluye el refugio que las categorias clínicas nos daban: la forclusión, ahora, se generaliza a todo ser hablante. El neurótico no es sino un caso particular en el cual el Nombre del Padre es lo que permite el anudamiento entre los tres registros. La singularidad del caso tiene que ver, entonces, con la modalidad de goce del sujeto y su saber hacer con él. Y luego están las particularidades que un sujeto –no pudiendo apoyarse en ese significante– ha encontrado, o inventado, como solución para anudar real, simbólico e imaginario: ahí encontramos una variedad infinita por explorar. Es de alguna de esas singularidades de las que se da cuenta en el caso clínico.
4. El caso clínico pone en tensión teoría y práctica. – Todo el edificio teórico de la disciplina psicoanalítica está en juego en cada caso clínico. No hay excepciones a eso. Sin embargo, hay una diferencia entre el caso clínico y el caso expuesto, ya que este último, el caso expuesto, incluye un acotamiento del practicante, y su exposición privilegia algún punto concreto que se quiere subrayar. La exposición se centra especialmente sobre un momento de la cura, ya sea de inflexión o de cambio, un punto de vista retroactivo sobre lo que se ha producido en el trabajo analítico respecto a un concepto o la perspectiva del trabajo que se puede imaginar por delante... Como sea: nunca el caso es todo. Si hay construcción del caso por parte del practicante es precisamente esa: el ordenamiento alrededor de un eje central que –enmarcado con citas o legible entre líneas– es teórico, y con el cual el caso particular, del analizante particular, mantiene una relación de tensión: ya sea problematizándolo o ejemplificándolo.
5. El caso clínico muestra que el sujeto está afectado por su historia no por su biografía. – La biografía de un sujeto no tiene la menor utilidad para la construcción de un caso ni para la dirección de una cura. De entrada, porque el psicoanálisis es un tratamiento sólo aplicable al material producido por un sujeto, esto es, el material subjetivo, y nada puede ni pretende con lo objetivo. Sin embargo, la historización del sujeto sí es importante, porque en ella se pone en primer plano su responsabilidad –que, a fin de cuentas, es con lo único que contamos– al recortar las marcas que consintió que sus mayores dejarán en él, los puntos de inflexión que permitió que tuviera su vida, las repeticiones que produjo y, con todo ello, se podrá aislar qué de lo real se le presentó de manera traumática. Lacan, finalmente, decía: “Lo que enseñamos al sujeto a reconocer como su inconsciente, es su historia”(3).
6. Un caso clinico evidencia la orientación por lo real. – Para Freud no fue difícil descubrir que los sueños, con su trabajo simbólico de condensación y desplazamiento, tenían como meta una satisfacción pulsional inconsciente, un goce, en términos de Lacan. Le llevó algo más de tiempo extraer la consecuencia clínica que implicaba el hecho de que esa misma satisfacción pulsional arraigaba en los síntomas: el desvelamiento de la significación por la interpretación no los hace desaparecer. Por tanto, aquello que lleva a un sujeto a demandar un análisis, su síntoma, aparece en el caso clínico como siendo, en si mismo, la modalidad que el sujeto encontró para tratar con el lenguaje el goce que habita su cuerpo. Y es ese goce, real, el que orienta la experiencia analítica. Freud lo localizó, Lacan lo formuló y Miller lo ordenó en seis paradigmas. Así, el psicoanalista lacaniano está advertido contra el “furor sanandi”, y lo que busca es acompañar al sujeto en su tarea de producir, o reconstruir o modificar un anudamiento de los tres registros que le permita soportar lo irreductible del goce.
7. El caso clínico incluye el trabajo del analizante y el acto del analista bajo las condiciones de la transferencia. – El analizante hace uso de una herramienta, la asociación libre, y con ella realiza dos tareas, la rememoración y la construcción. De alguna manera, el recuerdo, como la construcción, es una elaboración significante. Por tanto, la una no va sin la otra porque los recuerdos aparecen –o, habiendo estado siempre ahí, toman un valor inesperado, una nueva significación– que produce una construcción, en función de su abordaje bajo transferencia. Pero ese trabajo analizante sería imposible de llevar a cabo sin la dirección de la cura que implica el acto del analista, acto que tiene la particularidad de ser imprevisible en momento y forma, asi como impronosticable en sus efectos sobre el analizante. Sólo apres-coup se puede verificar su eficacia. El caso clínico, pues, debe dar cuenta de la relación de orientación que el acto analítico ha tenido en el trabajo analizante y, al tiempo, de cómo la producción del acto analítico lacaniano no responde a un estándar sino a la singularidad del caso, uno por uno.
8. El caso clínico es fruto de los tres pilares de la formación analítica: análisis, formación y control. – La autorización a la práctica analítica es compleja, ya que no hay título que la favorezca ni certificación que la confirme. Cada analista debe autorizarse por sí mismo, lo que no debe confundirse con que lo haga solo. Lo hace en función de las transformaciones subjetivas producidas en su trayecto analizante, lo hace apoyado en las enseñanzas que recibe de la Escuela, lo hace comprometiéndose al control de su acto en la supervisión y lo hace aceptando el control de sus producciones por sus iguales. Así fue como lo recomendó Lacan en su “Acto de fundación de 1964”. Del caso clínico que presenta, sin embargo, o precisamente por eso, tan sólo él puede y debe rendir cuentas.
9. El caso clínico es clave para la transferencia de trabajo de la comunidad analítica. – El objetivo de la presentación de casos clínicos es que sea enseñanza para la comunidad analítica. El practicante – como ya he dicho– expone el trabajo analizante y expone su acto analítico pero, para que el efecto de enseñanza se pueda llegar a producir, es imprescindible un tercero que se sienta concernido: el auditorio. El auditorio concernido, entonces, también se expone, y lo hace con sus preguntas, sus aportaciones e incluso –¿por qué no?– con sus discrepancias. Ciertamente, las coordenadas de un caso se juegan en la intimidad de la relación analítica entre analizante y analista; para algunos el compromiso ético con el psicoanálisis se sella así y desarrollan su práctica en soledad pero, cuando uno desea y acepta pertenecer a una comunidad de trabajo como la nuestra quiere decir que consiente y elige que su práctica sea util a alguien más que sus analizantes.
10. El caso clínico contempla la ética y la ley. – Freud descubrió una ley de protección de datos sobre la que fundó el psicoanálisis, ley que hace inaccesible al sujeto su propio inconsciente: la represión. Ella constituye una de las paradojas de la práctica analítica en lo concerniente a la información: el sujeto viene a pedirle al analista que le dé su saber supuesto y el analista sólo puede empujarle a hablar, a la espera de que entre sus palabras, finalmente, el propio sujeto lo revele. Entonces, respecto a lo dicho al analista ¿a qué podría creer tener acceso el sujeto sino a lo que él mismo le ha confiado? Sin embargo, la relación de secreto está en la base misma de la relación analítica. La confianza del paciente en el analista pasa por una regla ética fundamental: no debe decir lo que escucha, y esto es sin límites: no debe decir lo que escucha sobre él o sobre sus allegados, sobre su historia, sobre su vida cotidiana... a otros. Si hoy debemos, además, tener en cuenta la “Ley de protección de Datos de Carácter Personal” que desde el año 1999, se aplica en España (4), debemos subrayar que la cuestión ética del psicoanalista va, incluso, más allá de la ley. ¿Cómo exponer entonces un caso clínico? Que la ética analítica se mantenga en la exposición de un caso y que se haga “conforme a ley” depende de que la construcción del mismo no incluya datos que desvelen la identidad del analizante ni –es importante– permitan llegar a averiguarla: esto es, “la persona” no debe ser identificada ni identificable. Y, actualmente, eso no se asegura simplemente teniendo en cuenta el auditorio concreto al que nos dirigimos en la exposición; la información circula mucho más allá de lo que podemos imaginar. Desde el punto de vísta ético lo que importa es respetar la intimidad –que no necesita ser expuesta en detalle para mostrar las líneas de fuerza–; abstenerse de hacer un juicio sobre las elecciones de vida de un sujeto, sobre las actitudes de los que le son próximos y no estigmatizar su entorno. Presentar un caso clínico es pues un verdadero trabajo de escritura que incluye el tacto y la discreción manteniendo la exigencia de precisión.
Hasta aquí mis observaciones; como los mismos casos clínicos, son sólo una parte, no son el todo. Me propuse escribir 10 puntos, creo que Vds. encontrarán algunos más para sumar.

Bibliografía citada:
1. Lacan, J. “La tercera”, en Intervenciones y textos 2, Manantial, Buenos Aires, p. 81.
2. Lacan, J. “Televisión” en Autres ecrits Seuil, Paris, 2001, p. 543
3. Lacan, J. “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis” en Escritos I, Siglo XXI, 2001, p.251
4. Ley de Protección de datos de Carácter Personal de 1999: “tiene por objeto garantizar y proteger, en lo que concierne al tratamiento de los datos personales, las libertades públicas y los derechos fundamentales de las personas físicas, y especialmente de su honor e intimidad personal y familiar”.
Otra bibliografía consultada:
1. Briole, G. “L’effet de formation dans la présentation de cas », en Revue La cause Freudienne, número 52.
2. Lacan, J. El seminario 7: la ética del psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires, 2000.
3. Lacan, J. “Acto de fundación. 21 de junio de 1964”, incluido en los textos estatutarios del Anuario de la AMP de 1998.
4. Lacan, J. El seminario 23: El sinthome, Paidos, Buenos Aires, 2006.
5. Miller, J-A. La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2003.
6. Miller, J-A. El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2000.
7. Miller, J-A y otros. La psicosis ordinaria, Paidós, Buenos Aires, 2003.
8. Liminaire des XXXèmes Journées de L’École de la Cause Freudienne.
Marta Serra Frediani
20 de octubre de 2007
http://www.elp-debates.com/


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lunes, 27 de abril de 2009

La misteriosa aventura del lenguaje

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por Dr. Enrique O. Abeyá Gilardon
Comité Nacional de Crecimiento y Desarrollo


Cuando cerca del año de vida un niño dice inequívocamente mamá marca en ese momento un hito de un largo camino en la construcción de su lenguaje, que recorre acumulando en su memoria palabras y los fonemas (alrededor de 30) que las componen, construyendo los significados de esas palabras e incorporando la gramática que da sentido a la sintaxis que le es propia a esa lengua materna, sea ésta el castellano, el quechua o el japonés.
Aún hoy es un misterio cómo los niños adquieren el lenguaje, una característica única que claramente diferencia a nuestra especie de cualquier otra y que permite el pensamiento y el desarrollo de la cultura. Investigaciones desarrolladas por biólogos, lingüistas y antropólogos culturales encuentran similitudes interesantes en estos procesos entre los niños y, particularmente, algunas aves canoras.1
Los niños van captando y acumulando el "habla" de su ambiente y detectan los fonemas a partir de su frecuencia y repetición. Posteriormente por imitación comienzan a producir esos sonidos y fonemas con la entonación y ritmo que son propios de la lengua de ese ambiente.
Las aves, por su parte, acumulan en su memoria las notas del canto de las aves adultas, así como los silencios entre notas y las características de entonación que le son propias al canto de la especie. Luego imitan a sus adultos y tras un proceso de retroalimentación por ensayo y error logran el canto que tanto admiramos.
Ambos, nuestros niños y las aves, requieren del apoyo e interacción comunicativa con su madre para avanzar en este proceso de construcción del lenguaje, particularmente en los primeros años. En la etapa de balbuceo cuanta mayor y mejor sea la interacción con la madre, el niño realizará más y mejor vocalización, con sílabas más resonantes, todo indicativo de la importancia de esos lazos comunicativos tempranos.2
El trabajo de Lejarraga et al.3 publicado en este número de Archivos presenta por primera vez para nuestro medio los percentilos de edad de adquisición de esta pauta del desarrollo del lenguaje denominada"mamá-papá específico". Esta medición permitirá incorporar a la PRUNAPE esta pauta temprana del desarrollo del lenguaje con toda la importancia que ella implica.
La Prueba Nacional de Pesquisa no permite obtener una medida del desarrollo psicomotor como otras baterías de pruebas, como la de Bayley, sino que, como su nombre lo indica, es un instrumento para la pesquisa de problemas del desarrollo a partir de la observación de la edad de cumplimiento de pautas estandarizadas realizadas en las áreas del lenguaje, social y motricidad, tanto gruesa como fina, de niños desde el nacimiento hasta los seis años.4
En Argentina, en los últimos 15 años se advirtió una creciente preocupación e interés en los ámbitos académicos por el desarrollo del niño y que, además, se ha tomado como propia desde elámbito de las políticas públicas. En efecto, a principios de los años 90, el Ministerio de Salud y Acción Social, conjuntamente con UNICEF y la Sociedad Argentina de Pediatría, y acompañando el Compromiso Nacional a Favor de la Madre y el Niño, emprendieron el programa social que implementó acciones específicas para proteger y promover el desarrollo infantil desde una perspectiva integral, que estuvo expresado en el Programa Materno Infantil y Nutrición (PROMIN) del Ministerio de Salud.
En ese mismo momento se promulgó la ley nacional Nº 23.849 por la que se adhiere a la Convención sobre los Derechos del Niño, quedando ésta finalmente incorporada a la Constitución de la Nación Argentina con la reforma de 1994.
La Organización Panamericana de la Salud, en el 2000, a través de resoluciones de su Consejo Consultivo entiende que el camino para el descenso de la mortalidad y el mejoramiento de la calidad de vida de los sobrevivientes debe incorporar el desarrollo del niño, dando así una visión más integral de su salud.5
La propia SAP renueva implícitamente este interés sobre el desarrollo integral del niño mediante un documento6 del Comité de Crecimiento y Desarrollo y más recientemente, con la realización del X Congreso Argentino de Pediatría Social, uno de cuyos ejes fue la promoción del desarrollo integral infantil.
El Ministerio de Salud acaba de finalizar la obtención de datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud7 mediante un muestreo poblacional probabilístico. Esta encuesta también indagó sobre el desarrollo de niños menores de 6 años tomando como base algunas de las pautas incluidas en la PRUNAPE e incluyendo además la pauta"mamá-papá específico". De esta manera, al finalizar el análisis de los datos se podrá contar para esta pauta con información que permitirá comparar los percentilos de la edad de su cumplimiento entre grupos de categorías contrastantes de variables relevantes como educación, ingreso, residencia. Ya no alcanza que las acciones de salud desciendan la mortalidad y aumenten la esperanza de vida; cada vez serán más importantes aquellas acciones que promuevan la calidad de vida. En este sentido, la incorporación de la medición de mamá-papá específico es un paso adelante.


Bibliografía


1. Kuhl PK. Early language acquisition: cracking the speech code. Nat Rev Neurosc 2004; 5:831-43.
2. Goldstein MH, King AP, West MJ. Social interaction shapes babbling: testing parallels between birdsong and speech. Disponible en: Proc Natl Acad Sci USA 2003;100:8030-5. . [Consulta: 23/08/05].
3. Lejarraga H, del Pino M, Kelmansky D, et al. Edad de la pauta madurativa "mama-papá específico", en una muestra de niños sanos. Arch.argent.pediatr 2005;103(6):514-518.
4. Lejarraga H, Krupitzky S, Kelmansky D, et al. Edad de cumplimiento de pautas de desarrollo en el niño menor de seis años. Arch.argent.pediatr 1996; 94:355-68.
5. Organización Panamericana de la Salud. Salud de la niñez. Resolución CD42/14. Washington, 2000. Disponible en: [Consulta: 23/08/ 05].
6. Comité de Crecimiento y Desarrollo. El desarrollo del niño. Una definición para la reflexión y la acción. Arch.argent.pediatr 2004; 102(3):312-3.
7. Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Dirección Nacional de Salud Materno Infantil. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Disponible en: [Consulta: 22/ 8/05].



Arch. Argent. Pediatr. [online]. Nov.Dec. 2005, vol.103, no.6 [cited 28 April 2009], p.482-483. Available from World Wide Web: . ISSN 0325-0075.

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John Mayall & His Bluesbreakers cantan con nosotros

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All yor love



All the love I miss loving, all the kiss I miss kissing
All the love I miss loving, all the kiss I miss kissing
Before I met you baby, never knew what I was missing

All your love, pretty baby, that I got in store for you
All your love, pretty baby, that I got in store for you
I love you pretty baby, well I say you love me too

All your loving, pretty baby, all your loving, pretty baby
All your loving, pretty baby, all your loving, pretty baby
Since I first met you baby, I never knew what I was missing

Hey, hey baby, hey, hey baby
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, baby, oh, oh, baby
Since I first met you baby, never knew what I was missin


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domingo, 26 de abril de 2009

Foto retocada

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por Enrique Pinti


¿Hasta dónde somos capaces de llegar con las negaciones? ¿Hasta qué punto la vanidad nos borra la objetividad? ¿Creemos acaso que la mentira tiene patas largas? ¿Pensamos que el mundo que nos rodea es tonto? Todas esas preguntas surgen en mi mente perturbada de señor grande cada vez que veo las fotos retocadas -más que retocadas, remanoseadas- de gente pública y notoria a la que en esta época, con muy poco misterio y escandalosa exposición el público, se la puede ver diariamente en la tele, donde a pesar de los filtros y truquitos -absolutamente lícitos y comprensibles, pero que no llegan a la borratina del proceso de photoshop - están en evidencia las marcas que la vida deja en todo bicho que camina.
Un viejo foxtrot llevaba por título Es pecado mentir . Estaba muy de moda allá por los años 40 y, si bien ya lo había dicho antes la Biblia sin tanto swing pero muy clarito, esas mentiras de la vanidad siempre atribuidas al género femenino, pero que todos sabemos son también muy frecuentes en señores que se niegan a pasar al equipo de veteranos, eran y son consideradas inocentes y cuasi libres de pecado. En un mundo que siempre sobrevaloró la juventud y despreció la vejez, es muy lógico encontrar personas que quieran prolongar lo más posible su lozanía y agilidad. Dietas, cirugías y gimnasia forman el cóctel más popular para conservar las delicias de la juventud eterna. La coquetería, lejos de ser un pecado, es una caricia para los que la practican y un solaz para los que la contemplan. Es fantástico ver a personas que, sea cual sea su posibilidad material, se esfuerzan por estar siempre impecables, como recién salidas de la ducha. Pero de ahí al peligroso pacto con el diablo por atrasar el reloj biológico hay grandes diferencias.
El paso del tiempo es un proceso natural al que no se puede vencer con mentiras, gambetas o triquiñuelas. Lo que sí podemos hacer es transitarlo con humor, sensatez y coherencia. Pero, ¿es sensato permitir que se publique una foto de nuestro rostro tan retocada que llegue al límite de hacernos parecer más jóvenes que cuando éramos realmente jóvenes? Porque hay algunas portadas donde la cara famosa es una cara que jamás poseyó ese ser humano sin expresión que sonríe con labios hinchados y mira con ojos de un color extraño, mezclando el color original con el de la lente de contacto y el filtro fotográfico, o sea, un verdadero monstruo de belleza artificial que se asemeja a un cadáver mal maquillado. Y eso no es sentido del humor, sino ridículo grotesco, lugar de donde se suele no volver.
Existen la luz del día, la penumbra del crepúsculo, la oscuridad de la noche y el resplandor del amanecer. Cada cosa tiene su encanto y su peligro. ¿Qué sería de nosotros si viviéramos días eternos o noches sin fin? Seguramente nos volveríamos locos y mucho más neuróticos de lo que somos. ¿Por qué empeñarnos, entonces, en no transitar el camino de la vida con la mejor salud posible, sin claudicar en nuestros placeres desterrando prejuicios? Claro que podemos sentirnos eternamente jóvenes, y eso no se logra en quirófanos mágicos ni con photoshop ; se logra compartiendo nuestras experiencias con jóvenes para actualizarse y no quedar rezagados en cuanto a lo que pasa en el mundo y en los porqués de cada época, se consigue ese estado de gracia contando nuestras vivencias, nuestras equivocaciones, nuestras grandezas y nuestras miserias, debatiendo la utilidad de todo lo nuevo y la perdurabilidad de los valores clásicos -que nunca serán viejos porque significan respeto a la dignidad- y también tomando con humor nuestros achaques, nuestros olvidos y confusiones. Esa artritis, esa miopía o esa sordera que confunde "suerte" con "muerte", "jamón" con "jabón" y "sordo" con "gordo". Riámonos de nosotros con nosotros antes de que se rían los otros, y pensemos que cuando éramos adolescentes también nos olvidábamos de todo y nos decían "cabeza de novio" o "está en la edad del pavo". El ciclo de la vida es así. Nacemos berreando, desnudos y dependientes, envejecemos berreando, vestidos (¡menos mal!) y dependientes otra vez. De cada uno depende que el camino haya sido más o menos penoso, y allí estarán las fotos que, desde la cuna hasta el retiro, irán mostrando qué hicimos bien y qué hicimos mal. Dicen las malas lenguas que después de los 50 años uno tiene la cara que se merece y que por lindo que seas genéticamente y por más cirugías y photoshops que te hagan, allá en el fondo del maquillaje se adivina quién vivió bien y quién vivió al soberano cohete.


La Nación 26/4/2009.-


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Lomo de macho. Cuerpo, masculinidad y violencia de un grupo de simpatizantes del fútbol

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por José Antonio Garriga Zucal
Licenciado en Ciencias Antropológicas (UBA). Magíster en Antropología Social (IDES-IDAES, UNSAM). Doctorando en Filosofía y Letras. Becario de doctorado de Conicet


Hinchadas, violencia(s) y prestigio

Las "hinchadas" de fútbol tienen usos y representaciones corporales que las caracterizan y diferencian, reconstruiremos en estas páginas el modelo corporal que estos actores conciben como legítimo. Con tal objetivo, analizaremos la relación entre estos modelos de cuerpo, los ideales masculinos y las prácticas violentas que los identifican.

"La hinchada" es uno de los nombres nativos con que se identifican uno de los grupos organizados de espectadores que acompañan a un club de fútbol. Éstos son denominados "barras bravas" por el sentido común y los medios de prensa. No utilizaremos este término sino los nombres nativos: como "hinchada", "los pibes" o "la banda". Asimismo, nombraremos como hinchas a los miembros de dichos grupos diferenciándolos del resto de los espectadores.

Las "hinchadas", según sus concepciones, son los únicos espectadores que tienen tres cualidades distintivas que los diferencian y los aglutinan. La primera es la fidelidad. Estos simpatizantes afirman ser aquellos que a pesar de las condiciones desfavorables asisten a los partidos, sin importar si la adversidad tiene facetas deportivas o climáticas o de largas distancias. La segunda cualidad que los caracteriza es el fervor, según sus concepciones, son los únicos espectadores que durante todo el encuentro deportivo saltan y cantan, alentando a su equipo sin importar si éste pierde, gana o empata. La tercera particularidad que los define será ampliamente desarrollada en estas páginas, tiene que ver con las prácticas violentas. Los miembros de "la hinchada" consideran que ponen a disposición del honor del club sus saberes violentos para no ser ofendidos por los adversarios. "Los pibes" consideran que subyacente al encuentro futbolístico se dirimen cuestiones de honor y prestigio del club y de sus simpatizantes que sólo pueden debatirse en el plano de los enfrentamientos. Ramón, en una charla me decía: "no sabés las veces que yo me jugué la vida por Huracán". En esta frase relaciona el honor del club con la violencia y se muestra como actor en la defensa de la virtud de la institución.

Una primera etapa de investigación etnográfica fue realizada entre febrero de 1999 y junio del año 2000 entre los integrantes de "la hinchada" del Club Colegiales. Este grupo, que no supera los cien miembros, simpatiza en una pequeña institución, con menos de 500 socios, que milita en las categorías de ascenso del fútbol argentino. La sede deportiva y el estadio están localizados en el barrio de Munro a unos pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el primer cordón del conurbano.

La segunda etapa fue realizada en el año 2004 cuando realicé un trabajo de campo entre los integrantes de "la hinchada" del Club Atlético Huracán. Ésta es una institución, fundada en 1908, ubicada en el barrio de Parque Patricios en la Ciudad de Buenos Aires. Huracán es uno de los clubes más reconocidos del fútbol argentino, actualmente milita en el nacional "B", pero su historia lo ubica entre los grandes de la primera "A", habiendo obtenido un título en esa categoría. Los simpatizantes de Huracán y la institución reclaman el sexto lugar entre los grandes del fútbol nacional; los cinco grandes son: Independiente, Racing, San Lorenzo, Boca y River.

Una pequeña descripción social de ambos grupos no puede obviar decir que ellos están formados por jóvenes de sexo masculino, pertenecientes a los estratos medios y bajos de la sociedad. "La banda" de Huracán es un grupo más numeroso que la de Colegiales, sin embargo, ambas tienen parámetros comunes al definir modelos corporales, señales de masculinidad y pertenencias identitarias.

La masculinidad y el cuerpo son dos importantes dispositivos sociales donde cada grupo social construye parámetros que delimitan la validez de prácticas y representaciones. A la delimitación de cuerpos, aceptados según los valores grupales, le subyacen formas de identificarse con determinados espacios sociales. La estructuración de cuerpos socialmente diferenciados identifica con un sector social y distingue de otros cuerpos sociales. Las suturas entre masculinidad y cuerpo, ensambles creativos e ingeniosos, nos permite pensar cómo se concibe la pertenencia social y las identidades en este grupo.

Cuerpo y masculinidad en las hinchadas de fútbol

Los integrantes de "la hinchada" poseen usos, representaciones y consumos que se distinguen de otros grupos sociales respecto al cuerpo. Connerton (1989) afirma que las prácticas y las conductas físicas están socialmente constituidas. No sólo las acciones corporales sino también las representaciones y las concepciones no son naturales sino construidas. Ciertas acciones y conductas grupales expresan identidades colectivas a través de las cuales se forma un "nosotros" diferente a un "ellos". Los usos, las prácticas y las representaciones del cuerpo delimitan la pertenencia social, identificando y distinguiendo a los iguales y a "los otros". Boltanski (1975) asevera que el cuerpo es un signo de la posición social y dice que tal vez sea el más importante de estos signos, ya que su significado simbólico no es percibido por los actores.

Bourdieu (1994) sostiene que los grupos sociales llevan a cabo usos y consumos diferenciados y diferenciadores del cuerpo, y que cada sector social posee una concepción corporal. El cuerpo, comúnmente concebido como natural, es en realidad una formación social que exhibe elementos de género, de clase, etc. En los inicios de la investigación aprecié movimientos corporales que parecían exagerados, pero con el tiempo entendí que eran habituales. En cierta ocasión, El Drin, enojado con un compañero, grita: "este pelotudo se toma dos vinos y se descontrola, me viene a apurar... lo mato!... lo mato!... Se cree que es Schawrzeneger, lo agarro y lo desfiguro". La gestualidad y corporalidad desbordante que acompañaba esta frase intentaba confirmar lo que se manifestaba oralmente. Él gritaba y se ponía de pie bruscamente, haciendo que se cayera la silla en la que estaba sentado, al levantar la silla la golpeaba contra el piso, enfatizando la parte del discurso en la que amenazaba matar a su amigo. Bourdieu (2000) señala, que la construcción social del cuerpo sostiene una correspondencia entre lo "físico" y lo "moral", ya que ciertas maneras de mover el cuerpo, el porte, el cuidado, expresan la naturaleza de las personas.

En los discursos de los simpatizantes del fútbol argentino, las canciones y relatos, encontramos un sinfín de elementos que están conectados con identidades masculinas. Los cantos e historias de "los pibes" expresan dimensiones de una competencia que tiene como objeto dirimir quién es en realidad hombre y quién no. Archetti (1985) sostiene que los simpatizantes argentinos son actores del espectáculo futbolístico, que a través de su acción no sólo ponen en juego el prestigio del club sino también la masculinidad de los participantes. Para este autor, el fútbol es un espacio estrictamente masculino, donde los hombres tratan de construir un orden y un mundo varonil (Archetti, 1985). Esta construcción de órdenes se transforma en discursos morales, estableciendo fronteras entre lo permitido y lo prohibido, entre los "atributos positivos y negativos de lo que idealmente se define como masculino" (Archetti, 1985); discursos morales que constituyen prácticas distintivas.

La masculinidad será investigada a lo largo del trabajo como parte de un estilo. Estilo que define un "nosotros" y un "ellos", a través de prácticas y representaciones distintivas. Así se prioriza el estudio de las relaciones con otros estilos masculinos, dando cuenta de dimensiones de poder y jerarquías dentro del mismo género (Rojo, 2001). Podemos de esta forma observar masculinidades hegemónicas y legítimas y otras construidas en forma alternativa a esos modelos dominantes.

Algunos autores afirman que en una misma sociedad conviven varias masculinidades que dialogan en posiciones asimétricas con una "masculinidad hegemónica" (Almeida, 1996 y Araujo, 2004), vinculada a la virilidad en el plano sexual. Otros investigadores han ido un poco más lejos y han afirmado que existe una "pluralidad de masculinidades hegemónicas" (Archetti, 2003) y que su hegemonía es producto de contextos y tiempos diversos. Badinter (1994) dice que en una sociedad existe una multiplicidad de modelos masculinos y que ellos tienen que ver con la clase, el grupo de edad, la etnia, etc.

Partimos del supuesto que este modelo masculino puede ser aceptado por todos los miembros de la hinchada pero eso no la hace hegemónica ni en el mismísimo contexto del fútbol; la ilegalidad de las prácticas válidas es la clave para entenderla como un estilo masculino alternativo que dialoga con lo hegemónico en una posición asimétrica de poder.

Es alternativa porque es perseguida por las fuerzas del orden por su ilegalidad y desaprobada socialmente por hacer de la violencia un valor positivo. Si estamos de acuerdo que no existe "un" modelo hegemónico podemos descontar que la violencia es la señal que desvaloriza y convierte a este estilo en subordinado o alternativo. Esta masculinidad alternativa está distante de otros estilos que reniegan de los elementos viriles (Álvarez, 2004 y Rojo, 2001), por el contrario, redoblan la apuesta viril llevándola al extremo.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar que este estilo, que une cuerpo, virilidad y violencia se combina con otros. Los estilos tienen contextos de actuación, es decir que en una misma persona se yuxtaponen diferentes estilos (Cechetto, 2004). El estilo corporal violento es astutamente exhibido en ciertas ocasiones y en otras no; por ejemplo, ante la policía se ocultan particularidades del estilo ya que pueden ser detenidos o golpeados. Además de este uso instrumental del estilo, los hinchas están atravesados, entrelazados, por "múltiples" discursos que generan distintos estilos. Por ejemplo, "los pibes" que hacen de la violencia un elemento representativo en el contexto del fútbol se los puede observar en ámbitos distintos con prácticas y representaciones que refieren a otros estilos. Para ilustrar, podríamos comentar el caso de un simpatizante que era partícipe de prácticas violentas en el fútbol y se mostraba como un padre dedicado y preocupado en la crianza de su niño, asumiendo que esa era parte de su hombría.

El proceso de construcción de la masculinidad tiene sentido y es referencial al proceso de constitución de la feminidad (Badinter, 1994). Aquí proponemos analizar el estilo masculino en contraposición a otras masculinidades; sin embargo, sería de una miopía analítica no mencionar a la feminidad. Los cuerpos masculinos y violentos están dialogando con una feminidad que observa a sus prácticas positivamente: "los pibes" saben que ser reconocido según estos valores es un recurso para conquistar mujeres. No obstante, aquí analizaremos las edificaciones de género y su relación con modelos corporales observando sólo las relaciones dentro del género, las definiciones intragénero. Pues creemos, como Archetti, que un hombre necesita de una mujer para reafirmar su masculinidad, pero que hay contextos, como el del fútbol, "eminentemente masculinos donde 'los otros' relevantes son los hombres –distintos tipos de hombres" (2003).

El cuerpo de los miembros de "la hinchada" es constituido según distintos parámetros que lo forman y lo delinean; en este trabajo analizaremos tres de esos parámetros constituidores de una corporalidad: un modelo, las prácticas violentas y la resistencia.

Masculinidad y modelo corporal. Gordos y grosos: "lomo de macho"

Los miembros de "la banda" poseen un modelo anatómico de cuerpo masculino relacionado con lo grande. El estilo ideal es el "gordo", denominando de esa forma al cuerpo excedido de peso. Las descomunales barrigas, los vientres rollizos y caídos, los cuellos voluptuosos, los brazos y las piernas rechonchos y musculosos, el pecho ancho y voluminoso son características que responden al tipo ideal de los hinchas. Estas formas corporales, que en otros espacios sociales son mal concebidas, aquí en el contexto de "las hinchadas" del fútbol, tienen gran aceptación y respeto. De la misma forma, los "grosos", aquellos sujetos cuya anatomía es grande, a los que comúnmente se les dice que tienen "buen lomo", ingresan dentro de los parámetros deseados de cuerpo.

En "las hinchadas" encontramos gran cantidad de sujetos cuya anatomía entra dentro de los límites de este modelo. Estos cuerpos que están fuera de los parámetros normales no son ocultados ni disimulados. "Los gordos" con el torso desnudo exhiben su marca distintiva mostrando su voluptuosidad. En otros ámbitos, se ejerce presión sobre aquellos sujetos que exceden las medidas consideradas normales conduciendo a una clara acción de ocultar, de disimular la gordura. Por el contrario, "los gordos" de "la banda" exhiben sus cuerpos, no disimulan sus redondeces ni las ocultan bajo la ropa.

Un integrante de "la banda" conversaba con un compañero mientras colgaba unas banderas, y ante la consulta sobre si estaba más gordo, respondió sonriendo mientras se palmeaba la panza que había aumentado diez kilos. El orgullo de poseer un cuerpo incluido dentro de los parámetros de lo normal para los hinchas se evidenciaba en su sonrisa.

Las anatomías concebidas auténticas, "grosos" y "gordos", tienen su contracara. Los cuerpos estilizados por el trabajo físico, moldeados en los gimnasios, son mal apreciados. "Los patovicas", forma en que se denomina a los grosos del gimnasio, son interpretados como cuerpos que alcanzan dimensiones aceptadas y deseadas pero lo hacen por los medios erróneos. Ser groso sudando en un gimnasio es un artilugio no aceptado por "los pibes".

De esta forma, los miembros de "la banda" se distinguen de otros sectores sociales que privilegian ideales de cuerpos estilizados, resultantes de un entrenamiento físico. Los sujetos anatómicamente mejor preparados para la lucha no son aquellos que tienen grandes cuerpos preparados por ejercicios regulares de entrenamiento. Los cuerpos estilizados a través del trabajo físico de gimnasio son interpretados como artificiales y engañosos, parecen resistentes pero la resistencia es falsa. La grandeza, la fuerza y la dureza no fueron adquiridas en las experiencias cotidianas que moldean tipos "duros" y resistentes. "Los patovicas" pueden ser grosos pero no aguantan como los gordos de "la hinchada" que forjaron sus cuerpos a partir de las experiencias cotidianas del trabajo, del consumo/abuso de alcohol y drogas y de las luchas corporales.

Debemos aclarar que no todos "los pibes" tienen estas características corporales. Ser "groso" o "gordo" no funciona como límite de inclusión a "la hinchada", ya que hay muchos participantes delgados. No obstante, cabe resaltar que son muy pocos los cuerpos trabajados en gimnasio. A pesar de no marcar directamente la inclusión-exclusión en el grupo, estos estilos regulan como legítimas a las representaciones sobre el cuerpo.

Cuerpos violentos. Experiencia(s)

La masculinidad y los discursos que esta identidad genera sólo son posibles de legitimar a través de las prácticas violentas, ya que los miembros de "la hinchada" consideran a la práctica violenta como instrumento de definición de la hombría. El "aguante" es el concepto nativo que relaciona prácticas violentas y masculinidad (Garriga Zucal, 2005).

Un hincha, luego de protagonizar una pelea a golpes de puño con un compañero de "la hinchada", nos decía: "Soy macho porque me la aguanto". El "aguante" es el principal de los bienes simbólicos que poseen los miembros de este grupo y remite al plano del enfrentamiento en su dimensión corporal. Ya que sólo en una lucha, en una acción de disputa física, puede probarse la posesión del "aguante" (Alabarces, 2004). Este bien engloba saberes de lucha corporal, de resistencia al dolor y de carencia de temor al riesgo. Estos saberes y formas de actuar sólo pueden ser probados en una contienda corporal, el cuerpo disputa el "aguante". Entonces, en estas luchas, ya sea contra parcialidades rivales, contra la policía, entre las facciones que conforman la hinchada y entre los mismos integrantes de una facción, se dirime la posesión del "aguante". Este bien simbólico está ligado a la noción nativa de "macho", ya que para "los pibes" las técnicas de lucha y de resistencia al dolor son conocimientos que solamente competen a los "verdaderos hombres".

El "aguante" es una forma típica de honor que valora comportamientos y propiedades determinadas como honorables o deshonrosas (Moreira, 2005). En cada sociedad, en cada momento dado, el honor toma aspectos distintos en relación con las formas de vida de cada cultura, que permite expresar la aprobación y desaprobación de conductas y formas de pensar (Pitt-Rivers, 1980). Cabe aclarar que la definición de "aguante" vinculada a la práctica violenta es la de los miembros de "la hinchada" y que en el ámbito futbolístico existen otras acepciones del mismo término, acepciones de otros actores sociales que no hacen de la violencia la señal distintiva.

El cuerpo es la herramienta de lucha en los enfrentamientos violentos. Los hinchas conciben que "ponen el cuerpo" en juego en los enfrentamientos; las luchas cuerpo a cuerpo, denominadas "mano a mano", son entendidas como las más comprometidas para la corporalidad del luchador. Un informante recordando un enfrentamiento con una "hinchada" adversaria nos decía: "Les demostramos quiénes somos los "machos", los metimos a las piñas a la cancha". Es así que el cuerpo se transforma en el elemento que permite valorar las habilidades de los participantes-luchadores. Los integrantes de "la banda" afirman que en un "combate" se conoce cuál de los contrincantes posee más "aguante", y por ende cuál es más "macho".

Los que no saben pelear, los que son derrotados en las peleas o huyen de las mismas son considerados por "los pibes" como "putos", no-hombres u hombres que según sus parámetros no pueden ser considerados como "machos". Boltanski (1975) menciona que los sectores populares definen el conjunto de conductas corporales de los sectores superiores como "afeminados", ya que tienen prácticas y representaciones corporales similares a las mujeres de su estrato; los valores de los estratos altos respecto a la fuerza física, al cuidado del cuerpo y al porte son asimilables a las representaciones femeninas y no a las masculinas.

Desde la óptica de "los pibes", los participantes de anatomía grande poseen más "aguante" que los sujetos que poseen un cuerpo pequeño. A los "gordos" y "grosos" su cuerpo los favorece en los enfrentamientos físicos. Los cuerpos grandes tienen más chances de triunfar en un combate. Los "gordos" son luchadores lentos que no se valen de movimientos diestros para vencer al rival. Los "gordos" (o "grosos") están mejor preparados para la lucha callejera porque la gran contextura física les impide huir con eficacia del campo de batalla, entonces deben jugarse a "todo o nada" en la pelea. Imposibilitados de huir ponen el "lomo" (el pecho) para resistir la embestida del rival. El modelo ideal de cuerpo se vincula al mundo masculino, ya que "los gordos" son "machos" porque pueden probar su "aguante" y, así, en "la hinchada" poseen una ventaja sobre "los pibes" delgados. Boltanski (1975), en su análisis de las concepciones corporales según las clases sociales, menciona que la "delgadez" es un atributo considerado positivo por los estratos más altos y que los sectores populares la conciben no tan positivamente porque suponen que disminuye la fuerza física.

El trabajo pesado, la resistencia al abuso de drogas y alcohol, la experiencia en peleas anteriores son prácticas que "endurecen" el cuerpo de los hombres. La contrapartida del "blando" es el hombre "duro", el que tiene resistencia. Los trabajos manuales, en los que el cuerpo levanta peso, hace fuerza, soporta las inclemencias del tiempo, forjan tipos "duros". El mismo sentido tiene la experiencia de la lucha corporal en contextos sociales donde las disputas se dirimen a golpes de puños. Las rutinas de peleas van conformando cuerpos tenaces y temerarios al enfrentamiento corporal.

Es necesario afirmar que aquí juega un papel fundamental la idealización, ya que estas tres marcas distintivas que representan a los "duros" podrían estar perfectamente vinculadas a los cuerpos delgados. Sin embargo, para "los pibes", las piernas y los brazos gruesos y musculosos fueron moldeados en la experiencia del trabajo pesado; las barrigas rollizas y caídas exhiben el consumo de grandes cantidades del alcohol (tanto que es común discutir si las panzas son de cerveza o vino); asimismo, conciben que los grandes cuerpos expresan experiencias de luchas anteriores. De esta forma, la arbitrariedad de la relación entre el "gordo" y el "duro" supone que los hombres con tales características han vivido estas experiencias, cuestión que necesariamente no acontece. Para ellos los cuerpos "duros", resistentes y con "aguante", se forman a partir de las prácticas cotidianas, sean éstas laborales o de consumos habituales.

A pesar del papel relevante que el cuerpo tiene en el enfrentamiento, los hinchas saben que "anatomía no es destino"; es decir que "los gordos" no tiene asegurado el triunfo en una pelea. La fortaleza física debe ser acompañada por los saberes de la lucha. Como sostiene Mauss, las técnicas corporales son aspectos anatómicos, sociales y psicológicos que se transmiten oralmente, otorgando importancia al proceso de aprendizaje, basado en la imitación de las acciones exitosas de otras personas (1974). "Los pibes" aprenden la técnica corporal de la lucha y la resistencia al dolor a través de la experiencia en peleas. También el aprendizaje se lleva a cabo a partir de los juegos corporales en los que se transmite una especial utilización del cuerpo, especialmente en los "juegos de manos". Estos comprenden todo tipo de puñetazos, patadas y cabezazos. Mirando a sus compañeros, repitiendo los golpes exitosos y modificando los movimientos y posturas erróneas los hinchas aprenden a pelear.

Para "los pibes" sólo la participación en enfrentamientos corporales otorga el status de "verdadero hombre", porque sólo en estos el luchador puede probar el "aguante". En los enfrentamientos, en las luchas corporales los sujetos "ponen en juego el pecho", demostrando el conocimiento de las habilidades que diferencian al hombre del no-hombre.

Resistiré

"Los pibes" poseen una concepción de su cuerpo como resistente; el cuerpo soporta el dolor producto de las prácticas violentas y, también, afronta la desmesura de consumos prohibidos o socialmente estigmatizados. Estas dos características demuestran cómo el cuerpo de los hinchas se define según sus preferencias, usos y representaciones corporales que posibilitan demostrar resistencia.

Los miembros de "la hinchada" relacionan el cuerpo masculino con el consumo de sustancias prohibidas, drogas o abuso de bebidas alcohólicas. Esta concepción tan particular de la masculinidad ligada al abuso fue también observada por Armstrong (1999), quien señala que para los jóvenes pertenecientes a grupos hooligans beber alcohol y consumir marihuana expresa masculinidad. Más aún, menciona que la actividad de beber junto a los camaradas en los pubs funciona como rito de paso entre la juventud y la adultez.

"Los pibes" también relacionan ese tipo de consumos con la masculinidad. El cuerpo masculino se debe caracterizar por su resistencia; por lo tanto, para ser considerado como hombres deben soportar el uso y abuso de aquellas sustancias que alteran los estados de ánimo. Aquellos hinchas que se emborrachan bebiendo unos pocos tragos son considerados por sus compañeros como "flojos", "blanditos" o a veces "chetos". Estos se distinguen de los "hombres verdaderos", los "duros", caracterizados por su capacidad para beber colosales cantidades de bebidas alcohólicas sin emborracharse.

En relación con el consumo, ser hombre refiere a consumir sin "arruinar", por esto es común escuchar no bebas o no te drogues "si no sos macho". El no-hombre no tiene el cuerpo preparado para resistir, los hinchas burlan a sus compañeros que pierden la conciencia rápidamente. En cambio, ven bien a aquellos sujetos que están "relocos" o de "la cabeza" por haber consumido grandes cantidades de alcohol o drogas. Las adicciones funcionan como "signo de prestigio" (Gil, 1998) porque ubican al adicto en un mundo masculino. La frase anteriormente analizada, donde El Drin amenazaba matar a un compañero, prueba cómo las prácticas de consumo están relacionadas con la representación de un cuerpo resistente, por eso afirma: "este pelotudo se toma dos vinos y se descontrola…". Este hincha cuyas actitudes son definidas como descontroladas, es concebido como un "pelotudo", es menospreciado por no resistir, ya que tomarse dos vinos es insuficiente para alcanzar un estado alcohólico; cualquier cuerpo resistente debería soportar mucho más alcohol antes de emborracharse y descontrolarse. Tolerar grandes cantidades de droga y alcohol sin "descontrolarse", denominado por los hinchas como "saber escabiar (beber)", es una técnica de resistencia corporal que se aprende a través de la práctica del consumo diario.

Por otro lodo, los "pibes" presentan y (re)presentan cuerpos tenaces al dolor. La resistencia al dolor es aquí una de las representaciones más importantes. Gastón Gil afirma que "el comportamiento corporal del hincha establece toda una compleja red de acciones codificadas que establecen cuál es el desempeño adecuado y cuál el estigmatizado" (1998). El cuerpo debe soportar el dolor como forma de inscripción en un universo masculino.

Por esta razón, ejercitan una variada serie de acciones que permiten una experiencia específica de la masculinidad; experiencia que permite a los novatos aprender las técnicas del "aguante" y a los experimentados manifestar la posesión de éstas. En los denominados "juegos de manos", que funcionan como forma de entrenamiento, se abofetean y se patean sin que haya una demostración de padecimiento o dolencia. Lo mismo sucede cuando ruedan por las tribunas empujados por avalanchas o por saltos rítmicos (pogo) hacia los costados que llevan a golpearse y en oportunidades, caerse. Estos empujones y caídas, a veces rebotando por varios escalones de la tribuna, producen lesiones y heridas pero los hinchas nunca demuestran el dolor ocasionado. Como menciona Wacquant (2004) en su trabajo etnográfico entre boxeadores, la tolerancia al dolor, a los golpes, es parte de un riguroso y severo aprendizaje corporal.

La exhibición del dolor implica exhibir un cuerpo no resistente. "Los pibes" al probar su fortaleza y tolerancia al dolor prueban su masculinidad. Su modelo de cuerpo masculino se diferencia de otros cuerpos sociales por su resistencia al dolor.

Otredades corporales

La práctica violenta es, sin duda, la marca específica de estos cuerpos respecto a otros modelos corporales. A su vez, la violencia es la señal distintiva de un modelo que conforma el "aguante" como prueba de inclusión en el universo masculino. La elección de la violencia como signo distintivo de la corporalidad y la masculinidad está sustentada en las características concretas y distintivas de este grupo.

La construcción corporal que hemos mostrado es parte de un habitus que define y distingue a los participantes de "la hinchada". El concepto de habitus (Bourdieu, 1997) posibilita reconocer los sistemas de gustos y preferencias que generan estilos de vida, y permite comprender cómo los integrantes de "la banda" a partir de sus elecciones poseen formas de definirse. Los integrantes de "la hinchada" construyen un modelo anatómico corporal que pasa por mostrar como aceptable los cuerpos fuertes y grandes, formados por el trabajo físico y no estilizados en gimnasios. Aquí vemos la distinción con otros modelos. Las formas típicas que delinean el ideal de los hinchas surgen de la experiencia de lucha corporal, un cuerpo estilizado es representado poco apto para la lucha, ya que es interpretado como débil.

Según Bourdieu (1997) el habitus es "ese principio generador y unificador que retraduce las características intrínsecas y relacionales de una posición en un estilo de vida unitario, es decir un conjunto unitario de elección de personas, de bienes y de prácticas". La noción de habitus da cuenta de un sistema de clasificación, que distingue e identifica, a través de la estipulación de parámetros que califican como válidas o no a prácticas y representaciones. Los tres usos y representaciones corporales analizados (modelos, cuerpos violentos y resistentes) remiten a formas complejas y creativas de posicionarse en un espacio social. A través de sus experiencias modelan ideales de cuerpo, que se distinguen de otros tipos ideales que la sociedad considera "normales". Esta distinción, también, remite a otras dimensiones sociales como la que los distingue del "cheto" o del "patovica", con claras marcas de pertenencia de clase.

Ambos, "chetos" y "patovicas", no tienen "aguante", no poseen los cuerpos resistentes, ni saben, según los hinchas, las técnicas de lucha; desconocen de estos saberes porque tienen experiencias sociales distintas. Boltanski (1975) dice que las condiciones objetivas (refiriéndose a las económicas) modeladas por el orden cultural establecen modelos corporales distintos y que en los habitus físicos encontramos dimensiones de habitus de clase. Los hinchas poseen un modelo que los distingue y los identifica y que los relaciona con ideales corporales populares. Ahora bien, lo interesante es que estos grupos tienen una composición heterogénea en cuanto a lo social, que incluye estratos medios y bajos, que mixtura empleados con ladrones, desocupados y comerciantes. Es cierto que no hay profesionales ni bancarios, por dar un ejemplo, y ahí, en esa escala operan los mecanismos de distinción, señala los "otros" de los cuales hay que diferenciarse. Queda por analizar por qué actores ubicados en diferentes estratos, medios y bajos, comparten este modelo corporal.

"Ni salvajes ni puros", cuerpos socialmente construidos y diferenciados

El modelo corporal de "los pibes" es concebido por el discurso hegemónico y normativo como puro, un cuerpo aún no institucionalizado. Las visiones se desplazan desde el puro romanticismo que observa "pureza" donde el proceso civilizatorio no ha dejado su cuña, a imaginarlos como ejemplos máximos de barbarie y salvajismo. Ambas concepciones niegan los sentidos sociales de una construcción corporal. De igual manera que otros sectores construyen un modelo basado en los ejercicios y la "buena" alimentación, los hinchas construyen un modelo de cuerpo distinto, en cuanto a lo anatómico y al modo de adquirirlo. En la sociedad moderna, por más homogénea que se presente, existe una estratificación social, económica, política, cultural que forma diferentes sujetos sociales. El silencio sobre las realidades distintivas niega la idea de alteridad (Fonseca, 2000). Pareciera que en la actualidad no existe civilización ni forma cultural fuera del modelo de mundo "moderno". Aquellos que están ubicados más allá de los límites de la civilización moderna son presentados como culturalmente vacíos.

La elección de estas formas corporales no debe ser interpretada como una condición de la subordinación de estos actores o como un estadio anterior en un paso evolutivo. Por el contrario, esta elección muestra una forma diferente de concebir su experiencia. Diferencia que estructura un modo de vida propio y distintivo, donde creativamente se amalgama la experiencia y sus representaciones en "un estilo de vida para sí" (Grignon y Passeron, 1991). Los actores dominados pueden ser capaces de constituir un estilo propio que no depende de la relación que los subordina (Grignon y Passeron, 1991). Cuerpos gordos y violentos pueden ser modelos aceptadas dentro del estilo propio de "los pibes". Podemos pensar en un conjunto de prácticas estilizantes adaptadas a un modelo ideal que no proviene de las clases dominantes; en formas corporales de un estilo que no sólo legitima una forma de ser en el mundo sino también identifica un modelo distinto y distintivo.

Los usos y las representaciones corporales de los integrantes de "la hinchada" son aprendidos y aprehendidos a través del traspaso de las técnicas corporales de generación en generación. Se puede soportar el dolor de luchar "mano a mano", pero la resistencia es posible no porque los hinchas tengan una anatomía naturalmente apta para estos asuntos sino porque a través de la experiencia y la imitación han aprendido a hacerlo.

Entender el cuerpo de los hinchas como salvaje, en estado de pureza, oculta la estructuración social significativa que los actores hacen sobre su cuerpo; desfigura la estrategia, entendida según los parámetros de Bourdieu (1988), de posicionamiento social realizada a través de una definida y elaborada creación de una manera de estar en el mundo. Bourdieu dice "Los habitus son principios generadores de prácticas distintas y distintivas, pero también son esquemas clasificatorios, principios de clasificación (1997)." La estrategia es hacer de su habitus una señal de distinción.


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"La copia es la esencia de Internet"

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por Rosa Jiménez Cano


Es uno de los padres de la Red de redes y ejerce de evangelizador digital en calidad de vicepresidente de Google. Vinton Cerf es la máxima estrella del 18º Congreso mundial WWW, que ha atraído a Madrid a ingenieros de todo el mundo para analizar el momento que vive la Red, los retos y vulnerabilidades que presenta 20 años después de su creación. Bajo el lema Walking on webshine -un juego de palabras inspirado en la frase hecha Walking on sunshine (Me siento en la gloria)-, el congreso pretende "sacar brillo a Internet".

Graduado en Matemáticas y Ciencias de la Computación, Vinton Cerf (Connecticut, 1943) fue el creador del protocolo TCP-IP (el código que permite que los ordenadores se comuniquen entre sí) y en 2002 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias.

¿Y qué opina uno de los padres de Internet de los sistemas P2P que traen de cabeza a medio planeta y hacen felices a la otra mitad? "En Internet es tan fácil duplicar el material que no tienen sentido las restricciones actuales. Las normas se basan en controlar las copias, pero esa es la esencia de la Red. Hace falta un modelo de explotación de contenidos que respeten la creación original y promuevan la creatividad. Una fórmula de éxito que tiene gran aceptación es iTunes". Cerf no apuesta por penalizar, sino por enseñar a los usuarios: "Poner restricciones y multas no es el camino. Es mejor enseñar a la gente a reconocer a quien crea, a valorar la información y a pagar para que se sigan creando buenos contenidos". Según declaró a ELPAÍS.com, se impone una separación de las diferentes fuerzas que interactúan en la Red, lo que comparó a la separación de poderes del Estado que llegó tras la Revolución Francesa: "Hay que separar poderes entre proveedores de servicios, de contenidos y de conexión", dice Cerf, que sigue apostando por la neutralidad en la Red "para mantener el compromiso democrático".

Respecto a las novedades de la compañía para la que trabaja, Google, Cerf adelanta que nos sorprenderá con nuevos servicios: "Como puedes comprobar, necesito la tecnología para poder oír bien [dos discretos audífonos le ayudan con sus problemas de audición].

La accesibilidad es lo siguiente que tenemos que arreglar para que nadie se quede fuera de Internet". Cerf destacó la importancia del desarrollo del acceso a la Red desde dispositivos móviles: "En África mucha gente descubre Internet por primera vez desde un teléfono. Ése es uno de los motivos para que tengamos el sistema operativo Android, para que se puedan hacer aplicaciones en un dispositivo portátil que sirve para todo tipo de comunicación".


El País 23/4/2009.-


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viernes, 24 de abril de 2009

El escritor que a un libro no se asoma

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por Beatriz Sarlo


Borges afirmó (y, pese a la aparente paradoja, creía en esto seriamente) que se enorgullecía de los libros que había leído más que de los que había escrito. En las biografías de escritores, es crucial el momento en que se desea ser "el otro", el que ha imaginado lo que se está leyendo. Un crítico norteamericano afirma que los poetas padecen la angustia de las influencias, precisamente porque saben que, en sus comienzos, hubo un libro. La literatura sale de la literatura para continuar lo anterior, para variarlo, para destruirlo. Esto no es ninguna novedad. Pensándolo mejor, quizá lo sea. Cada vez más frecuentemente, alguien solicita que se lean sus originales aún inéditos o publicados por una vanity press que, legítimamente, recibe plata por sacar un libro sin someterlo a la revisión de ningún experto, lo cual en sí mismo no es malo ya que la historia de la literatura ofrece equivocaciones basadas en el saber, aunque también ofrece, en mayor cantidad, anécdotas de editores que definen catálogos valiosos.

Si la conversación con quien pide lectura sigue algunos minutos más, se descubre algo curioso: muchas veces, más de las creíbles y esperables, esa persona no lee literatura y, para comenzar, no lee a ningún escritor contemporáneo de su propio país o de su propia lengua. Quiere ser escritor para que lo lean, pero no quiere ser lector para leer a otros. Si esto sucediera solamente con gente muy joven, adolescentes que buscan "expresarse", la cuestión no sería sorprendente. Pero es el caso de gente que, después de haber vivido varias décadas, no ha creído oportuno aprovechar el tiempo transcurrido para conocer las novelas o los poemas de sus contemporáneos sino solamente para decir lo suyo.

Existe algo así como las "ganas de escribir", desligadas de las "ganas de leer". Si quien experimenta esas ganas reflexionara sobre las posibilidades de ser leído debería concluir que son remotas, en la medida en que, de comportarse todos como el potencial escritor que no lee, estaría muy lejos de lograr que las personas que leen y escriben se ocupen de dar una opinión sobre sus obras. Como si alguien pretendiera que sus amigos miraran sus fotos de vacaciones o las instantáneas de sus hijos sin practicar la reciprocidad.

"Mirá estas fotos pero no me muestres ninguna de las tuyas." La literatura es siempre un tejido. Los que escriben sin haber leído lo que otros escribieron funcionan como cuerpos de una galaxia lejana: no los afectan las leyes del sistema de los demás escritores y lectores, no conocen la trayectoria de esos planetas y se desinteresan por lo que sucede en un espacio al que no se acercan porque están demasiado ocupados en lo que los rodea. Pero, si no pertenecen a esa lejana galaxia, tampoco tiene mucho sentido mandar cápsulas interplanetarias ara que sean abiertas y decodificado su mensaje por quienes viven allí. Aunque parezca mentira, hay gente que considera que la actividad de escribir es completamente autónoma de la de leer; en realidad, no se han dado cuenta de que escribir y leer son inescindibles, tanto como para jugar un partido de fútbol son necesarios dos equipos.

Es perfectamente posible que un aspirante a escritor no lea a sus contemporáneos, pero se hace cuesta arriba aceptar que no lea a casi nadie, ni vivo ni muerto. Quienes reciben los mensajes de las decenas de miles de listas de correo que dan vuelta alrededor de nosotros como una segunda atmósfera comprueban, cada vez que abren sus casillas, que internet no ha hecho sino acentuar esta tendencia que no toca sólo a la literatura. Se envían, además de piezas de esa "literatura autónoma de la literatura", comentarios sobre la actualidad política o social que parecen escritos prescindiendo de la lectura de los diarios y que sólo muestran como remoto horizonte a la televisión o a la experiencia directa que segrega opiniones parecidas a las de la televisión.

Las páginas de los diarios en internet amplifican este fenómeno (que quizá nos indique cómo será el futuro). Allí se escriben comentarios de visitantes que se alejan cada vez más del artículo que les dio origen, como si esas pantallas fueran un utópico espacio de democracia radical o un patio de juegos donde no se siguen las reglas de la primera tirada de fichas, que es el artículo al que a veces se refieren y a veces no. Los lectores han entrado en rebeldía. Después de siglos en los que para escribir o para criticar había que leer, despunta una aurora de libertad y entusiasmo expresivo: toda opinión vale lo mismo, no por lo que dice ni por su argumento, sino porque todos valemos lo mismo. Es cierto, porque todos valemos lo mismo en dos cuestiones esenciales: los derechos humanos y el voto en democracia. De lo que se trata ahora es de extender esta igualdad a las opiniones, las formas de expresarse y los berretines.

Sin embargo, volviendo al comienzo: el ideal de igualdad debería incitar a los no escritores con "ganas de escribir" a la lectura de los escritores que, como ellos, han sentido esas ganas pero también respondieron al deseo, un poco menos egocéntrico, de leer lo que otros escriben.


La Nación 19/4/2009.-


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miércoles, 22 de abril de 2009

Un archivo con las obras de la humanidad

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por Luisa Corradini


Cuando uno hace clic sobre la dirección www.wdl.org , tiene la sensación de tocar con las manos la historia universal del conocimiento.
Aislado en su casa - en París, en Tucumán o en Tokio -, cualquier persona puede escuchar la primera grabación de "La Marsellesa", ver unos huesos-oráculo chinos de 3.200 años de antigüedad, leer un panfleto político árabe del siglo XV, ver la mítica Biblia de Gutenberg o descifrar el primer planisferio que menciona el nombre de "América". Esas reliquias, que hasta ahora se encontraban atesoradas bajo siete llaves en los principales museos o bibliotecas del mundo, surgen ahora de la pantalla de la computadora e incluso pueden ser impresas, memorizadas en el disco duro o grabadas en un CD o en un DVD.
Esa consulta fácil y totalmente gratuita comenzó el miércoles cuando la Unesco lanzó oficialmente en París el sitio de la Biblioteca Digital Mundial (BDM).
Tercera biblioteca digital en importancia ?después de Google Book Search y el nuevo proyecto europeo, Europeana?, la BDM reúne desde ya material universal invalorable facilitado por otras bibliotecas del mundo. Y si bien por ahora sólo cuenta con unos 1.200 documentos, la estructura del sitio ha sido pensada para recibir un número ilimitado de contribuciones, a medida que otros países del planeta decidan ir sumándose a la aventura.
El ambicioso proyecto fue imaginado hace cuatro años por James Billington, director de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
Billington propuso ese sitio con el fin de "estimular a la gente a pensar en la importancia de la interacción cultural". "Esperamos que la BDM sea capaz de profundizar la comprensión internacional y, al mismo tiempo, aumentar la curiosidad de la gente por los logros culturales de la humanidad", afirmó en París ese joven soñador de casi 80 años, que dirige desde 1987 la biblioteca más grande del mundo, fundada en 1800.
El resultado de ese sueño es la BDM, un compendio de documentos digitalizados en alta resolución, que permite al usuario una aventura única: conocer el conjunto de reliquias culturales producidas por el hombre sin moverse de su casa.
El acceso al sitio www.wdl.org es absolutamente gratuito y su navegación tan sencilla y lúdica como un ábaco. Un sofisticado motor de exploración permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución. El sistema propone las explicaciones en siete idiomas (árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués). Los documentos, por su parte, han sido escaneados en su lengua original. De ese modo, es posible, por ejemplo, estudiar en detalle el Evangelio de San Mateo traducido en aleutiano por el misionero ruso Ioann Veniamiov, en 1840.
Con un simple clic, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos. La excelente definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa.
Entre las joyas que contiene por el momento la BDM está la Declaración de Independencia de Estados Unidos, así como las Constituciones de numerosos países; un texto japonés del siglo XVI considerado la primera impresión de la historia; el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo; el original de las "Fabulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español y tagalog, la Biblia de Gutemberg, y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8.000 A.C
Dos regiones del mundo están particularmente bien representadas: América Latina y Medio Oriente. Eso se debe a la activa participación de la Biblioteca Nacional de Brasil, la biblioteca Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdulá de Arabia Saudita.
La estructura de la BDM fue calcada del proyecto de digitalización la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó en 1991 y actualmente contiene 11 millones de documentos en línea.
Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio de las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual. Este proyecto tampoco es un simple compendio de historia en línea: es la posibilidad de acceder, íntimamente y sin límite de tiempo, al ejemplar invalorable, inabordable, único, que cada uno alguna vez soñó con conocer.


La Nación 23/4/2009.-


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domingo, 12 de abril de 2009

El sindicato

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por Juan Sasturaín



Cada vez que vuelvo a la costa por unos días y me cruzo con viejos amigos de la zona –como me pasó esta Semana Santa– reaparecen historias y personajes, mitologías del lugar y del oficio playero que aún no tiene su épica pero que largamente la merece: los bañeros. Precisamente, cuenta la leyenda que hace poco más de medio siglo se produjo un episodio memorable –al menos para los que disfrutamos de estas cosas– y que creo vale la pena les cuente con la debida, cariñosa distorsión, y el tono con que me lo transmitieron. Una vez más, el Dudoso Noriega tuvo que ver.

El de los bañeros –los de la costa atlántica, no los de río o los chantas de pileta– siempre fue hasta los cincuenta un gremio chico, apenas un sello ridículo, AGUA (Asociación de Guardavidas Unidos de la Argentina), que agrupaba a no más de ochenta tipos. Sin embargo, los intervinieron en el verano del ’56; no porque fueran demasiado combativos sino porque eran peronistas. O ni siquiera por eso. La verdad es que lo querían cagar a Gómez, Osvaldo Gómez, un viejo y querido bañero de Playa Grande –ostensible manfloro, también– que era el inocuo secretario general del sindicato. El tipo tenía sus costados débiles –se teñía de rubio, se depilaba las cejas– pero no jodía a nadie y era un trolo tranquilo.

Sin embargo, como solía pasar en esa época, cuando cayó de interventor el ahora capitán de corbeta Pellegrino –el mismo que conocía al Dudoso Noriega de pibe y lo había estimulado para pelear cuando era colimba en la Base– se encontró con todo el paquete armado: había que remover a Gómez por su adhesión manifiesta al “régimen depuesto” y no sólo eso sino meterlo en cana. En realidad, los excesos políticos del secretario no habían ido más allá de obligar a los bañeros a usar malla negra en señal de duelo el verano posterior a la muerte de la Jefa Espiritual de la Nación y hacer oír la marcha partidaria por los altoparlantes playeros al comienzo y al final de la jornada, mientras subían y bajaban las banderitas. Tal vez demasiada provocación –que lo era– para los cogotudos de Playa Grande. Por eso, y a falta de otra cosa, los garcas le habían metido, además, una causa penal por abuso deshonesto.

Fue así: durante la gestión de Gómez los bañeros y la municipalidad organizaron una serie de excursiones culturales para los pibes de las escuelas de la zona de Mar del Plata y el Puerto. Los llevaron a conocer el Hotel Provincial, la banquina de pescadores y el faro de Punta Mogotes. Eso fue en el verano del ’55. Después del golpe de septiembre hicieron la denuncia de que Gómez le había tocado el culo a uno de los pendejitos en la escalera del faro. Lo ventilaron en La Capital y el pobre Gómez quedó escrachado. Hubo un par de botones que atestiguaron sus malas costumbres –uno era precisamente el tipo que lo quería desbancar en el sindicato– y así consiguieron, además de un congreso normalizador, que lo separaran por si las moscas y por decreto. Así, el primer efecto visible de la intervención de Pellegrino fue Gómez en cana en Batán durante un mes, mientras lo investigaban. Claro que en seguida hubo bronca interna, y aunque lo exoneró un absurdo tribunal de honor, en términos estrictamente judiciales no había nada y lo tuvieron que largar por falta de mérito. Fue un anticipo.

El marino era un tipo inteligente y después de ese primer traspié conductivo no quiso meter mano dura sino dejar que los bañeros se organizaran solos –se depuraran, se decía, de elementos indeseables– y, con la idea de llegar al Congreso Normalizador de Mar del Plata ya con todo acordado, convocó a una reunión previa e informal para “conocerse y aunar criterios”. Ese fue el origen de la insólita Asamblea de Mar del Sur, una podrida memorable.

Era la primera vez que se reunían todos los pocos y desparramados bañeros de la costa, de Santa Teresita a Monte Hermoso, y fue en un punto equidistante que quién sabe quién midió para que diera tan abajo, en una playa sin importancia como Mar del Sur, donde lo único que había era un viejo hotel presumido que todavía no se caía a pedazos pero que empezaba a tambalear. Acaso haya sido precisamente por eso, para evitar que ninguna plaza importante como Miramar o Mar de Ajó coparan la organización. Nadie era local en la hermosa y saludablemente olvidada Mar del Sur.

En esa asamblea llamada “prenormalizadora” que se desarrolló durante Semana Santa en los salones descascarados del hotel, se destaparon fatos extraordinarios. Al actualizar y depurar el padrón, por ejemplo, se descubrió que había tipos que laburaban y cobraban como bañeros y no sabían ni siquiera nadar... Se les tomaron pruebas de aptitud mar adentro y fue una joda: hubo que sacar a un par. Los que estuvieron dicen que la asamblea resultó inolvidable por lo que se morfó, pero sobre todo por el sinfín de pelotudeces que se trataron. Desde una solicitud –fuera de tiempo, de época y de quórum– para incorporar bañeras –“guardavidas de sexo femenino” (sic)– a la iniciativa de componer un himno al bañero y diseñar un escudo. Del escudo, más allá de que la propuesta fue poner un lobo marino con el salvavidas al cuello, que pareció excesivamente marplatense, no se sabe nada. Y del himno han quedado un par de estrofas del Canto al bañero, que a veces se cantan en actos protocolares, debidas a Amílcar Gómez Bécquer, un poeta de Azul, que las hizo por encargo en un fin de semana:

El bañero es servidor audaz y honrado
Siempre listo para actuar sin pedir nada
Es valiente y nunca acaba una jornada
Sin un gesto de valor, seco o mojado.

Levantemos este canto a los bañeros
Un ejemplo para niños y mayores.
Cada día, sin pensar en sinsabores,
Dan la vida, luchando en el mar fiero.

Al poco tiempo alguien denunció en el diario El Atlántico que en realidad se trataba de una flagrante adaptación del Canto a los bomberos de La Matanza, del mismo autor. Bastaba con cambiar “bombero” por “bañero” y modificar la última parte del verso final –“contra el fuego” en lugar de “en el mar fiero”– para comprobarlo. Pero la propuesta de realizar una denuncia formal no prosperó. Es que nunca le habían pagado los versos a Gómez Bécquer.

La otra iniciativa delirante fue poner la organización bajo la advocación de algún santo. Hablaron de San Salvador –y el Dudoso Noriega se sintió aludido, pues él se llamaba premonitoriamente así–, pero terminaron optando por San Borombón, que nadie sabía quién carajo había sido ni de qué tipo de santo se trataba pero evidentemente era de la zona. Escribieron al Arzobispado de La Plata para tener datos certeros y algo les habrán mandado, porque terminaron haciendo una estampita que todavía se puede ver en una vitrina en la sede central de AGUA de la calle Laprida, en Mar del Plata.

Es que la influencia de la curia ya en esa época era muy fuerte. Por eso también se trató sobre tablas la destitución orgánica de Gómez –en ausencia– por “inaceptable conducta deshonesta”. Hubo argumentos y alegatos en favor y en contra pero era evidente que estaba todo arreglado para cagarlo. Y así fue, por aclamación y en tumulto.

Noriega no lo conocía personalmente pero cuando vio la cama que le habían tendido fue de los últimos y más elocuentes que lo defendieron:

–No sé si el compañero Gómez, que me consta que es un buen bañero, habrá hecho algo de lo que dicen –comenzó diciendo con mesura desde la improvisada tarima–. Yo, por mi parte y en este momento, le ofrezco trabajo desde mañana en La Popular como prueba de confianza y solidaridad –y ahí levantó aplausos, silbidos y exclamaciones–. Pero lo que sí sé, compañeros, lo que sí sé muy bien... –hizo una pausa– es que acá hay más de un culo roto, y que si nos ponemos a hablar...

–¡Callate vos, negro de mierda! –le gritaron mientras volaba un salvavidas de corcho que Noriega apenas esquivó con una agachada rápida.

–¡Orden, compañeros! –atinó a gritar alguno.

Pero ya era tarde.

Noriega se bajó a buscar al agresor y el quilombo se generalizó. Después de diez desiguales minutos de piñas y acusaciones, Gómez se quedó definitivamente sin cargo y el Dudoso –que repartió durísimo– con la boca rota y un ojo así. Lo llevaron junto a otra media docena de machucados primero a la asistencia pública de Mar del Sur, apenas una salita de primeros auxilios, y después al hospital de Miramar.

Ahí fue cuando el interventor Pellegrino lo vio cómo estaba y le pagó de su bolsillo el arreglo de los dientes. Es curioso, porque de no ser por eso Noriega no hubiera conocido a Rebeca, la dentista.

Pero ésa es otra historia. Siempre hay otra.



Página 12 12/4/2009

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sábado, 11 de abril de 2009

Entrevista a Seth Lloyd : "El Universo, un computador gigante"

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Los ordenadores se vuelven más rápidos cada año, pero Seth Lloyd piensa que este hecho tendrá un límite. El ingeniero mecánico del MIT prevé un "portátil definitivo" que pensará con cada partícula elemental dentro de su estructura de 1 kilogramo. Las buenas noticias: este ordenador realizará 10 millones de billones de billones de billones de billones de billones de operaciones lógicas por segundo. Las malas noticias: operará a un nivel de mil millones de grados Kelvin.

Así son los sueños de la informática cuántica, una ciencia emergente que utiliza partículas elementales para procesar la información. Debido a la inherente naturaleza "digital" de los estados subatómicos, para un ingeniero cuántico todo en el universo constituye un almacén de información. Cada vez que dos partículas interactúan, sus "bits" se transforman; por eso Lloyd afirma que el universo, por sí mismo, es un ordenador gigante. ¿Qué es lo que dicho ordenador calcula? "Su misma evolución dinámica" dice Lloyd. "Al mismo tiempo que procede el cálculo, la realidad se desarrolla".

Lloyd se ha hecho el embajador de facto de esta nueva disciplina, destacando varias veces (como autor y protagonista) en The New York Times, Nature, The Economist y Wired. En su último libro, Programming the Universe [Programar el Universo] (Knopf, 2006), describe los efectos cuánticos que permiten eficiencias de cálculo inmensas a escalas minúsculas. Greg Ross, el editor en jefe de American Scientist Online, lo entrevistó por correo electrónico en mayo de 2006.

American Scientist.- Cuando las personas le preguntan: "¿Qué haces para vivir?", ¿qué les responde?

Seth Lloyd.- Soy un ingeniero de mecánica cuántica: creo átomos. Construyo ordenadores cuánticos, artefactos que almacenan y procesan información a escala de átomos individuales. Un átomo, un "bit". En realidad, incluso me podrías llamar un mecánico cuántico. Si tu quántum se rompe, nosotros lo arreglamos.¿Ves el cálculo cuántico principalmente como una metáfora, una manera de pensar sobre la naturaleza? ¿O te centras en aplicaciones actuales?El cálculo cuántico es una realidad tecnológica. Junto con mis compañeros construimos ordenadores cuánticos. Si tienes un artefacto que funciona, esto apenas puede considerarse una metáfora. Decir que los ordenadores cuánticos son metáforas, es como decir que el coche es una metáfora.Los ordenadores cuánticos nos aportan nuevas formas de pensar la naturaleza. Esta aplicación es, para mi, la más importante. En efecto, podemos construir ordenadores cuánticos de finalidad-especial con un millón de billones de bits que nos permitan estimular y reproducir aspectos de la naturaleza que nunca podrían ser simulados en ningún ordenador clásico, aunque este tuviera el tamaño del mismo universo. Estos ordenadores analógico-cuánticos, con los que podemos construir analogías cuánticas de otros sistemas cuánticos, son por sí mismos artefactos y no metáforas. Pero, evidentemente, nos ayudan a dar sentido a la naturaleza. Podría decir que es una aplicación práctica de los ordenadores cuánticos.

AS.- ¿Cuál es hoy en día el ordenador cuántico más potente?

SLl.- Para un cálculo cuántico de finalidad-general sólo una docena de bits o algo similar. Pasos minúsculos para bits minúsculos. Pero, como he dicho anteriormente, en el caso de un cálculo analógico cuántico de finalidad-especial podemos construir simuladores cuánticos con un millón de billones de bits, más grandes que cualquier ordenador clásico y capaces de ejecutar cálculos que ningún ordenador tradicional podría llegar a realizar aunque utilizara cada partícula elemental del universo en dicho cálculo. Cada pocos años, los ordenadores cuánticos se vuelven más y más grandes.

AS.- ¿Cuáles son las ventajas de trabajar a una escala tan pequeña?

SLl.- En primer lugar, los bits están cada vez más densamente comprimidos, con sólo una diezmilmillonésima parte de un metro -un angstrom- entre los bits. Pero lo mejor de trabajar a una escala tan pequeña es que los átomos y bits se comportan de forma intrínsicamente cuántico-mecánica. La mecánica cuántica es rara y contraintuitiva. Trabajando a una escala pequeña, podemos utilizar esta rareza cuántica para hacer cálculos que ningún ordenador clásico podría efectuar.

AS.- Decía usted que, visto así, el universo por sí mismo es un gran computador. ¿Si esto es cierto, qué pasa con el libre albedrío?

SLl.- El libre albedrío está a salvo. Incluso si el universo fuera completamente determinístico, nosotros (y los ordenadores, y Dios sabe quién más) tendríamos libre albedrío. En un principio, parecería que la naturaleza determinística de las leyes físicas prohíbe el libre albedrío: ninguna elección es posible. Sin embargo, de hecho, la naturaleza computacional del universo garantiza en realidad el libre albedrío.Permítame explicarlo. El libre albedrío aparece cuando tomamos decisiones - decisiones de las que nosotros y sólo nosotros somos responsables. Por ejemplo, cada mañana decido si tomo un café o un té. La decisión es mía y sólo mía. Hasta que decido, no tengo ninguna idea de si tomaré café o té. Mi proceso de decisión es un tipo de cálculo: mido las ventajas relativas de tomar un café o un té, pensando en el transcurso de mi día y, después, tomo la decisión.Pero precisamente porque el proceso de decisión es una forma de cálculo, el resultado de ese proceso es intrínsecamente no predecible. ¿Por qué? Porqué cualquier proceso que implica un razonamiento lógico es intrínsecamente no predecible: los resultados de este tipo de proceso - y mi decisión final de tomar té o café- sólo se pueden determinar si uno mismo surca o atraviesa el propio proceso de razonamiento. Hasta que uno mismo no surca el propio proceso de razonamiento de una toma de decisión, tal decisión final no será predecible. Podemos precisar matemáticamente este argumento verbal, replanteándolo en términos de lógica matemática, la misma que practican los ordenadores.Uno de los resultados más famosos de la ciencia informática es el denominado halting problem. Éste plantea que el resultado de cualquier cálculo es por sí mismo imposible de computar sin atravesar la misma secuencia de los pasos lógicos que el ordenador programado para computar dicho cálculo realiza. Irónicamente, el libre albedrío justo aparece cuando somos más racionales y determinísticos.

AS.- ¿Procesan información las sociedades humanas?

SLl.- Ciertamente lo hacen. Precisamente porqué las sociedades humanas intercambian, reflexionan y procesan información -tanto verbal como matemáticamente- que los seres humanos son una plaga tal en el mundo (por lo menos en relación con otros grandes mamíferos como los elefantes o las ballenas). Los seres humanos procesan información de forma especial, utilizando el lenguaje y la gramática universal.Esta manera de comunicarse universalmente permite a los seres humanos formar sociedades, organizarlas de forma compleja, construir rituales sociales elaborados, etc... Los seres humanos son especiales precisamente debido a su habilidad de procesar así la información.

AS.- ¿Hasta qué punto ha influido su trabajo en su propia visión del mundo?

SLl.- Mi visión del mundo como un vasto procesador de información resulta de mi labor cotidiana de construcción de ordenadores cuánticos. Mi visión del mundo ha cambiado y evolucionado desde cuando he hecho este descubrimiento. Cuanta más información proceso personalmente, más convencido estoy que la teoría del universo computacional está en lo cierto.

AS.- ¿Cuáles son los próximos obstáculos ha superar?

SLl.- Es difícil construir ordenadores cuánticos de finalidad-general a gran escala. Espero que, en poco tiempo, logremos superar dicho obstáculo y podamos construir ordenadores cuánticos de finalidad-general con cientos y miles de bits cuánticos. Pero el más duro obstáculo está en nuestro propio entendimiento. Nos mantendremos en la oscuridad si no logramos comprender cómo el mundo procesa información a escala cuántica.

Traducción para www.sinpermiso.info : Àlex Boso y Mihaela Vancea.
American Scientist, 8 julio 2006

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martes, 7 de abril de 2009

La actualidad de la lógica de Aristóteles

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por Manuel Correia
Instituto de Filosofía Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago, Chile


Según entiendo, aparecen dos cuestiones básicas1, cuando la actualidad de la lógica de Aristóteles se considera hoy: (a) si ella es un fragmento de la lógica contemporánea o, al contrario, no se reduce a ésta; y si son independientes, (b) si la primera podría encontrar algún sentido y utilidad en el mundo actual. Mi intención en este artículo es entregar algunos elementos para responder estas cuestiones a fin de aproximarme a una respuesta sobre la cuestión más de fondo, cual es la de la unidad de la lógica.

I

A. Tarski junto con muchos de sus discípulos, algunos de ellos fueron nuestros conocidos2, sostenían que la lógica de Aristóteles es un fragmento de la teoría lógica contemporánea, algo muy menor en comparación con ésta. Opinión muy extendida, porque _así se cree_ la teoría lógica de Aristóteles y de los aristotélicos (básicamente sus desarrollos sobre proposiciones y silogismos) puede contenerse dentro de una parte de la teoría contemporánea, aquella referida al cálculo de predicados de la lógica de Primer Orden (=FOL), o lógica de predicados (o cuantificacional), cuando el exponente de la función es uno y la función es llamada monádica. Y que esto se ha admitido universalmente es claro por el hecho de que hasta los principales comentaristas de Aristóteles del siglo XX utilizan a menudo este lenguaje lógico para expresar con mayor claridad los pensamientos filosóficos de Aristóteles3.

Me parece, sin embargo, que esta tendencia es positiva solo en parte, porque _como mostraré en seguida_ FOL no traduce completamente la riqueza y sutileza de algunos pensamientos lógicos de Aristóteles. Desde aquí arranca mi argumentación a favor de la actualidad de la lógica de Aristóteles: la incapacidad de este lenguaje lógico matemático para reproducir toda la riqueza de las observaciones lógicas de este filósofo antiguo. En efecto, es claro que este lenguaje puede ayudar a expresar algunas relaciones argumentativas (ya sean silogismos o consecuencias), haciéndolas más claras. Pero si alguien quisiera formalizar dos proposiciones que para Aristóteles eran diferentes, no podría hacerlo. Tómese (a) `Algún hombre es no bueno' y (b) `Algún hombre no es bueno'. Todo lo que podemos hacer con su sintaxis es darle a ambas expresiones una misma forma: ∃x (Hx ^ ¬Bx)4. Que este resultado nos conduce a una dificultad es evidente por la siguiente razón: Aristóteles hace una diferencia entre (a) y (b) diciendo que (a) se sigue de (b), pero no viceversa5. Esto lo refrenda en Analíticos Primeros I, 46 (52b15), donde sostiene que no es lo mismo que algo sea no bueno y que algo no sea bueno6. Es claro que FOL demuestra que (a) se sigue de (b) y (b) se sigue de (a), porque acepta la equivalencia de estas proposiciones y, por tanto, también consecuencia tautológica recíproca.

II

En otros trabajos he procurado mostrar sobre esta misma base que la lógica de Aristóteles no es identificable con la lógica aristotélica, aunque parezca esto muy raro. Y es que Aristóteles sostiene explícitamente que las proposiciones mencionadas en el párrafo anterior no se siguen recíprocamente (es decir, no son equivalentes), pero el comentario antiguo y medieval asume que hay un método de prueba que permite demostrar que ambas expresiones son efectivamente equivalentes. Este método de prueba es el así llamado Canon de Proclo que actualmente llamamos obversión en lógica aristotélica. Es cierto, como he comentado en otros lugares7, que Aristóteles mismo no enseña nada a este respecto, dejando la duda de si es necesario establecer equivalencias formales para las proposiciones de su lógica. Sobre esta base, he considerado _creo que con justa razón_ que el estado de su teoría lógica no permite decidir respecto de si hay o no en ella equivalencias formales.

Al buscar una razón de esto8, se constata una tendencia común entre los comentaristas neoplatónicos, ciertos lógicos vanguardistas de la época helenística (neóteroi), y los lógicos estoicos, a formalizar la lógica en general (no solo la de Aristóteles, aunque esta era el referente más claro de la época) y darle una interpretación formalista. Al mismo tiempo comienza a evidenciarse un letargo del paradigma de que ella es un instrumento de la ciencia y la filosofía, propuesto por Aristóteles y los primeros peripatéticos. Desde luego, una diferencia se halla en el asunto de las equivalencias, porque todos los que participan de este espíritu formalista aceptan equivalencias formales. El primero de quien tengo registro es Proclo (s. IV d.C.), aunque no descarto que ya Porfirio (s. II-IV d.C.) haya encarnado los nuevos ideales lógicos.

Además, al examinar lo que Aristóteles dice sobre la contraposición (Tópicos 113b15-27)9, una de sus operaciones lógicas que está relacionada con la obversión, uno se convence de la importancia de la materia de la proposición para la interpretación de su teoría lógica. En opinión de Alejandro de Afrodisia, la contraposición hecha por Aristóteles (la de la proposición de tipo A) es válida porque se cumple cuando la materia es accidental (es decir, la inclusión de los predicados en los sujetos no es necesaria ni imposible); además, cuando es relativa a la inclusión de los géneros y especies (es decir, cuando se trata de inclusiones de propiedades), y, finalmente, cuando es considerada la definición, es decir, cuando la materia es necesaria, como lo es en el caso del ejemplo de Aristóteles, pues el hombre es por definición un animal.

En este sentido, es interesante el contraste explicativo que hace Alejandro en su comentario, al decir que hay ciertas consecuencias contrapositivas que son válidas solo bajo el supuesto de una cierta materia de la proposición (alla epi hyles tinos)10. El ejemplo de Alejandro es el siguiente:

(1) Si es propio del hombre ser capaz de reír, entonces el no-hombre no es capaz de reír

Por esto, el comentario de Alejandro muestra que la lógica antigua es consciente de que existen proposiciones lógicamente verdaderas y de que ellas son las válidas en toda materia significativa. En efecto, ello explica por qué se expresa mostrando las tres diferentes materias, aceptando que si una proposición es válida con materia accidental, y ya es válida con materia necesaria y con materia relativa a los géneros y especies, entonces es _por decirlo así_ un canon o teorema de la lógica, o sea, una proposición lógicamente válida11.

Confirma esta noción de verdad lógica el examen que Boecio hace en sus tratados sobre el silogismo12 y los que Apuleio hizo anteriormente en su Peri Hermeneias, el más antiguo de los tratados sobrevivientes sobre lógica. Apuleio sostiene que para saber si hay o no necesidad lógica en una conversión debemos verificar en cada proposición, con la ayuda de las significaciones de los términos (significationes), si la verdad y la falsedad se mantienen idénticas una vez que la proposición es convertida. Así, Apuleio lista las significaciones porque, como dice, éstas no son innumerables (innumerae): la propiedad, el género, la diferencia, la esencia y el accidente13. Estos predicables contienen ya la doctrina de la materia de la proposición.

es por esto que parece corroborada la tesis de que la materia de la proposición estaba en el pensamiento de Aristóteles como un asunto relevante para el desarrollo de su lógica y que, por tanto, tenían razón los antiguos comentaristas cuando la citaban como parte de las reflexiones que acompañan a la constitución de esta teoría lógica antigua. Y esto no es todo, porque en Categorías 11b38-12a5 Aristóteles establece una distinción que creo es fundamental no solo para entender su lógica sino su misma filosofía. Dice allí que hay que reconocer dos tipos de predicados para un sujeto cualquiera, en acuerdo con dos tipos de contrarios que afectan a la sustancia primera. Y explica que el predicado `par' se dice del número de un modo esencial porque entre par y su contrario impar no hay estado intermedio, como consecuencia de lo cual el término privativo (`impar') significa lo mismo que el término indefinido (`no par'), haciendo que las proposiciones `el 2 es un número par' y `el 2 no es un número impar' sean equivalentes y también las proposiciones `el 2 es impar' y `el 2 es no-par'. Lo mismo se aplicaría, sostiene Aristóteles, respecto de sano y enfermo y el cuerpo animal como sujeto.

Con todo, no es lo mismo, si el predicado es accidental al sujeto: por ejemplo, bueno y malo dichos del hombre, o justo e injusto, pues ningún hombre tiene la bondad o su contrario (la maldad) de modo necesario. Lo mismo respecto de justo e injusto. Y puesto que son contrarios accidentales, sostiene Aristóteles, entonces los efectos son diametralmente opuestos a los vistos arriba: ya que injusto no será lo mismo que no-justo y entre justo e injusto sí hay estados intermedios tal como entre blanco y negro, que despliegan una gama de colores intermedios. De este modo, (c) `un hombre es injusto' no significa lo mismo que (d) `un hombre es no-justo' ni tampoco lo mismo que (e) `un hombre no es justo', sino que se ordenarían estas proposiciones _y aquí hay diferencias entre los comentaristas antiguos, medievales y modernos, respecto a cómo se da este orden_14 de la siguiente manera: (e) se sigue de (d) y (d) se sigue de (c); por tanto, (e) se sigue también de (c). Dice así en efecto Aristóteles:

"Si los contrarios son tales que es necesario para uno o el otro de ellos pertenecer a las cosas donde ellos naturalmente ocurren o son predicados, no hay nada intermedio entre ellos. Por ejemplo, enfermedad y salud ocurren naturalmente en los cuerpos de los animales y es por tanto necesario para uno o el otro pertenecer a un cuerpo animal, ya sea la salud o la enfermedad; igualmente, lo par y lo impar son predicados de los números, y es ciertamente necesario para uno o para el otro pertenecer a un número, ya sea lo par o lo impar. Y entre estos no hay nada intermedio _entre salud y enfermedad o par e impar. Pero si no es necesario para uno o el otro pertenecer, no hay un estado intermedio entre ellos. Por ejemplo, negro y blanco ocurren naturalmente en los cuerpos, pero no es necesario para uno o el otro pertenecer a un cuerpo (ya que no todo cuerpo es o bien blanco o bien negro). Igualmente, malo y bueno son predicados ambos de los hombres y de muchas otras cosas, pero no es necesario para uno o para el otro pertenecer a esas cosas de las que se predican (porque no todas las cosas son buenas o malas). Y entre estos hay ciertamente algo intermedio, como lo gris y lo amarillo entre blanco y negro; en algunos casos, sin embargo, no es fácil encontrar un nombre para el estado intermedio, pero es por la negación de cada uno de los extremos que el estado intermedio es reconocido, como en el caso de ni bueno ni malo, y ni justo ni injusto".

La doctrina de la materia de la proposición sostiene que todas las proposiciones de la lógica de Aristóteles, esto es, todas las formas sintácticas establecidas por él en De Interpretatione, adquieren contenido por la significación de los nombres y los verbos que se hallan ya en el sujeto ya en el predicado de las proposiciones, y que este contenido constituye la materia de la proposiciones. Lo original es esto, a saber, que la materia puede ser contingente, necesaria o imposible. Nada más. La doctrina es conocida por peripatéticos y platónicos: Apuleio, Alejandro de Afrodisia15,Siriano16 , y Boecio17, y Amonio Hermias, el neoplatónico y cabeza de la escuela de filosofía occidental en el siglo VI d.C., en Alejandría, hace una descripción de ella18:

"Estoy hablando acerca de la relación según la cual el término predicado siempre se predica del término sujeto, como cuando decimos que el sol se mueve o que el hombre es un animal, o nunca se predica, como cuando decimos `El sol está quieto' o `El hombre es alado', o a veces se predica y a veces no, como cuando decimos que Sócrates camina o lee. Aquellos que se preocupan del tratamiento técnico (technología) de estas cosas llaman a esta relaciones `las materias de las proposiciones', y dicen que una de ellas es necesaria (anagkaía), la otra imposible (adúnatos), y la tercera contingente (endekhoméne). La razón de estos nombres es evidente, pero ellos decidieron llamar a estas relaciones `materias' porque son vistas junto con las cosas que subyacen (hupokheímena) a las proposiciones, y no se obtienen desde nuestro pensamiento o predicación, sino de la misma naturaleza de las cosas".

Amonio remite la doctrina a unos ciertos technologoi de la lógica y el contexto general de su comentario es hacer una distinción con la noción de modo (tropos) de la proposición, por cuanto éste ya supone una proposición formada con alguna materia. El pasaje de Amonio aclara muy bien que todas las proposiciones de la lógica de Aristóteles tienen una materia aportada por las cosas que subyacen a las proposiciones y que no es suficiente para que se constituya una expresión digna de verdad o falsedad lógica que se predique _desde nuestro solo pensamiento o predicación, oiesis te kai kategoría_ un predicado de un sujeto. Es necesario que la proposición tenga algún contenido y algún significado que pueda ser capaz de probar algo, como recuerda Alejandro de Afrodisia en un pasaje de su comentario a los Tópicos19. Por la misma razón, los comentaristas antiguos, cuando enfrentan la enseñanza de una operación lógica donde la forma de la expresión es importante, explican la operación lógica bajo las tres materias en cuestión. Así, por ejemplo, en Boecio y Amonio, el así llamado `cuadrado de las oposiciones' tiene una explicación no solo para proposiciones con materia accidental, sino que también para aquellas con materia imposible y necesaria.

Quisiera recordar en este momento que la doctrina de la materia de la proposición no es del todo desconocida por los lógicos medievales, aunque puede haber parecido una manera bizarra de entender la lógica para aquellos que insistían en interpretarla de manera formalista y demasiado oscura para ser origen de la lógica formal20. Por eso estoy de acuerdo con Lukasiewicz en que la lógica de Aristóteles es formal sin ser formalista. Pero las razones que Lukasiewicz da no son las que yo sostengo. Yo digo que la lógica de Aristóteles es formal porque Aristóteles relaciona su lógica con la materia accidental de la proposición y digo que no es formalista porque Aristóteles no vacía de contenido a las proposiciones de su lógica (porque tienen, en efecto, materia accidental). En cambio, el lógico polaco dice que la lógica de Aristóteles es formal porque sus expresiones manifiestan total ausencia de contenido, pero no es formalista porque su lenguaje no es perfectamente definido, formalizado y seguro de operar sintácticamente. O sea, podemos agregar, no cumple con la condición leibniziana de caeca ratio. Por ello, dice Lukasiewicz, solo la lógica de los estoicos y la lógica moderna son formalistas21. No rechazo este último aspecto de la opinión de Lukasiewicz respecto de por qué no es formalista la lógica de Aristóteles, es solo que mi concepto de formal es otro: se trata de que las expresiones, digamos, las proposiciones y los silogismos, para ser lógicas, no requieren ser absolutamente vacías de contenido significativo, sino que deben mantener una materia o contenido accidental _y esto, a mi manera de ver, permite que tengan todas presuposición existencial. Ahora bien, si una proposición es científica, por ejemplo, `Todo triángulo rectángulo es circunscrito en un semicírculo', entonces su materia es necesaria, no simplemente accidental, pues la inclusión de la definición del predicado en el sujeto es necesaria. Pero en este caso la proposición es semánticamente verdadera y el silogismo que demuestra esta verdad, a partir de premisas verdaderas, es científico, aun cuando el mecanismo de demostración sea lógico (y es claro que lo es, ya que la misma forma silogística demuestra un silogismo que no concluye en una proposición necesariamente verdadera). Y es así, porque las inferencias y silogismos lógicos son correctos por la forma (lógica) y verdaderos por la materia. Tómese: `Todos los hombres son mamíferos. Todos los griegos son hombres. Luego, todos los griegos son mamíferos'. Este es un Barbara, lógicamente hablando, pero también es un silogismo científico, porque _bajo un aspecto_ si las premisas son necesariamente verdaderas (según la ciencia de Aristóteles), entonces la conclusión es necesariamente verdadera; desde luego, es también _bajo el otro aspecto_ un silogismo lógico, ya que es la demostración de que la verdad de la conclusión es correctamente deducida, si las premisas lo son, de acuerdo con ciertas reglas y principios. Por eso dice Aristóteles que toda demostración es un silogismo, pero no viceversa; pues para él todo argumento verdadero es correcto, pero todo argumento correcto no necesariamente es verdadero.

Entonces, ocurre que su teoría lógica de la demostración, basada en el silogismo, es la lógica que subyace a su idea de ciencia demostrativa. Algo puede parecernos muy verdadero, pero _a no ser que sea captado como necesariamente verdadero por nóesis_ no será científicamente verdadero, o sea, demostrativamente verdadero.

Esta conclusión ya había sido adelantada, en otros términos, por J. Corcoran en su artículo Aristotle's Natural Deduction System22.

"The Analytics as a whole forms a treatise on scientific knowledge (24a, 25b28-31). On Aristotle's view every item of scientific knowledge is either known in itself by experience (or some other non-deductive method) or else deduced from items known in themselves (Posterior Analytics, passim, esp. II, 19). The Posterior Analytics deals with the acquisition and deductive organization of scientific knowledge. It is the earliest general treatise on the axiomatic method in sciences. The Prior Analytics, on the other hand, develops the underlying logic used in the inference of deductively known scientific propositions from those known in themselves; but the logic of the Prior Analytics is not designed solely for such use (cf., e.g., 53b4-11; Kneale and Kneale, p. 24)".

Supongamos que la conclusión de un silogismo demostrativo o científico es que el triángulo rectángulo es una figura cerrada de tres lados. Su justificación es: porque todo triángulo es una figura cerrada de tres lados. Esta conclusión es verdadera por la materia necesaria denotada por las proposiciones; y la conclusión es correcta porque el silogismo que lo demuestra es correcto lógicamente. Lo único que se requiere es que esta conclusión, aparte de ser semánticamente verdadera desde los principios, sea demostrada por medio de un silogismo que sea correcto lógicamente, y para ello está la lógica supuesta de los Analíticos Primeros, que enseña qué es una demostración lógica (o una teoría de la deducción). Una conclusión, pues, puede ser necesariamente verdadera y por ello su materia será necesaria _pero no por ello pertenecerá a la ciencia. Sin embargo, si la validación lógica, que no repara en su materia y que no es asunto del científico qua científico, logra su corrección demostrativa o silogística, entonces sí formará parte del corpus demonstrativum. No hay cómo soslayar la parte lógica de su teoría de la ciencia, a menos _claro está_ que no se trate de una conclusión, sino de un principio indemostrable desde donde se origina el desarrollo deductivo de toda ciencia, pues de los primeros principios no hay demostración, sino intuición.

Pero yo apuntaba más lejos cuando mencionaba la actualidad de la lógica de Aristóteles. Primero, que la lógica de Aristóteles contiene todas las conclusiones de FOL cuando se trata de predicados unarios o monádicos. Segundo, que la lógica matemática no recoge completamente la lógica de Aristóteles, tal como algunos contemporáneos de Boole lo reconocían (especialmente De Morgan), puesto que las sutilezas de la negación de la lógica de Aristóteles no pueden ser capturadas por la nueva lógica. Y es que la proposición típica de Aristóteles para la A = Todo hombre es blanco (pas anthropos leukos estin: De Int 18a15) se transforma en Boole en: `No existe algo que sea un hombre y que no sea blanco', es decir, en una proposición sin importe existencial, y que registra solo la subordinación total de dos clases. También pasa lo mismo con `Ningún hombre es blanco': para la lógica matemática es `No existe algo que sea un hombre y que sea blanco'. Y es por esta razón que la lógica matemática no puede atrapar el valor semántico de las inferencias entre universales contrarias (A y E) y entre subcontrarias (I y O) de la lógica de Aristóteles, y solo se preserva la verdad de las contradictorias (A y O, E e I)23.

Como resultado, se ve que la lógica matemática, para expresar su grandeza, no debe mostrar que la lógica de Aristóteles no puede expresar predicados binarios y de exponente superior, sino que debe hacerse cargo de la lógica de Aristóteles en su totalidad, no reduciéndola a la sola negación por contradicción, sino integrar la negación por contrariedad y subcontrariedad. De otro modo, no es más que una reducción, la misma que Boole y de Morgan sabían que estaban haciendo. El lógico aristotélico puede alegar, hoy, con toda verdad, que la lógica matemática ha hecho avanzar la lógica olvidando la lógica de Aristóteles.

Retomemos las preguntas del inicio. Creo haber dado fundamento cierto para demostrar que la lógica de Aristóteles no es una mera parte de la lógica matemática, aunque la variación combinatoria del número de los exponentes predicativos, teoría contemplada por G. Leibniz y que no está del todo ausente en la lógica antigua24, es superior en su cálculo y puede plantearse problemas más generales que la de Aristóteles, que se reduce a la proposición mínima o unitaria y al predicado unitario. `Sócrates es justo' y otras proposiciones con materia significativa son el inicio natural de la lógica25. G. Frege hace lo que Leibniz no alcanza y la lógica se muestra como una poderosa visión ante la criticada metafísica especulativa. Y también Quine, a su forma, para evitar el escepticismo, intenta lo mismo. No obstante, no puede desconocerse que la lógica de Aristóteles deja abierta la posibilidad de formalizar la negación de las subcontrarias, donde `Alguien es sabio' y `Alguien no es sabio' son consistentes. También de las contrarias, donde todo se da bien, salvo que `Ningún hombre es justo' no se sigue de la falsedad de `Todo hombre es justo', ni viceversa.

En el pensamiento de Aristóteles, un Barbara científico26, contiene las tres materias, la necesaria es la cosa y su causa (`el hombre es animal'), la imposible es la negación del predicado necesario (`el hombre es no-animal'), y la contingente es la posible, la que se supone en la dialéctica, porque aquí no se sabe en un sentido científico. Una proposición geométrica es una proposición de la lógica o, mejor, de la Analytica, que primero ve lo verdadero y luego lo demuestra, y demuestra otras proposiciones que se siguen. Y esto ocurre de la misma manera como, según J. Corcoran, A. Church lo presenta: la ciencia axiomática de la geometría se sigue de la lógica de primer orden tal como el silogismo científico de Aristóteles se sigue del silogismo lógico27. Aquí, la lógica de primer orden es la lógica supuesta (underlying) de la axiomática geométrica, tal como el silogismo lógico es un supuesto en el silogismo científico o demostrativo. Un silogismo, para ser lógico, tiene que mirar hacia sus reglas de inferencia, no hacia la materia de que se trata, aunque lo que esté validando como correcto sea científicamente verdadero. Las proposiciones de la matemática y de la física, si son verdaderas o falsas, es decir, con materia necesaria o imposible, son lógicas, si se mira a las reglas del silogismo, o sea, si se quiere demostrarlas, pero no van a ser verdaderas sin demostración, a menos que sean primeros principios indemostrables.

Notas


1 Aunque hay otras cuestiones que son anteriores a éstas _desde luego, qué es la lógica de Aristóteles_ las ignoraré por ahora, aunque especificando que circunscribo la lógica de este filósofo antiguo a lo que está contenido en sus obras lógicas.
2 Y uno de ellos, chileno: el prof. Rolando Chuaqui (1936-1994), cuya influencia en el medio de las ciencias formales chilenas sigue vigente. 3 Por ejemplo, J. Barnes en su comentario a Analíticos Posteriores 74a25. Cf. Barnes (1993), p. 124.
4 Tomo el signo `∃x' como el cuantificador existencial `Existe un x', donde `x' es una variable del universo predefinido. Los signos `^' y `¬ ' significan la conjunción y la negación, respectivamente.
5 Esta es, en efecto, la opinión de todos los comentaristas antiguos, quienes extraen esta consecuencia de De Interpretatione 19b22-31.
6 Hay que notar también que Aristóteles en De Interpretatione 23b15-25 sostiene la misma doctrina, esta vez con el ejemplo de que ser malo supone ser no-bueno, pero no viceversa.
7 Correia (2000), pp. 53-63.
8 Correia (2004), pp. 247-258.
9 Correia (2005), pp. 153-160.
10 Cf. Alejandro de Afrodisia in Top p. 192, 8.
11 Correia (2005), p. 155-156. No está de más agregar que los comentarios medievales entran en una suerte de aporía respecto de si la contraposición es una ley lógica válida para todos los tipos de proposiciones categóricas (A, E, I, O), y hay incluso algunos comentaristas modernos que no tienen claridad sobre esto, si bien Aristóteles y Alejandro la aplican solo a la universal afirmativa, es decir, a las de tipo A, y por tanto, no yerran respecto de la contraposición en Tópicos, ya sea que aquí Aristóteles intente decir algo relevante para la lógica ya sea que no.
12 E.g. Introductio ad syllogismos categoricos (=ISC) 770D and ff. Also in Int 15-16, p. 137.
13 En Peri Hermeneias VI, 4-6, p. 182.
14 Ver Cavini (1985), pp. 20 y ss.
15 Boecio, in Int, 21-24, p 136 (=Meiser 1877-1880).
16 Boecio, in Int 2, 5-6, p. 323 (=Meiser 1877-1880).
17 Boecio, Introductio ad syllogismos categoricos, 770D y ss. PL 64, vol ii,. (=J-P Migne 1891). Este texto (805B-C) que no voy a ocupar aquí, da una prueba sorprendentemente clara de la importancia de la materia de la proposición para entender la lógica de Aristóteles. Boecio, siguiendo a Teofrasto y Eudemo, y también a Porfirio, determina la validez de la conversión y la contraposición en razón de la materia imposible, necesaria y contingente. Habla entonces de validez universal, cuando se aplica en todos los casos; y validez general, cuando se aplica a los más de los casos. Hay conversiones que no son válidas en todos los casos, pero sí en algunos, dependiendo de la materia supuesta de la proposición. Por ejemplo, dice Boecio, la particular negativa que no se convierte (tal como dice Aristóteles en Analíticos Primeros I) no puede convertirse si la materia es imposible: `algún hombre no es piedra' es verdadera y `alguna piedra no es hombre' es verdadera también.
18 Amonio, in Int, p. 88, 12-28. (= Busse 1895).
19 Alejandro, in Top, 10, 19-21 (= Wallies 1891).
20 La doctrina de la materia tampoco es totalmente desconocida en la historia de la lógica moderna. De hecho, reaparece en el libro de lógica de J. Maritain (1976), en la discusión sobre la validez de los silogismos e inferencias que tienen antecedentes universales y consecuentes particulares (pp. 288-301), discusión que supone la cuestión de la presuposición existencial y que culmina con una defensa de Maritain de que la lógica y la lógica contemporánea (lo que él llama logística) son esencialmente diferentes (p. 288). Yo no estoy de acuerdo con este resultado, obviamente, sino _al contrario_ con la unidad de ambas, a pesar de sus diferencias.
21 Lukasiewicz (1977) ha propuesto considerar a la lógica de Aristóteles como una lógica formal, pero no formalista, sobre la base de que la del estagirita tendría una expresión menos exacta que la lógica formalista, que él identifica con la lógica de los estoicos y, sobre todo, con la lógica contemporánea. Argumenta, creo correctamente, que la lógica de Aristóteles carece de exactitud en su presentación, mientras que el formalismo "requiere que el mismo pensamiento sea expresado siempre por medio de exactamente la misma serie de palabras y ordenadas exactamente de la misma manera" (p. 24). De este modo, "cuando una prueba es construida de acuerdo con este principio, podemos controlar su validez sobre la base de su forma externa solamente, sin hacer referencia al significado de los términos usados en la prueba" (p. 24).
22 Corcoran 1974, p. 91.
23 El desarrollo de esta idea me sacaría de mi propósito aquí. A continuación, apunto lo esencial. Según Boole (1847), como un modo de escapar a las paradojas de la presuposición existencial, las proposiciones categóricas tradicionales (A, E, I, O) deben ser interpretadas como el producto de la intersección de las clases formadas por los objetos denotados por el término sujeto y el término predicado, en el supuesto de que cada término tenga o no denotados (i.e., tenga o no implicación existencial). Por ejemplo, si S = 0, entonces S es vacío (i.e., no tiene implicación o contenido existencial); si S ¹ 0, entonces S no es vacío (i.e., tiene implicación o contenido existencial). Así, SP representa a la proposición categórica `S es P' y será igual a 0 o distinta de 0. Si igual, entonces no hay nadie que sea S y P; si distinto, entonces hay alguien que es S y P. Desde aquí, pueden reformularse todos las proposiciones categóricas tradicionales (A, E, I, O). Es claro, en primer lugar, que E: S y P = 0, I: S y P ¹ 0. Además, es claro que una A ya no afirma que todo S es P (porque puede no haber algún S), sino negativamente, que no existe ningún S que no sea P, y ésta, como toda proposición tipo E, afirma que la intersección entre S y P es vacía. De aquí que A: S y no-P = 0. Finalmente, como la tipo O afirma que hay alguien que es S y no-P, entonces O: S y no-P ¹ 0. Se ve entonces que, en el arreglo de Boole, las universales (A y E) no tienen implicación existencial, mientras que las particulares (I y O) sí la tienen. Dadas estas reformulaciones, se siguen algunas consecuencias semánticas: las más importantes son: (i) que las relaciones de inferencia tradicionales del Cuadrado de Oposiciones deben ser todas invalidadas, excepto las diagonales contradictorias. Después (ii) que A y E dejan de ser inconsistentes como en el Cuadrado tradicional, y pueden ser ahora ambas verdaderas. Similarmente, (iii) I y O pueden ser ahora ambas falsas, cosa que no ocurría en el Cuadrado tradicional. También, (iv) todas las inferencias cuyo antecedente es universal y su consecuente particular, son inválidos, por ejemplo, la conversión de la A; algunos modos silogísticos considerados tradicionalmente válidos, como Darapti, Felapton (tampoco Barbari, etc.).
24 Esta tesis en Correia 2002, pp. 234-237.
25 Con esto justifico por qué dije (2002, pp. 21-24) que los ejemplos de Aristóteles en los Analíticos Primeros normalmente son de materia contingente o accidental. Y es que a veces Aristóteles propone ejemplos de dialéctica científica, de materia que parece ser verdadera, mientras que en los Analíticos Posteriores los ejemplos se supone que tienen que ser verdaderos. 26 Es decir, un silogismo asertórico de la primera figura silogística compuesto por dos premisas universales afirmativas y una conclusión también universal afirmativa.
27 Church 1956. Cf. Corcoran 1974, p. 90.

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