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viernes, 24 de febrero de 2012

Entrevista al filósofo Antonio Fornés

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por Lorena Ferro



Antonio Fornés: "En general somos banales porque no sabemos qué otra cosa ser"
¿Es el nuevo año un buen momento para replantearnos la vida? El autor de 'Reiníciate' cree que sí y nos invita a hacerlo para dejar de ser 'esclavos' | Kant o Dostoievski lo hicieron




Aislarse del mundanal ruido, parar, escucharnos y tomar verdaderamente nuestras propias decisiones para dejar de ser "esclavos". Esto es lo que propone Antonio Fornés (Barcelona, 1968) en Reiníciate (Editorial Diéresis). El filósofo nos invita a no conformarnos con la insatisfacción y a hacer un reset mental para conseguir liderar nuestras vidas hacia la libertad. Y lo hace explicando las historias reales de grandes pensadores como Dostoievski, Tolstoi o Kant que un día decidieron parar, reflexionar y volver a iniciar sus vidas. ¿El nuevo año puede ser una buena ocasión para intentarlo?

¿Tan mal ve el panorama actual que propone un reset?
A nivel tecnológico estamos en una época magnífica. Pero eso ha afectado a nuestro equilibrio con la parte espiritual o humana que tenemos descuidada por el exceso de trabajo, de consumismo… Eso, en general, nos ha convertido en personas mucho más superficiales, más preocupadas de cosas que no tienen tanta importancia como nos parece. Y dentro de esa locura, tendemos a conformarnos. Dentro de esa situación de insatisfacción y de angustia lo fácil o lo seguro es permanecer en esa situación de gris en lugar de reequilibrarnos, reiniciarnos y tirar adelante.

Y ¿Cómo nos reiniciamos?
De vez en cuando necesitamos parar, silenciar el ruido de todo lo cotidiano y escucharnos a nosotros mismos. Hay que dejar de hacer cosas. Ese es el primer paso: romper ese bloqueo que todos tenemos de nuestros sentimientos profundos, de esas ansias… Esta sociedad te obliga a hacer cosas y el caso más evidente son las vacaciones: no puedes volver al trabajo y decir que no has hecho nada, hay que: subir en globo, tirarse en paracaídas, andar 5.000 kilómetros… Y ¡¿para qué?! Hay que disfrutar de la vida, no sumar acontecimientos.

En el libro cita a Sócrates para ilustrar que hay que vivir reflexionando ¿Quiere que nos volvamos monjes?
No. Justo lo contrario. Es una llamada a vivir y a hacerlo plenamente. Hay que volver a calibrar el sentido de la vida, masticarla y no dejarla pasar. Muchas veces somos como el péndulo de un reloj viejo de pared que está todo el día moviéndose de aquí a allá pero en realidad está siempre en el mismo sitio.

¿Se puede cambiar teniendo en cuenta el ritmo de vida actual?
Se puede y se debe. No hay nada más importante que vivir y hacerlo como seres humanos. Cuando trabajamos y nos dejamos llevar por la rutina nos convertimos en un engranaje perfectamente sustituible. Solo hay un momento en el que no somos sustituibles que es cuando dejamos de hacer cosas, cuando pensamos, cuando miramos hacia nuestro interior.

¿Cree que no pensamos en lo realmente importante?
Cada vez menos. Incluso en las humanidades todo el pensamiento reflexivo se elimina: hemos de estudiar una cosa que sirva para algo porque la obsesión de la sociedad es convertirnos en herramientas, en máquinas.

¿Por eso dice que hemos convertido la vida en algo vulgar?
Vulgar, superficial… En general somos banales porque no sabemos muy bien qué otra cosa ser. Basta con ver la tele o escuchar la radio para ver hasta qué punto hemos superficializado nuestra vida y reducido nuestras diversiones a cosas absolutamente ridículas.

¿El miedo nos frena?
Sí. Cuando en el libro hablo de personajes famosos no lo hago tanto para explicar la literatura de Dostoievski o el pensamiento de Pascal sino para ver como todo el mundo tiene ese momento de choque, que puede ser leyendo un libro, en el cual miramos hacia nuestro interior y nos escuchamos. A ellos les pasó.

Pero ¿Sabemos lo que queremos?
Creo que en el fondo sí. Nuestros deseos están ahí escondidos, pero nos da miedo sacarlos porque el día a día es muy fácil, muy cálido…

¡¿Qué hacemos entonces?!
Hay que atreverse a tomar decisiones individuales, que es otro gran problema de la sociedad actual. Hoy prácticamente toman por nosotros todas las decisiones: desde lo que vamos a comer, si podemos fumar, etc. Romper los miedos cuesta, pero a la larga es mucho más beneficioso. La mayoría de nosotros por miedo nos quedamos al otro lado de la orilla y nos conformamos con una vida gris, lamentable…

Critica la actitud de “seguir la manada”
El “seguir” es muy fácil y muy seguro, pero no nos satisface. Si rascas un poco puedes ver que la gente no es feliz. La persona del siglo XXI es un ser un poco torturado a medio camino entre lo que debería hacer y lo que quisiera ¿¡Cuánta gente toma una pastilla por las mañanas para alegrarse el día y otra por la noche para dormir!? Aquí hay algo que no funciona.

Pero salirnos del camino nos puede convertir en seres asociales …
Tampoco significa romper del todo. Simplemente se trata de liderar nuestra propia vida. Creo que las consecuencias de estos actos serán buenos… Y aunque sean malos, tendremos la satisfacción de haberlo intentado y mejoraremos a quien nos rodea.

¿Somos esclavos?
Dostoievski decía que la obsesión de todo hombre es buscar a alguien que le esclavice. Nos hemos convertido en esclavos y a pesar de que la libertad está en boca de todos, somos muy poco libres. Un ejemplo: Henry Ford en mitad de la depresión impuso el salario de los cinco dólares y la gente le decía “¡¿Cómo le subes el salario a tus trabajadores?!” y el se reía y decía “¿Qué creéis que van a hacer cuando les suba el salario?... ¡Comprar un coche!” (risas). “¡Son mis esclavos! Creen que les doy más libertad pagando más pero me lo van a devolver todos”. Ahora somos esclavos de una hipoteca…

Hay que hacer esfuerzos para tener casa…
¿Cuanta gente ha cambiado de piso para tener uno más grande o para estar en un barrio presuntamente mejor? Y a cambio ha accedido a esclavizarse toda su vida… ¡está sufriendo como un animal por tener un piso 30 metros más grande! Todos podemos vivir con mucho menos. No se trata de renunciar al capitalismo, pero hay que tomar la vida desde la perspectiva del valor que tienen las cosas.

¿Todo el mundo sabe escucharse?
Creo que sí. No hacen falta terapias ni técnicas. En el fondo todos nos conocemos, otra cosa es que estemos dispuestos a escucharnos y a soportar las posibles consecuencias…

¿Si nos escucháramos más quizás evitaríamos el psicólogo?
No tengo ninguna duda. Se habla de que entre el 50 y el 60% de las visitas en la atención médica primaria son por razones puramente de angustia: la gente va a hablar con el médico. Tenemos móviles de todo tipo pero esta sociedad más comunicada es al mismo tiempo la más solitaria en conversaciones de verdad.

¿Un buen momento para reiniciarse puede ser el cambio de año?
Cualquier momento, pero el fin de un año o el inicio de otro puede ser un momento bueno porque se tiende a hacer balance y propósitos para el nuevo año.

En momentos de crisis quizá es más sencillo…
Sí, pero al mismo tiempo es más peligroso porque se multiplican muchísimo los mensajes del tipo “hay que trabajar más” y estamos dispuestos a renunciar a más cosas para continuar siendo infelices.

¿Hay que reiniciarse más de una vez en la vida?
Depende de cada uno pero creo que necesitamos reiniciarnos más de una vez. Lo ideal sería hacerlo cada noche: reflexionar sobre el día y encarar el siguiente.

Dígame algún personaje actual al que le recomienda un reinicio…
Hombre… la clase política debería reiniciarse en bloque sin falta (risas), porque citar a un político sería injusto para los demás. Ellos siempre nos dan las mismas recetas y los mismos discursos sin ofrecer nada nuevo… Se quedan siempre en la superficie.

Dice que todos deberíamos llevar palabras de Kant anotadas en nuestra agenda ¿Qué la filosofía rija nuestras vidas?
No tengo ninguna duda (risas). Platón en la República dice que es el filósofo el que debe gobernar porque conoce el bien. Yo, aunque sea ingenuamente, lo creo.

¿El filósofo es el que conoce el bien?
Es el que debería gobernar porque como mínimo intenta conocer el bien. El filósofo es el hombre que hace preguntas, no el que obedece. Y cito a Kant porque ¿Qué es la ilustración? es uno de los textos gloriosos de la historia de la humanidad porque dice “toma tus propias decisiones”. Piensa por ti mismo porque eres un ser humano y, por tanto, valiosísimo.

 

Diario LaVanguardia 2/1/2012



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