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domingo, 16 de septiembre de 2012

Juan Filloy, escritor argentino

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por Prof. Hugo Aguilar
Facultad de Ciencias Humanas - UNRC Universidad Nacional de Río Cuarto



La literatura, ese gesto del azar que el hombre suele cometer, construye sus molinos, sus castillos y sus héroes con el filo de una palabra, con el vacío inescrutable del silencio y a veces, con una imagen definitiva y el pulso firme de un mago sin trucos, pleno de magia. Juan Filloy es uno de estos magos implacables. En sus obras no hay dudas, visteos, fintas, ni demoras. Hay literatura en estado puro, construida al cobijo de una erudición inapelable y de un amor sin trabas por la palabra.


Escritor por y para las palabras, Filloy dejó correr su pluma para dar vida no sólo a infinidad de personajes entrañables, sino también para construir a cada paso un nuevo escritor, reinventándose en cada obra y a la vez, profundizando las marcas de un estilo personalísimo. En esa tensión, Filloy fue el feroz crítico social que en “¡ESTAFEN!” ”escruta sin piedad las vergüenzas de un sistema judicial eternamente corrupto y las mezquindades de la sociedad que lo prohíja; el profeta de “OP OLOOP” que intuye al hombre del siglo XX como una máquina racional hasta las lágrimas, roto por los miasmas de un amor indefectible que sólo conduce a la muerte; y es también el poeta de “CATERVA” que construye desde el dolor y la ausencia la épica de un proyecto humano que parece insostenible: la solidaridad. Y es el novelista que en su búsqueda empecinada y crucial de formas nuevas de contar, da por abolido al narrador tradicional y le entrega a sus personajes la andadura coral de sus historias. Allí está la impecable “L`AMBIGÚ” para probarlo y sus novelas posteriores, deudoras de ese logro.
Porque Filloy es un escritor único y múltiple como la caterva que reina en su novela fundamental. Y es aún el escritor oculto en sus obras inéditas, que atesoran, sin dudas, aquello que Don Juan prefirió no reclamarle al silencio, desde el extraño privilegio de haber podido elegir qué escritor quiso y decidió ser. Ese escritor que tomó por las solapas a las formas y cánones literarios decimonónicos e instaló a la narrativa argentina en el siglo XX. El escritor que llenó de tensión al discurso narrativo desde el juego exacto y vigoroso de un léxico apabullante, que brilla preciso en la expresión refinada y sutil y brama aún más certero en la desnudez de la palabrota atrabilante pero necesaria.
Es que Filloy es el escritor de las palabras y de las audacias, los límites difuminados y la voluntad inapelable de reclamar a la palabra que vaya más allá, que diga un poco más, que devele los laberintos intrincados de la pasión, la razón y el destino, que es como decir la vida y la muerte. Para que la palabra nos diga cómo, cuándo y por qué. Y que tome por asalto las, a veces y para muchos, inexpugnables fortalezas del significado. Así, la palabra en Filloy es materia y forma de la literatura, instrumento y centro de sí misma, corazón y brazos que buscan aquello que la realidad oculta. Por eso Filloy puede convertir en cómplice de su juego literario a sus lectores, por eso puede construir “CATERVA”, su novela definitiva, como un friso lingüístico, sociológico y político. Y a la vez, contar una historia en donde la solidaridad como acto y la apariencia como fundamento existencial imponen sus reglas y envían ferozmente a la realidad histórico social y ciudadana en que la novela fue escrita. Ese es Juan Filloy, escritor argentino. El hombre que fue juez y parte en el destino de sus obras y que nos confió la aventura, el placer y el compromiso de su lectura.
Ese es Juan Filloy, y digo es y digo bien, porque los artistas genuinos como nuestros afectos verdaderos no mueren, simplemente cambian de casa y se ponen a vivir en nuestro corazón, para siempre. Por eso, cada vez que un nuevo lector se asoma a un texto de Don Juan, la obra se anima y el viejo mago pone una vez más en funcionamiento la maquinaria sin trucos de su voz. Y lo inusual sucede, lo banal se rinde ante la voluntad del arte de derrumbar los límites de lo esperado y esperable. Y la realidad se inunda con la desesperación de Op Oloop, la dignidad de Estafen, la lucidez abismante de Elvirus, la calidez precisa de la caterva o el destino inapelable y cabal de los héroes. Y de pronto y por un rato, la realidad se vuelve otra y algo nos dice que podría ser distinta. Lo demás, lo demás es sólo trucos, industria, moda, artería, brillo sin alma: vacío.
Y así, nos damos cuenta de que ese milagro indescifrable que es el arte le ha ganado (otra vez) a la materia. Y levantamos la vista del libro y pensamos que no está mal que estas paredes y este techo donde las palabras del mago pueden asaltarnos una tarde cualquiera, lleven su nombre para siempre, en honor de su palabra y de su voz... nada mal. Porque es algo así como una venganza de la ficción literaria sobre el imperio inabarcable de la ciencia, ese otro gesto de la palabra creado por el hombre. Don Juan acogería esta revancha con su habitual elegancia y con una sonrisa cómplice que lo diría todo, incluso aquello que no nos imaginamos o que simplemente no decimos.


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domingo, 9 de septiembre de 2012

Videojuegos: una práctica cotidiana de los jóvenes

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por la Dra. Graciela Santos
Núcleo de Investigación Educación en Ciencias con Tecnologías (ECienTec), Departamento de Formación Docente, Facultad de Ciencias Exactas, UNICEN - Universidad Nacional del Centro


Los jóvenes de hoy desarrollan muchas de sus prácticas sociales con base en la tecnología digital. Dimensionar los procesos de enculturación a los que conllevan los avances tecnológicos implica la comprensión de la concepción de espacio-tiempo y realidad asociada.

Nociones de realidad virtual, realidad aumentada, ambientes inmersivos, avatares, tiempo real, etc. son significadas por los jóvenes en contextos de interacción digital, en los que se producen nuevos modos de acceso a la información, estilos de comunicación, entretenimiento y relaciones sociales. La realidad virtual representa una pseudorealidad desde la percepción, que se genera en la computadora y se corporiza en la imaginación, y mediante un avatar el usuario representa su perspectiva del ambiente virtual y lo controla en tiempo real. La tecnología permite agregar información a la realidad física (realidad aumentada), creando una realidad mixta que aporta asistencia en tiempo real, por ejemplo en casos de asistencia a conductores, decoración de interiores, arquitectura, cirugías, entretenimiento, entre otros.

La trascendencia de la cultura tecnológica en la vida cotidiana lleva a que los videojuegos estén presentes en los procesos de socialización de los niños. Cada vez es más frecuente escuchar que los niños incorporan a los juegos tradicionales prácticas propias de los videojuegos, por ejemplo “gané una vida”, “pongamos reglas” y las listan cual menú. Una terminología que las generaciones socializadas con juegos tradicionales no utilizábamos, se ganaba o perdía sin más. Lo que nos lleva a pensar en una analogía entre la adquisición del lenguaje tecnológico con la lengua materna. Un conocimiento mediado tecnológicamente que procede de la práctica, del hacer, de lo cotidiano, de las relaciones con los otros.

A los efectos de señalar las diferencias entre los jóvenes y muchos adultos en el uso de las tecnologías digitales, Marc Prensky (2001) utilizó la denominación de "nativos digitales” para la generación que crece y se desarrolla en permanente contacto con la tecnología e “inmigrantes digitales" para quienes las comenzaron a utilizar en la vida adulta. Estas denominaciones reflejan el estado de situación de un momento histórico, pero avanzado el siglo XXI llegará el tiempo en que todas las personas hayan nacido en la era digital. Esto es reconocido por el mismo autor y en 2009 plantea que es la “sabiduría digital”, entendida como las competencias que se desarrollan al interactuar con la tecnología digital, lo que diferencia a las personas. El cerebro de las personas que interactúan frecuentemente con la tecnología se reestructura producto de esa interacción, y genera un residuo cognitivo que implica modos particulares de pensar, socializar e informarse.

Los jóvenes acceden cotidianamente a videojuegos que recrean el mundo real o crean nuevos mundos, les proponen desafíos y problemas a resolver a partir de metodologías de motivación que los involucra y compromete con la situación planteada. Muchas veces estos videojuegos presentan una importante carga emotiva, llevándolos a apropiarse del problema y hacer de la resolución una meta personal. Proporcionan una experiencia situada en la que el jugador está inmerso en tareas de resolución de problemas complejos, la información no se presenta organizada por disciplinas y fragmentada por temas sino embebida en situaciones similares a las reales y en totalidades con sentido. Los ambientes virtuales llevan a los usuarios a realizar una actividad cognitiva caracterizada por la multitarea, evaluación de alternativas y toma de decisiones, los rápidos y constantes cambios de atención entre objeto y contexto, trasgresión de lo real, el intercambio con pares, etc.

El primer videojuego “PONG” fue creado por Noslan Bushnel en 1972, su contenido era muy simple ya que consistía en un rudimentario partido de tenis y pronto se convirtió en el juego preferido de los niños. A la par comienzan las preocupaciones de padres y educadores por sus posibles efectos perjudiciales. En los años 80 con el sistema Nintendo resurgen los videojuegos y nuevamente aparece el interés por investigar sobre sus efectos. Algunas investigaciones sugieren que jugar con videojuegos puede tener efectos negativos (adicción, agresividad, aislamiento social, conducta delictiva o antisocial, bajo rendimiento académico, obesidad, etc.) mientras otras resaltan efectos beneficiosos para la creatividad, el entrenamiento y mejora de habilidades, sea con fines terapéuticos o didácticos, entre otros.

El director creativo del grupo The Education Arcade del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y fundador de Learning Games Networ, Scot Osterweil, ha señalado recientemente en una entrevista publicada el 20 de julio de 2012 por la Technology Review en español:

“...como jugadores los niños encuentran un problema, ven que hay algo que no encaja y empiezan a investigar, probar, formulan una hipótesis y finalmente lo resuelven. En este proceso están utilizando un pensamiento sistémico muy bueno, y lo hacen incluso en videojuegos de disparos en primera persona, no sólo en juegos educativos. Si mostramos a los chavales que la auténtica Historia y la auténtica Ciencia consiste en ese tipo de resolución de problemas, se emocionarán por ellas, y eso los convertirá en personas mejor equipadas para el aprendizaje permanente.” (Scot Osterweil, 2012).

La facilidad de acceso a la tecnología es otro factor que contribuye a estos procesos de apropiación de nuevas prácticas culturales por parte de los jóvenes.

Recientemente, un estudio realizado sobre 229 alumnos de primer año de las carreras de ingeniería de la UNICEN (1) reveló que el 93,2% tiene una PC, el 66% posee telefonía móvil con acceso a Internet y un 85 % indica que su actividad de ocio preferida es el uso de la computadora para acceder a redes sociales, escuchar música y jugar. Aunque son datos sobre una población universitaria particular, esta preferencia de los jóvenes por la tecnología digital es un dato de consideración al momento de pensar estrategias de enseñanza e idear metodologías de educación en ciencias.

La actual generación de estudiantes demanda nuevas formas de acercamiento al aprendizaje. Entre los desafíos a los que se enfrenta la educación se encuentra la búsqueda de metodologías para generar experiencias de aprendizaje que tengan en cuenta las preferencias de esta nueva generación de jóvenes, que se inicia en el mundo digital a través de los videojuegos, y cómo responder a los retos y demandas de la sociedad actual. Esta problemática da origen a una de las líneas de investigación que aborda el grupo de Educación en Ciencias con Tecnología (ECienTec) de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen.

Finalmente y a modo de reflexión un pensamiento de David Jonassen, destacado académico del campo de la Tecnología Educativa (2):

“La gente no aprende de la tecnología, aprende pensando. Cuando las tecnologías mejoran el pensamiento de los estudiantes, se debe utilizar. De lo contrario, probablemente nada mejor que no usar tecnología.” (Jonassen, 2012)



Referencias

1) Trabajo de investigación: Ambientes virtuales altamente interactivos basados en videojuegos y simulaciones para la educación en ciencias, María José Bouciguez (Becaria CONICET Tipo II)

2) Ali Simsek (2012) Interview with David H. Jonassen: Looking at the Field of Educational Technology from Radical and Multiple Perspectives, Contemporary Educational Technology, 3(1), 76-80. http://www.cedtech.net/. (fecha de consulta: 12/08/2012)



Extensión y Divulgación Universitaria
UNICEN - Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Bs As.




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La oscura autonomía de los robots

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por Leonardo Moledo

Diálogo con Pablo de Cristoforis, especialista en Robótica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

¿Pueden aprender los robots? La posibilidad de que puedan tomar decisiones propias sin la intervención de los humanos y aprender de sus acciones es una búsqueda eterna de la robótica, que plantea, por ahora, más preguntas que respuestas.


–A ver, este asunto de los robots... Cuénteme qué hace usted.

–Básicamente, en este laboratorio...

–Aclaremos que es un laboratorio del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA... no pude ponerlo en la volanta porque era muy largo...

–...que es donde se conciben, se piensan, se diseñan, se construyen, crecen, se desarrollan e incorporan diferentes capacidades a robots móviles de distinto tipo, con distintos sensores, con distintos motores, con distintas configuraciones. Esa es toda un área de desarrollo del laboratorio de robótica. Otra área tiene que ver con cómo se dota al robot de todo el software necesario para que pueda llevar adelante distintas tareas.

–Hablemos de la primera de las áreas entonces.

–Una línea de investigación que tenemos en el laboratorio tiene que ver con la capacidad de navegación autónoma de los robots móviles. En “navegación” incluimos la exploración del entorno, la construcción de un modelo del mundo (imprescindible para que el robot pueda interactuar con el medio) que se dae a través de mapas y la localización del robot en el propio ambiente.

–¿A qué se refiere cuando habla de entorno? ¿Entorno topológico?

–Puede ser un entorno topológico. Por ejemplo, si yo quiero ir de acá a mi casa, no voy a tener un mapa preciso de todas las instancias del entorno que voy a tener que recorrer; lo que voy a hacer, mentalmente, es recordar que existe una parada de colectivos, que yo tengo que ir a esa parada de colectivos, que para ir ahí tengo que salir de la facultad, que luego de tomarme el colectivo tengo que bajarme en determinada parada, etc. Eso es lo que hacemos los humanos. Y también es lo que procuramos que hagan los robots. Y eso es lo interesante. Esa misma metodología se le puede asignar a un robot: existen mapas topológicos, mapas métricos.

–Y existe el GPS.

–Sí, claro. Que también se utiliza en robótica, fundamentalmente en entornos abiertos, exteriores, porque en ambientes cerrados no se puede utilizar.

–¿Por qué?

–Porque necesita poder “ver” los satélites que envían la información.

–¿Y a dónde apunta todo esto?

–Una de las cosas que se busca permanente en la robótica móvil es la autonomía: que los robots puedan hacer cada vez tareas más complejas sin la intervención humana. La capacidad de sensado, de control, de moverse en un entorno desconocido es algo muy interesante y atractivo desde el punto de vista del desarrollo. Por ejemplo, los robots que se mandaron a Marte tuvieron la capacidad de navegar y explorar la superficie marciana sin que un humano lo manejara desde acá. Eso hubiese sido imposible porque el tiempo que tarda en llegar una orden desde la tierra habría hecho que los robots chocaran con las rocas. Ahí hay una aplicación bien concreta. Si uno quiere inspeccionar un lugar que puede estar contaminado por material radiactivo, también es bueno tener un robot que cuente con autonomía para poder tomar decisiones sin intervención humana.

–¿Cómo toma las decisiones?

–Lo más interesante es que muchas veces no es el programador el que decide cuál es la acción que va a realizar el robot ante cada situación, sino que el robot puede ir tomando decisiones que va aprendiendo de la propia interacción con el medio. Eso también existe y es toda un área de desarrollo. Es decir que el robot puede aprender.

–Pero el programador, imagino, le pone una función del tipo: “Si hay más que x humedad, salí del lugar”. ¿O el robot puede tomar decisiones por sí mismo?

–Sí, puede. De alguna forma, construye una representación del mundo, conoce cuáles son las acciones que puede ejecutar y cuáles las variables que puede incorporar del medio ambiente, y en función de esas dos cosas puede ir mejorando las acciones que puede ir tomando. Básicamente se realiza un esquema de aprendizaje por refuerzo (es el caso del perro de Pavlov), donde uno al robot lo deja que tome acciones y lo premia cuando las tareas que ejecuta son las que se están buscando y se lo castiga cuando las acciones no son las que uno espera. Ese algoritmo se puede ejecutar muchas veces y a medida que se va ejecutando mejoran las decisiones que puede tomar el robot.

–Pero hay un algoritmo que pone usted...

–Sí, eso es cierto. También hemos utilizado redes neuronales artificiales para ver si pueden aprender un determinado comportamiento. Si uno quiere que un robot evite obstáculos, puede entrenar determinada red neuronal.

–El asunto de las redes neuronales, ¿no está un poquito en decadencia? Tuvo su boom y ahora parecería ser que...

–Como toda nueva área, en sus comienzos parece que va a resolver todos los problemas del universo y luego se lo acota para abordar determinadas cuestiones puntuales. Hoy por hoy, se sabe que las redes neuronales no se pueden aproximar a cualquier función y que, por lo tanto, tienen una aplicación que no es universal (como se creía en sus inicios). Pero sí tiene utilidad para nuestros temas.

–Pareciera ser que las decisiones que toma uno, como ser humano, se basan en un conjunto de estímulos no infinito pero sí muy grande. Por otro lado, pareciera ser que las que toma el robot no contemplan tantas variables. ¿O sí? El sistema por el cual el robot toma decisiones, ¿es parecido al humano? ¿Tiende al humano?

–El mundo es muy complejo y uno establece modelos. Cuando uno establece un modelo, lo que hace es acotar las variables.

–Pero el proceso de toma de decisiones, ¿tiende al proceso de toma de decisiones de los humanos?

–En realidad, eso hay que verlo en el desarrollo de la historia de la robótica. Si uno tiende a ver cómo fue mejorando la capacidad de autonomía de los robots desde los orígenes hasta hoy en día, de alguna forma puede tener una visión optimista. Los robots van ganando en autonomía y eso es posible porque cuentan con una información del entorno más rica, más capacidad de sensado, más capacidad de procesamiento. Cada vez se parecen más...

–¿Por qué llama a eso “optimista”?

–Bueno, porque de alguna forma es lo que estamos buscando: que se acerque al desempeño de un animal vivo en el entorno. Por otra parte, habría que señalar que no está definido cómo toman decisiones los humanos.

–Pero tenemos ciertas intuiciones. Uno podría pensar que el proceso de toma de decisiones en humanos funciona de manera computacional (es decir, que hay determinada cantidad de variables, enorme pero finita, y que en base a esa enorme cantidad de variables se elige) o que funciona de una manera que no puede compararse con la manera computacional de tomar decisiones. Lo que a mí me intriga es si la manera de tomar decisiones de los humanos es una versión complejizada de la manera de tomar decisiones de los robots o si, más bien, es de un tipo completamente diferente.

–Uno lo que puede medir, para tratar de ser objetivo, son determinadas capacidades...

–No pido objetividad. Pido una intuición.

–Libre albedrío no se le puede atribuir a un robot.

–Pero el libre albedrío nadie sabe lo que es.

–Bueno, la capacidad de tener conciencia y de actuar en función de eso. Lo que sí se imita, para que los robots actúen de manera libre, es la aleatoriedad del mundo. Uno necesita que el robot responda a acciones al azar cada tanto para que progrese en su autonomía.


Diario Página12 7/9/2011.-


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Entrevista a Theodore Sheperd, experto canadiense en cambio climático

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por Juan Monzón Gramajo



El cambio climático y sus efectos son objetos de estudio de un amplio sector de la comunidad científica mundial. La disminución de la capa de ozono, el efecto invernadero, los gases clorocarbonados, el derretimiento de los glaciares, son algunos de los fenómenos que están siendo analizados minuciosamente por estos especialistas.

Uno de ellos, el físico Theodore Shepherd de la Universidad de Toronto, logró determinar-a partir de un modelo climático complejo- que el cambio climático alterará la circulación atmosférica, y esto provocará un cambio en la distribución de ozono dentro de la estratosfera.

El profesor Shepherd visito la Universidad Nacional del Nordeste a raíz de las colaboraciones que viene realizando con el doctor Manuel Pulido de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura. El proyecto conjunto propone el mejoramiento de los modelos climáticos a través de técnicas inversas novedosas que permitan mejorar la representación de procesos físicos en los modelos.
Estas colaboraciones se han visto plasmadas en un convenio entre la Universidad Nacional del Nordeste y la Universidad de Toronto que prevé el intercambio de científicos y estudiantes para su formación en el área de cambio climático.

El Profesor visitante es un investigador ampliamente reconocido en el área de cambio climático particularmente de aspectos ligados a la química y la dinámica estratosférica. Es Profesor e investigador en el Departamento de Física, de la Universidad de Toronto (Canadá). Actualmente es uno de los directores del SPARC-Programa Mundial de Investigación en Clima (World Research Climate Programme). El profesor Shepherd obtuvo su doctorado en física, en el Massachusetts Institute of Technology (MIT, USA) y realizó su posdoctorado en la Universidad de Cambridge (Inglaterra). Tiene más de 170 publicaciones en revistas indexadas. Ha sido editor principal de una de las revistas más prestigiosas del área, la Journal of Atmospheric Sciences. Ha sido condecorado con membresías de la American Meteorological Society y la American Geophysical Union.

Variaciones en la Capa de Ozono. “El cambio climático producirá modificaciones en los vientos y estos a su vez en la capa de ozono” explicó Shepherd. Parte de esa dinámica de vientos son ondas planetarias de sistemas de baja y alta presión que se están propagando hacia arriba, hacia la estratosfera y que al romperse producen un fenómeno que de manera vulgar se podría asemejar al efecto de una batidora.

“El desplazamiento de esas ondas que se propagan hacia arriba y producen esta mezcla no están bien entendidas. En otras palabras, se conocen los procesos de formación pero no desde el punto de vista cuantitativo” señaló el físico.

Como consecuencia de esto, se encuentra trabajando para poder entender cómo esas ondas van cambiando en ese proceso ascendente de propagación. Entender este fenómeno es trascendente, ya que explicaría los cambios que se dan en la estratosfera y sus interacciones con la capa de ozono.

Shepherd explicó las consecuencias que traerá esta disminución de la capa de Ozono. “En los trópicos es donde se producen los mayores cambios se reduce la cantidad de ozono y esto conlleva a un aumento de la radiación ultravioleta. Se espera que en el futuro se siga incrementando esa diferencia: habrá menos ozono aún y más radiación ultravioleta. Esta reducción de ozono que se está produciendo en los trópicos lleva a que allí mismo haya un exceso de radiación ultravioleta y esto afectará directamente a la piel, y ojos de las personas”.

Pero en latitudes medias lo que se espera es un fenómeno inverso, un crecimiento del ozono y por lo tanto una reducción en la radiación ultravioleta que llega a la tierra. También esto provocará efectos adversos, como la baja asimilacion de Vitamina D propia de las personas que viven en regiones con luz solar limitada.

-¿Se puede estudiar el cambio climático y desecharlo basándose en una base estadística con registros pluviométricos y de temperaturas de hasta más de 40 años atrás?.
Si en una ciudad se está estudiando la fiebre amarilla, para lo cual se analizan a 5 personas y se ve que ellas no tienen fiebre amarilla, no se puede descartar el contagio. El muestreo tiene que ser lo suficientemente significante y cubrir a una gran parte de la población para poder llegar a una conclusión sobre si hay una epidemia de fiebre amarilla o no. A los efectos de los estudios sobre cambio climático (y también sobre otros) las muestras deben ser lo suficientemente significativas para entender y explicar determinados fenómenos. Es muy difícil estudiar cambios climáticos a partir de variables como la temperatura, las precipitaciones, porque son muy “ruidosas” se confunden los cambios con el “ruido” de esas variables. Se denominan ruidosas, porque poseen alta variabilidad en distintas escalas de tiempo (diarias, mensuales, estacionales, anuales, decadales, etc). Son cambios continuos y permanentes. Cuando hay mucho ruido es muy difícil detectar si hay modificaciones a largo plazo.

Tendríamos que tener informaciones de los últimos 100-200 años para comprobar si esas variaciones ruidosas han tenido algún tipo de cambio. Es muy difícil tener semejante información. Por lo tanto hay que buscar otros métodos para estudiar el cambio climático.

-¿Cuáles son las variables más confiables para detectar cambio climático?.
La mayor parte de la comunidad científica concentrada en el problema ha encontrado numerosas evidencias de que el cambio climático está ocurriendo. En función a eso hay variables que son más confiables, por ejemplo: la temperatura de los océanos, que según las últimas mediciones está creciendo y el seguimiento de los glaciares. El derretimiento de los glaciares es algo que se esta registrando en una escala global. Hay muy pocas excepciones, cuando se promedia la media de los glaciares, queda claramente en evidencia este derretimiento como consecuencia del aumento de la temperatura.

Sin embargo hay otras variables como por ejemplo: la temperatura cerca de la superficie (la que se mide en estaciones meteorológicas) donde los cambios o tendencias que se puedan encontrar no solo se debe al aumento de emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, sino a los cambios del uso de la tierra.

El avance de la agricultura, arremetió contra los bosques naturales y esto también tiene un efecto sobre el clima.

Como conclusión: la acción de los gases con efecto invernadero, el cambio en los usos de la tierra afectan el clima por lo que se pretende entender cual es el rol que cada uno de los forzantes antropogénicos (cambios en la tierra producidos por el hombre) pueda llegar a tener en el cambio climático.

-¿En qué consiste el concepto de riesgo climático del que tanto se habla en estos momentos?
El tema del clima es algo tan importante para la población que ya no se reduce solamente al estudio científico. Participan otras áreas, como la política, la medicina y la ingeniería. Es algo que afecta a la gente y cuando esto ocurre, los actores políticos se interesan por las medidas preventivas para evitar consecuencias masivas. Pongo como ejemplo lo que sucedió con el huracán Katrina que destruyó Nueva Orleáns. En esta etapa de reconstrucción, los ingenieros deben reestablecer las defensas de la ciudad y necesitan de información climática para poder calcular la altura que deberá tener el nuevo dique. Se sabe que el nivel del mar crecerá como consecuencia del cambio climático y los ingenieros no pueden correr el riesgo de no tomar en cuenta este dato.

Aunque haya un 20 por cientos de posibilidades de que el nivel suba 1 metro, hay un 20 por ciento de riesgo de que la población sufra las consecuencias.


RevistaCyT
Revista de Divulgación Científica
Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) - Secretaría General de Ciencia y Técnica


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Preguntar lo impreguntable

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por Enrique Pinti




Hay sabios que descubren vacunas contra enfermedades que, gracias a los adelantos científicos, dejan de ser incurables para transformarse en crónicas, con tratamiento posible y eficaz. Hay otros sabios que usan su inteligencia en diversas actividades que abarcan todos los aspectos de la sabiduría humana. Pero hay otra sapiencia que sólo la da la experiencia de vida: se trata de la comúnmente llamada sabiduría popular, pero que no se limita a los lugares comunes tipo el sabio sabe por sabio, pero más sabe por viejo, a veces reemplazado por el diablo sabe por diablo etcétera. Es muy cierto que cuanto más se vive más se aprende, siempre y cuando se viva informado, atento, actualizado y con una mente lo suficientemente abierta como para entender más o menos certeramente la conducta humana. No hay universidad ni filósofos que nos puedan enseñar a vivir y a comprender la realidad que nos rodea. En efecto, seres humanos sin escuela ni formación cultural refinada actúan con un conocimiento y una intuición notable y saben resolver problemas complejos de la manera más simple y elemental mientras grandes sabiondos no terminan de entender a sus parejas, sus hijos, sus amigos, sus enemigos y a veces ni a su mascota.

Uno de nuestro errores más comunes es creer que estamos preparados para enfrentar verdades molestas y a veces agresivas o depredatorias para nuestra autoestima. Nos hacemos los fuertes y superados haciendo gala de una autocrítica que estamos lejos de poseer. Y entonces exigimos verdades acerca de cosas muy delicadas que muchas veces la gente que nos rodea no quiere decirnos. Pedir la verdad a toda costa sería una actitud correcta si luego nuestro orgullo no explotara en una catarata de insultos como en muchas ocasiones he tenido la desgracia de presenciar. El verdadero sabio no pregunta lo que puede tener una respuesta desagradable, no pone la cabeza en la guillotina ni el trasero a disposición de la patada dolorosa. Lo más sensato es esperar que los otros hablen. Nuestra inseguridad o a veces nuestro deseo insano de ser adulados nos lleva a preguntar estupideces como: ¿Me ves más delgado?, ¿qué tal me queda esta ropa o este corte de pelo? ¡decime la verdad! Y la verdad es que necesitás un talle más de lo que tenés puesto porque se te ve como un matambre mal atado y tu corte de pelo parece obra de un sádico asesino serial. ¿No es preferible si uno está tranquilo consigo mismo y sabe que ha efectuado un arriesgado cambio en su apariencia esperar la reacción espontánea del prójimo y no preguntar lo impreguntable y después contestar mal y amargarse la vida al divino botón?

Si uno observa que los otros, o sea el famoso afuera, no opina al menos en nuestra cara, ¿por qué preguntamos y preguntamos y torturamos a la gente con un ¡quiero la verdad!?

Vivir en la mentira es insano, la verdad siempre será preferible a la hipócrita aceptación, pero para querer la verdad hay que tener las agallas para soportarla, y si no estamos seguros de soportar su impacto, no deberíamos exigirla a rajatabla. Por supuesto que uno no puede estar seguro de todo en la vida y que las dudas hay que confrontarlas con aquellos que nos quieren y respetan. Y no quiero desde este lugar proclamar el elogio de la mentira, la hipocresía y la adulación interesada. Entonces, tratemos de ser sabios y aprendamos a escuchar esas verdades, discutirlas, aceptarlas, rechazarlas o no darles importancia cuando brotan de gente que no nos quiere ni nos respeta y está en una vereda tan opuesta que, si somos realmente sabios, comprenderemos que nunca estaremos en la misma sintonía de vida. No todas las verdades son valiosas


Revista LaNación 9/9/2012.-



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