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viernes, 16 de noviembre de 2007

Más allá de la neutralidad analítica

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Por Diana Chorne
El interrogante por la neutralidad analítica y su más allá, pone al analista en el banquillo para interrogar desde qué lugar opera y la decisión del acto.Puntuando distintos momentos en la enseñanza de Lacan, D. Chorne llega a definir el acto como no neutro, en la medida que ubica la implicancia del analista en esa dimensión.De esta lectura se desprende el movimiento de Lacan en su enseñanza, subvertir el lugar del analista en la experiencia analitica: del lugar del Otro barrado al lugar de semblante del objeto a.

Qué es un Psicoanálisis?: no es cualquier cura,es la cura que se espera de un psicoanalista.
J. Lacan


La Posición del Analista en el Psicoanálisis Lacaniano

¿Qué neutraliza Lacan?

Lacan plantea de entrada la cuestión de la "neutralidad analítica" para diferenciar al psicoanálisis freudiano del psicoanálisis del Yo.

Al comienzo en relación al esquema "L", advierte que la posición del analista no se ubica en el eje a-a’, como propia de la relación especular sino en una relación de través entre S-A. Por lo tanto para Lacan tanto el yo del analista como el yo del paciente son concebidos como lugar de desconocimiento del deseo inconciente. Y la intervención del analista desde la contratransferencia quedaría ubicada entre a-a´.

Lacan observa que la posición del analista no se ubica ni en relación a la persona del analista, ni en el plano del proyecto o del consejo, ni de sus ideales, ni de sus fantasmas, ni de sus gustos, ni de sus prejuicios, ni de sus sentimientos, ni de las propias atribuciones de sentido. De ahí que la posición del analista frente a lo enunciado anteriormente sea "como en el bridge la del muerto". Y por lo tanto en éste plano, el analista debe cadaverizar su posición.

Lacan retoma a Freud y sostiene que la atención flotante del analista es la posición correlativa de la asociación libre del paciente y recae en los equívocos, en los síntomas, en los actos fallidos. A la vez enfatiza "el analista debe preservar su posición de no-dominio, de su necesaria imperfección..."

Miller en su clase del Seminario del 13 de diciembre del 2000 ubica los tres pilares planteados por Freud: 1) la asociación libre, 2) la interpretación del analista, 3) la neutralidad del analista, como respuesta a la asociación libre del paciente. Aquí se resume la experiencia analítica. La neutralidad del analista, es consecuencia de su posición en relación al "yo no pienso", cosa dificil de soportar. Hay aquí en Miller una referencia muy clara al Seminario de Lacan, "La Lógica del Fantasma", en dónde introduce las leyes de la dualidad de Morgan bajo la forma de una disyunción: "o yo no soy" o "yo no pienso". Y lo que agrega Miller es que hay un único fin exigible para el yo del analista que es reconocer el prestigio de un sólo amo: la muerte. Y esto para que la vida le sea más amigable.
Mas allá:
En 1972, Lacan ilumina aún más el campo de equívoco. Sostiene que los equívocos con que se inscriben los ribetes de la enunciación, se concentran en tres puntos nodales:

a) La homofonía, de la que depende la ortografía, la gramática y la lógica.
b) El Deseo del Analista y el Acto Analítico:

Si tomamos como referencia al acto analítico, el lugar del analista no es ya ni el del S ni el del Otro (ya ambos tachados): el lugar del analista es el del objeto a.

El deseo del analista se plantea en Lacan como deseo de la pura diferencia y, al mismo tiempo, limitado por no considerarse como un deseo en estado puro. El discurso analítico se ubica como envés del Discurso del Amo.

El acto analítico no se centra unicamente en la cuestión del deseo del analista sino también en la cuestión del final de análisis. En este Seminario lo plantea como producir lo incurable. En R.S.I ya es ubicado como identificación con el síntoma y el síntoma aparece como la suplencia del "no hay relación sexual".

En relación al acto se trata siempre de un acto de lenguaje. Lacan, agrega, que es imposible definirlo si no se toma como fundamento el doble bucle: la repetición, que pasa a ser concebida como repetición de goce. Un acto, un acto verdadero, tiene siempre una parte de estructura en tanto concierne a un Real, que no se da por descontado.

Si bien el acto analítico atañe al analista, es lo que estaría mas elidido y menos dilucidado para el analista mismo, quien a la vez es el que lo comete. Y Lacan se hace incluso una pregunta retórica: si tal elisión no es inherente al acto.¿Cuáles serían sus razones? Estos actos son insoportables; y lo son por sus consecuencias.

Si el acto analítico no es neutro es porque el deseo del analista está en acto y si se presenta como corte, es sólo en la medida en que la incidencia de este corte sobre la superficie topológica del sujeto ya no es la misma.

Si tomamos el cuadrángulo en el que trabaja las leyes de la dualidad de Morgan en la disyunción, ("o yo no soy" o "yo no pienso") el acto analítico se ubica a nivel del inconsciente y del síntoma y tiene la estructura de la represión, o sea del deseo. Esto quiere decir que el deseo del analista está en juego cuando se trata de un acto.

c) El Semblante y la neutralidad

Como dije anteriormente la repetición es repetición de goce y la castración no es única, es en plural: siempre hay castraciones. Lacan muestra asi, que la neutralidad del analista es un nudo triple: R.S.I. Es real incluso si es abstracto dado que la neutralidad del analista es la subversión misma del sentido, a saber esa aspiración "no hacia lo real sino por lo real".
1 J. Lacan: Los Seminarios (I, II, VII, X, XI, XIV, XV, XVIII, XXII)
2 J. Lacan: Escritos I y II: "La cosa freudiana...", "La instancia de la letra...", "Función y campo de la palabra...", "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo..."
3 J. Lacan: Escrito "El atolondradicho"

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