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martes, 16 de noviembre de 2010

Lactancia materna... no sabe, no contesta

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por Alicia Serrano



Conseguir una eficaz protección, promoción y ayuda a la lactancia natural depende, en gran medida, de la actuación del pediatra y el obstetra. Estos profesionales no suelen estar en contra de esta práctica, pero tampoco hacen nada por fomentarla. Para restablecer una cultura de lactancia en España, donde la alimentación artificial ha sido la norma durante años, hay que hacerlo con formación.



La leche materna es el alimento perfecto para los recién nacidos y niños pequeños. En España, el Gobierno, la industria farmacéutica, los obstetras y los pediatras aseguran que son conscientes de las virtudes de amamantar. Pero lo dicen con la boca pequeña...

Los índices de lactancia en España siguen por debajo de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, y en los hospitales apenas se fomenta esta práctica. Se sigue ofreciendo a los recién nacidos biberones con leche de fórmula, desoyendo las recomendaciones internacionales que aconsejan no hacerlo salvo que esté médicamente indicado. De hecho, sólo el uno por ciento de los centros sanitarios españoles está acreditado como Amigo de los niños, frente al 98 por ciento en los países nórdicos. Los profesionales de los hospitales galardonados con este título, que otorga la Iniciativa de Humanización de la Atención al Nacimiento y la Lactancia (Ihan), están preparados para prestar una atención específica durante el periodo perinatal, de manera que los cuidados dados a la madre y al recién nacido no obstaculicen la lactancia natural.

Principales escollos

El entorpecimiento a este tipo de crianza empieza incluso antes de que la madre dé a luz. En el primer nivel asistencial, por ejemplo, se suele regalar sucedáneos de leche materna y chupetes a las embarazadas.

"Los profesionales de la salud están muy condicionados por la industria farmacéutica. Mientras nuestra formación esté en manos de los laboratorios y aceptemos regalos o entreguemos a las madres muestras de leche de vaca, la lactancia seguirá estando sometida a presiones de todo tipo", explica Maite Hernández, coordinadora del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

El principal escollo para promover la lactancia natural viene de la mano de los pediatras y obstetras, sobre todo los de la vieja guardia. "Muchos consideran esta práctica de escaso interés científico, cuando no un problema de mujeres activistas, lactivistas, talibanes o que han decidido asumir un martirologio, como decía una eminente política en un periódico nacional", asegura Hernández.

Ante el desconocimiento, mayor formación. O al menos ésta es la solución que proponen la Organización Mundial de la Salud y Unicef para restablecer una cultura de la lactancia en países como España, donde la alimentación artificial ha sido considerada la norma durante varios años o incluso generaciones. "Lactar tiene efectos beneficiosos para las madres, las familias, la comunidad, el sistema sanitario y social, el medio ambiente y la sociedad en general", explica David Byrne, comisario europeo para la Salud y Protección al Consumidor.

Lo cierto es que la lactancia materna es un tema sobre el que siempre se ha pasado de puntillas en las facultades de Medicina. En algunas universidades y colegios profesionales empiezan a surgir cursos de posgrado y de formación continuada sobre este tema, especialmente para Enfermería y matronas, pero no hay nada para pediatras y ginecólogos. "La reforma de Bolonia permitiría que se organizara un máster en lactancia materna, e incluso que se incluyeran cursos sobre el tema como créditos de libre elección. Dudo de que ahora exista algo de este tipo en alguna facultad española de Medicina", dice Hernández.

Más formación

Desde hace tres años, la AEP, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) y la Ihan organizan cursos para residentes de Pediatría y Ginecología de primer y segundo año donde se hace especial hincapié en la importancia del apego y la alimentación del recién nacido. El grado de aceptación de estos cursos es altísimo e incluso hay lista de espera para el próximo año. "Las nuevas generaciones van a liderar el cambio. Son más abiertas, reconocen la importancia de la medicina basada en la evidencia y, de momento, están menos influidas por la industria", explica la coordinadora del Comité de Lactancia Materna de la AEP. También hay cursos de formación para profesionales liderados por la Ihan y por las comunidades autónomas, aunque son pocos los pediatras y ginecólogos que participan.

El objetivo de estas iniciativas es que los profesionales de salud implicados asuman como una tarea propia el cambio hacia formas de trabajo que apoyen y promuevan un inicio a la vida óptimo. "Buscamos que adopten las recomendaciones de la Ihan, respeten escrupulosamente el código de comercialización de sucedáneos, sigan los Diez pasos hacia una feliz lactancia natural, y que atiendan el parto según las últimas recomendaciones aprobadas", afirma Hernández.

Es cierto que la mayoría de los pediatras y ginecólogos no se cuestionan las bondades de lactar, pero tampoco hacen nada para promocionar esta práctica. "Estamos a favor, aunque hacemos poca fuerza con la mujer porque perdemos el contacto con ella a las 48 horas de dar a luz", explica Txantón Martínez-Astorquiza, presidente de la Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

Conseguir una eficaz protección, promoción y ayuda a la lactancia natural depende, en gran medida, de la actuación de los pediatras y ginecólogos. Mientras no reconozcan que necesitan formarse sobre lactancia, se seguirán situando en la postura de mayor riesgo para la salud de la mujer que amamanta y de su bebé: aconsejar, e incluso forzar, el abandono de la lactancia injustificadamente. "En este tema, los médicos españoles, profesionales sanitarios y gestores y políticos están muy por detrás de países como Suecia y Noruega, donde ningún profesional sanitario se deja subvencionar por la industria de sucedáneos. Allí no hay problemas con el código; casi no es necesario monitorizarlo. En ese aspecto España se parece más a los países menos desarrollados", dice la coordinadora del Comité de Lactancia Materna de la AEP.

El futuro de amamantar está pues en manos de las nuevas generaciones de pediatras y obstetras.

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Hacia una feliz lactancia natural



Hace dos décadas, la OMS y Unicef elaboraron diez pasos que deben seguir los servicios de maternidad para promover una buena lactancia natural. En España no se cumplen todos: -Disponer de una política por escrito relativa a la lactancia que conozca el personal de atención de la salud. -Capacitar al personal para poner en práctica esa política. -Informar a las embarazadas de los beneficios de lactar y cómo hacerlo. -Ayudar a iniciar la lactancia durante la media hora siguiente al parto. -Mostrar cómo dar de mamar y cómo mantener la lactancia si las madres han de separarse de sus hijos. -No dar a los recién nacidos más que leche materna, a no ser que esté médicamente indicado. -Facilitar la cohabitación de las madres y los niños durante las 24 horas del día. -Fomentar la lactancia natural cada vez que se solicite. No dar chupetes a los niños alimentados al pecho. -Fomentar grupos de apoyo y procurar que las madres se pongan en contacto con ellos.


Diario Médico 5/11/2010


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