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martes, 29 de julio de 2008

Masdar - Una ciudad ecológica en medio del desierto

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por MÓNICA G. PRIETO desde Beirut


La federación de sultanatos que nada —en sentido figurado— en petróleo, está decidida a dar lecciones de ecologismo. En cierta medida, la idea resulta paradójica dado que parte de los ingresos millonarios que le reporta la exportación de hidrocarburos ha sido invertida en proyectos tan amenazadores para el medio ambiente como pistas de patinaje o bares construidos de hielo en medio del desierto, pero el aplauso de las asociaciones ecologistas hace que haya que tomarse en serio la construcción de la primera ciudad ecológica de Oriente Próximo.

La idea es impecable: crear una municipalidad que reduzca al mínimo la emisión de CO2 y el consumo de energía, agua y tierra, que use sólo energías renovables y albergue un centro académico que sea una referencia mundial en lo que a las energías limpias se refiere.
Se trata de Masdar y cuando su construcción finalice, en principio en 2009, podrá acoger en sus seis kilómetros cuadrados a 50.000 personas comprometidas con el medio ambiente que tendrán que renunciar para siempre a utilizar el coche.

Masdar comenzó a ser levantada en 2006 en medio del desierto, a pocos kilómetros del aeropuerto de Abu Dhabi, según el diseño de la empresa británica Foster y Socios. La empresa constructora, Abu Dhabi Future Energy Company, empezó erigiendo un enorme muro destinado a minimizar el viento abrasador y las tormentas de arena propias de la región y de paso disminuir el ruido del cercano aeródromo.

La considerable inversión económica, de 22.000 millones de dólares (15.000 millones de euros), debe traducirse en una mini ciudad alimentada por completo por energía solar, donde los residentes se desplazarán en vagones sobre carriles magnéticos y las calles —todas peatonales— estarán cubiertas con paneles fotovoltáicos destinados tanto a generar sombra —imprescindible para pasear en Abu Dhabi— como a recoger energía 'verde', la única que abastecerá la villa.

El agua fluirá gracias a una planta desalinizadora también alimentada por energía solar que convertirá en potable del agua de mar. Según las estimaciones de los creadores del proyecto, dicha planta sólo requerirá un cuarto de la energía requerida para una comunidad de su tamaño, y las necesidades en cuanto a recursos acuíferos se refiere han sido disminuidas al 60%.

Los alimentos frescos provendrán de invernaderos y granjas cercanas, de forma que deban ser refrigerados lo mínimo imprescindible. Los desperdicios serán reciclados, muchos de ellos convertidos en abono para los cultivos ecológicos, y las construcciones serán edificadas al más puro estilo árabe en cuanto al sistema natural de ventilación se refiere -a base de huecos en los muros-, una tradición que aún puede verse en muchas casas de la región. Eso, al menos en teoría, sustituirá los altamente contaminantes aires acondicionados.

Pero antes que la ciudad será construido el Centro Masdar, en asociación con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), destinado a convertirse en un foro de académicos e investigadores donde desarrollar tecnologías destinadas a sacar el máximo rendimiento de las energías limpias. El pasado enero, las autoridades de Abu Dhabi ya anunciaron una inversión de 15.000 millones de dólares a cinco años para perfeccionar tecnologías que aprovechen las energías verdes, calificándolo del "más ambicioso proyecto de sostenibilidad jamás lanzado por un Gobierno".

Pese a las dudas razonables sobre el proyecto —sobre todo dado que Emiratos tiene un alto índice de emisión de carbono a la atmósfera, y por los antecedentes fallidos de proyectos similares desarrollados en EEUU y China— la idea cuenta con el apoyo de la asociación ecologista World Wildlife Fund (WWF), que confía en que una supervisión independiente del funcionamiento de Masdar garantice su fiabilidad y sobre todo su carácter intrínsecamente ecologista.

Fuente: elmundo.es 18/2/08.-

Mas información en http://www.masdaruae.com/

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