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por Leonardo Moledo
Entrevista con Diego García Lambas, astrónomo y físico.
–Usted es astrónomo.
–Astrónomo y físico.
–Y además, director del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental de la Universidad de Córdoba e investigador del Conicet.
–Sí.
–Cuénteme en qué trabaja.
–Trabajo en astronomía desde hace muchos años. Siempre me interesó la estructura en gran escala del universo y me atrajeron ciertos patrones geométricos que terminaban siendo determinantes en la distribución de las galaxias. Creo que todavía no terminamos de entenderlo, pero desde cuando yo empecé a trabajar hasta ahora, la astronomía avanzó un montón y yo pude avanzar con ella (lo cual, como se imaginará, me pone muy contento).
–Me imagino. No todos los días uno tiene la posibilidad de avanzar de la mano con la astronomía.
–Así es.
–¿Por qué no me describe un poco más esos patrones geométricos de los que me hablaba?
–Bueno. El universo está distribuido en galaxias...
–Uniformemente, ¿no? Lo mismo en todas direcciones.
–Digamos que uniformemente a gran escala. Pero cuando uno disminuye la escala y mira espacios relativamente chicos (digo relativamente porque siguen teniendo varios millones de años luz), la distribución de las galaxias es muy poco uniforme: hay cúmulos, hay filamentos, hay paredes, hay grandes regiones vacías. Es una distribución extremadamente irregular y caprichosa. Pero hay una textura claramente definida...
–¿Y cómo es esa textura?
–Es una mezcla de una estructura de tipo esponjosa (con huecos y paredes), pero también hay grandes concentraciones, que son los cúmulos de galaxias, hay filamentos extremadamente densos. La descripción global de una esponja es la que más se aproxima a la realidad.
–¿Y qué es lo que usted busca?
–Bueno, hay muchas maneras de definir a la estructura, empezando por las propiedades de las galaxias que la forman. Trabajo en propiedades de las galaxias, en galaxias activas, grupos, cúmulos. Uno puede buscar distintas caracterizaciones de la estructura que ayudan a entender cómo evolucionaron y se formaron. Y hay caracterizaciones matemáticas muy sencillas. Lo cual es muy sorprendente cuando uno ve que esa estructura es tan compleja.
–Bueno, cuénteme cómo es...
–Cuando uno promedia las distribuciones relativas en distancia de las galaxias, encuentra que se pueden hacer correlaciones. Las correlaciones miden excesos de galaxias a determinadas distancias, y cuando uno hace eso ve que el universo se comporta de manera regular. Por ejemplo, las galaxias tienden a tener compañeras...
–Como Andrómeda y la Vía Láctea.
–Sí, claro. Y cuando uno habla de galaxias habla de masa asociada. No están distribuidas al azar, aunque hay una textura muy difícil de describir en términos geométricos puros pero no tanto en términos estadísticos. Eso tiene que ver posiblemente con las condiciones iniciales que se dieron en el origen y que dieron lugar a la estructura. Esas condiciones iniciales se expandieron, después la gravitación las hizo cada vez más contrastadas y ahora vemos lo que vemos.
–Lo que me contaba...
–Sí. Ahora, uno mira esa estructura y lo que está viendo es un fósil del universo. Lo cual es bastante atractivo. Y le decía que es sencilla la ecuación matemática porque uno con una única función de la distancia tiene una descripción prácticamente total, porque las fluctuaciones con las cuales aumenta y disminuye la densidad tendrían un aspecto gaussiano. Eso es central, porque la gaussianidad es una de las características que tendrían los procesos cuánticos. Uno se preguntaría por qué hablamos de cuántico con esto. Bueno, porque el Big Bang hizo la expansión: las fluctuaciones cuánticas son amplificadas enormemente en nuestros modelos de expansión hasta lograr los modelos que tenemos. Hemos llegado a un paradigma para la formación de estructuras bastante razonable. Fluctuaciones iniciales gaussianas, que están puestas allí con determinada finalidad...
–¿En qué piensa cuando habla de gaussianismo?
–En que uno con un único número tiene definida toda la función. Si la función distribución responde a una gaussiana, uno con un único número (el ancho, por ejemplo) tiene toda la función. Podría no ser así, pero cuánticamente uno espera un comportamiento gaussiano. Esa sería la condición inicial. Lo increíble, o lo que parece difícil de comprender, es que si bien la gravitación junta el material...
–A ver, recapitulemos un poco...
–Recapitulemos. El proceso que forma la estructura es la expansión y la gravitación. La expansión es la que hace que no se forme un solo mamarracho, mientras que la gravitación va ordenando la materia en grumos. Lo increíble, le decía, es que no hay tanta posibilidad de crear grumos como los que observamos a partir de condiciones muy homogéneas. Y eso se predijo cuarenta años antes de que pudiera ser comprobado empíricamente con un satélite. Y, en realidad, esa amplitud de la fluctuación, que es una parte en 100 mil, es un número bastante raro.
–¿Por qué?
–Es el número que nos está diciendo por qué el universo llegó al estado en que llegó... Y lo más curioso de todo es que es un número que no tiene demasiado sustento teórico; es un número puesto en la teoría. Este temblequeo en la mano de dios puesto en la condición inicial es el que dio origen a la estructura. La pregunta es por qué temblaba así y no más. El número es experimental, no sale de la teoría. Tranquilamente podría ser otro.
–De todos modos, seguimos sabiendo bastante poco del Big Bang.
–Lo interesante es que siempre el análisis de las observaciones va marcando el rumbo. Las teorías dicen cosas, pero en última instancia gobiernan las observaciones. Por ejemplo, hay súper cúmulos enormes. Una pregunta recurrente es si esas estructuras son posibles en el paradigma científico vigente. ¿Hasta qué punto las estructuras más grandes son compatibles con el modelo? Tal vez ese sea uno de los aspectos fundamentales que tengamos que dilucidar para entender la estructura del universo.
Diario Página12 5/11/2008
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por Leonardo Moledo
Entrevista con Diego García Lambas, astrónomo y físico.
–Usted es astrónomo.
–Astrónomo y físico.
–Y además, director del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental de la Universidad de Córdoba e investigador del Conicet.
–Sí.
–Cuénteme en qué trabaja.
–Trabajo en astronomía desde hace muchos años. Siempre me interesó la estructura en gran escala del universo y me atrajeron ciertos patrones geométricos que terminaban siendo determinantes en la distribución de las galaxias. Creo que todavía no terminamos de entenderlo, pero desde cuando yo empecé a trabajar hasta ahora, la astronomía avanzó un montón y yo pude avanzar con ella (lo cual, como se imaginará, me pone muy contento).
–Me imagino. No todos los días uno tiene la posibilidad de avanzar de la mano con la astronomía.
–Así es.
–¿Por qué no me describe un poco más esos patrones geométricos de los que me hablaba?
–Bueno. El universo está distribuido en galaxias...
–Uniformemente, ¿no? Lo mismo en todas direcciones.
–Digamos que uniformemente a gran escala. Pero cuando uno disminuye la escala y mira espacios relativamente chicos (digo relativamente porque siguen teniendo varios millones de años luz), la distribución de las galaxias es muy poco uniforme: hay cúmulos, hay filamentos, hay paredes, hay grandes regiones vacías. Es una distribución extremadamente irregular y caprichosa. Pero hay una textura claramente definida...
–¿Y cómo es esa textura?
–Es una mezcla de una estructura de tipo esponjosa (con huecos y paredes), pero también hay grandes concentraciones, que son los cúmulos de galaxias, hay filamentos extremadamente densos. La descripción global de una esponja es la que más se aproxima a la realidad.
–¿Y qué es lo que usted busca?
–Bueno, hay muchas maneras de definir a la estructura, empezando por las propiedades de las galaxias que la forman. Trabajo en propiedades de las galaxias, en galaxias activas, grupos, cúmulos. Uno puede buscar distintas caracterizaciones de la estructura que ayudan a entender cómo evolucionaron y se formaron. Y hay caracterizaciones matemáticas muy sencillas. Lo cual es muy sorprendente cuando uno ve que esa estructura es tan compleja.
–Bueno, cuénteme cómo es...
–Cuando uno promedia las distribuciones relativas en distancia de las galaxias, encuentra que se pueden hacer correlaciones. Las correlaciones miden excesos de galaxias a determinadas distancias, y cuando uno hace eso ve que el universo se comporta de manera regular. Por ejemplo, las galaxias tienden a tener compañeras...
–Como Andrómeda y la Vía Láctea.
–Sí, claro. Y cuando uno habla de galaxias habla de masa asociada. No están distribuidas al azar, aunque hay una textura muy difícil de describir en términos geométricos puros pero no tanto en términos estadísticos. Eso tiene que ver posiblemente con las condiciones iniciales que se dieron en el origen y que dieron lugar a la estructura. Esas condiciones iniciales se expandieron, después la gravitación las hizo cada vez más contrastadas y ahora vemos lo que vemos.
–Lo que me contaba...
–Sí. Ahora, uno mira esa estructura y lo que está viendo es un fósil del universo. Lo cual es bastante atractivo. Y le decía que es sencilla la ecuación matemática porque uno con una única función de la distancia tiene una descripción prácticamente total, porque las fluctuaciones con las cuales aumenta y disminuye la densidad tendrían un aspecto gaussiano. Eso es central, porque la gaussianidad es una de las características que tendrían los procesos cuánticos. Uno se preguntaría por qué hablamos de cuántico con esto. Bueno, porque el Big Bang hizo la expansión: las fluctuaciones cuánticas son amplificadas enormemente en nuestros modelos de expansión hasta lograr los modelos que tenemos. Hemos llegado a un paradigma para la formación de estructuras bastante razonable. Fluctuaciones iniciales gaussianas, que están puestas allí con determinada finalidad...
–¿En qué piensa cuando habla de gaussianismo?
–En que uno con un único número tiene definida toda la función. Si la función distribución responde a una gaussiana, uno con un único número (el ancho, por ejemplo) tiene toda la función. Podría no ser así, pero cuánticamente uno espera un comportamiento gaussiano. Esa sería la condición inicial. Lo increíble, o lo que parece difícil de comprender, es que si bien la gravitación junta el material...
–A ver, recapitulemos un poco...
–Recapitulemos. El proceso que forma la estructura es la expansión y la gravitación. La expansión es la que hace que no se forme un solo mamarracho, mientras que la gravitación va ordenando la materia en grumos. Lo increíble, le decía, es que no hay tanta posibilidad de crear grumos como los que observamos a partir de condiciones muy homogéneas. Y eso se predijo cuarenta años antes de que pudiera ser comprobado empíricamente con un satélite. Y, en realidad, esa amplitud de la fluctuación, que es una parte en 100 mil, es un número bastante raro.
–¿Por qué?
–Es el número que nos está diciendo por qué el universo llegó al estado en que llegó... Y lo más curioso de todo es que es un número que no tiene demasiado sustento teórico; es un número puesto en la teoría. Este temblequeo en la mano de dios puesto en la condición inicial es el que dio origen a la estructura. La pregunta es por qué temblaba así y no más. El número es experimental, no sale de la teoría. Tranquilamente podría ser otro.
–De todos modos, seguimos sabiendo bastante poco del Big Bang.
–Lo interesante es que siempre el análisis de las observaciones va marcando el rumbo. Las teorías dicen cosas, pero en última instancia gobiernan las observaciones. Por ejemplo, hay súper cúmulos enormes. Una pregunta recurrente es si esas estructuras son posibles en el paradigma científico vigente. ¿Hasta qué punto las estructuras más grandes son compatibles con el modelo? Tal vez ese sea uno de los aspectos fundamentales que tengamos que dilucidar para entender la estructura del universo.
Diario Página12 5/11/2008
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