En el año 1999, Sun Microsystems, empresa pionera del mundo de las redes y los desarrollos para Internet, entró de lleno a competir con Microsoft en un terreno que hasta el momento no había explorado: el usuario final.
El objetivo era crear un paquete de aplicaciones de oficina totalmente gratuito para usuarios individuales, con prestaciones similares a su competidor de aquel entonces (Office 2000). Para ello adquirió la empresa StarSystems, que había sido de la desarrolladora de una suite llamada StarOffice, y la lanzó con bombos y platillos, para convertirla en la primera aplicación gratuita de calidad suficiente como para servir de reemplazo a la monopólica suite de Microsoft.
StarOffice fue lanzado en varios idiomas (incluido el español) y bajo las plataformas Windows, Linux y Solaris; y se distribuyeron millones de copias a través de Internet y de revistas especializadas.
Debido al éxito relativo del programa, Sun modificó varias veces su estrategia con respecto a StarOffice: primero anunció que el programa sería totalmente gratuito, lo cual permitiría su uso libre en las empresas. Luego liberó su código fuente, y finalmente volvió al modelo de licencia, el cual se mantiene hasta hoy en día.
Sin embargo, gracias a la liberación del código fuente, un grupo de desarrolladores se unió para crear una versión "paralela" del programa. OpenOffice.org (http://es.openoffice.org). Si bien las primeras versiones beta tenían algunos problemas, desde que alcanzó la edición 1.0 final es considerado una verdadera joya del software libre.
Por esa razón, como ahora recientemente fue lanzada la flamante versión 2.0 final, no existe actualmente otro programa del mundo freeware que sea tan merecedor de una nota principal como esta magnífica suite de aplicaciones de oficina.
¿Qué tiene de bueno?
Son muchas sus ventajas. Para empezar, reconoce el estándar XML (OpenDocument) y los formatos de archivos propietarios (MS-Office).
También puede crear archivos de documentos transportables (PDF).
Esto soluciona la barrera de la compatibilidad, ya que de nada nos serviría tener una alternativa gratuita a MS-Office, para generar documentos que luego nadie pudiera abrir.
Como segundo punto, nos encontramos con que OpenOffice.org incluye prácticamente todo lo necesario en aplicaciones de oficina: Writer, un procesador de textos y editor HTML para crear documentos dinámicos; Calc, una planilla de cálculos para analizar datos; Impress, para diseñar presentaciones cautivadoras; Draw, un módulo de dibujo vectorial para producir ilustraciones impactantes; Base, el acceso simplificado a bases de datos; y Math, un editor de fórmulas. Pero lo mejor de todo es que no cuesta nada descargarlo ni actualizarlo; no es obligatorio registrarse para poder utilizar el programa; y podemos instalarlo en todas las computadoras que queramos, ya que es completamente libre y gratuito. Como si todo esto fuera poco, tanto el programa como los diccionarios tienen su versión en español. ¿Algo más para convencerlos?
Es la única suite del mercado que puede utilizarse indistintamente bajo plataformas GNU Linux, Microsoft Windows, Apple Mac OS X o Sun Solaris, sin tener que convertir los documentos. Podemos trabajar sin inconvenientes con documentos creados por otros paquetes, ya que incorpora filtros mejorados para Microsoft Office, Lotus y WordPerfect, entre otros. Finalmente, podemos decir a su favor que OpenOffice.org se actualiza y mejora constantemente, y la cantidad de usuarios en todo el mundo está en creciente aumento (de hecho, esta nota fue escrita íntegramente con Writer).
¿Qué hay que hacer antes de usarlo?
La suite está disponible tanto para Windows como para Linux, aunque en esta nota obviamente nos concentraremos en la versión para el sistema operativo de Bill Gates. El producto se distribuye en un único paquete de instalación, desarrollado en diferentes idiomas. A través del sitio web (http://es.openoffice.org/programa/), podemos acceder a la última versión en español.
Pues bien, luego de ejecutar el archivo instalador (de unos 80 MB), se solicitará la selección de una carpeta temporal donde descomprimir su contenido (unos 250 MB).
Luego de descargar todo el contenido en la carpeta seleccionada, comienza el programa de instalación. Tras aceptar el acuerdo de licencia y definir el usuario responsable, aparecerá un asistente que nos dará a elegir entre hacer una instalación completa y una personalizada.
Como lo más probable es que no vayamos a utilizar todos los programas incluidos en la suite, nos conviene elegir la instalación personalizada y seleccionar únicamente los componentes que vayamos a emplear. Si no estamos seguros y nos sobra espacio
en el disco, no debemos dudar en hacer una instalación completa.
Lo primero que intenta hacer OpenOffice.org es asumir el manejo de los archivos comúnmente asociados a MS Office. Si queremos que esto siga siendo propiedad de la suite de Microsoft, deberemos desmarcar las tres casillas de esta ventana. Esto último es recomendable si deseamos conservar ambas suites, hasta decidir el cambio total. Si seleccionamos la opción de instalación completa, el resto del proceso será automático, y durará apenas unos minutos. Una vez instalado, se creará una carpeta en el menú Inicio, con accesos directos hacia los diferentes componentes de la suite. A esta altura, ya podemos borrar los archivos de instalación que descomprimimos anteriormente en una carpeta temporal.
Al ingresar en cualquiera de sus utilidades por primera vez, se activará la aplicación de registro para OpenOffice.org, que se puede registrar en el momento (para lo cual se accede a una planilla en la Web), hacerlo más tarde o directamente no registrarse. Como es opcional, no tiene sentido dedicarle mucha atención, sólo diremos que no demanda más que unos minutos de dedicación y puede ser muy útil para recibir información sobre actualizaciones o acceder a las ayudas online.
Luego de esto, la primera diferencia que notaremos a simple vista con respecto a la suite de Microsoft: es que cada uno de sus componentes no es un programa individual, sino que se trata de un único programa en el que se pueden abrir distintos tipos de documentos. Por esta misma razón, cada vez que elijamos la opción Archivo/Nuevo deberemos indicar, además, el tipo de documento nuevo que queremos crear.
Antes de empezar a utilizar OpenOffice.org, conviene echar un vistazo a las opciones del programa, para dejar todo funcionando de la manera que nos resulte más cómoda. A ellas se accede desde Herramientas/Opciones.
Estas se encuentran divididas en categorías, entre las que podemos destacar las siguientes:
Datos del usuario: aquí debemos ingresar nuestros datos personales, para luego poder agregarlos en nuestros documentos sin problemas. También resulta útil en el momento de hacer mailing con Writer.
Seguridad: desde aquí podemos impedir la ejecución de macros o advertir al usuario antes de su ejecución, al igual que con applets JAVA o de otro tipo. También podemos impedir el acceso a la red.
Cargar-Guardar/General: podemos hacer que con cada documento se guarde una copia de seguridad, que los documentos se guarden luego de cierto intervalo de tiempo, y definir los formatos de archivos predeterminados para cada documento. Si vamos a compartir nuestros documentos con usuarios de Office, conviene que definamos como formatos predeterminados los de aquel programa.
Publicado en Ja Teline 4/1/2007
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sábado, 1 de diciembre de 2007
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1 comentarios:
Gracias Pep, me resirvió. Obvio que baje la version mas nueva.
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