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martes, 7 de julio de 2009

Entrevista a Jesús González Cajal

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"Si las instituciones no se abren a la bioética, el paciente se sentirá solo"


El Comité de Etica Asistencial del hospital madrileño de La Princesa fue el primero en la sanidad pública que obtuvo la acreditación hace ya trece años. Su presidente, Jesús González Cajal, hace un llamamiento a las autoridades para que abran sus puertas a la bioética con el objetivo de lograr una medicina más humanizada, que es lo que piden los pacientes.


Jesús González Cajal, bioético y especialista en Psiquiatría, preside el Comité de Etica Asistencial (CEA) del Hospital de La Princesa, de Madrid. Es el comité ético más antiguo de la sanidad pública, pues fue el primero en obtener la acreditación en diciembre de 1995. Trece años después, González Cajal hace balance de la actividad y de los retos que las instituciones sanitarias aún tienen pendientes.

¿Cómo ha sido la evolución del comité?

-Al principio analizábamos casos clínicos concretos, pero luego vimos que antes había que resolver problemas de la organización sanitaria. Hemos pasado de la bioética asistencial a la institucional. A los pacientes se les decía que firmaran el consentimiento informado (CI) porque si no lo autorizaban no se les operaba, pero no se les explicaba la intervención. La gerencia decía que la presión asistencial impedía a los médicos dedicar tiempo a informar.

Si la institución no tiene mínimos éticos es grotesco intentar resolver el caso clínico concreto. Como nos preocupa, ofrecemos a la Comunidad de Madrid, que ha hecho un esfuerzo histórico con las construcción de los ocho nuevos hospitales, que medite si ha pensado hacer comités de ética y cómo los va a formar.

Nosotros hemos dedicado miles de horas a formarnos. Si un comité no está bien formado, es mejor que no exista porque puede ser objeto de manipulaciones políticas, ideologías religiosas, y te habla un católico practicante, y legalistas. Hoy en día, la bioética que no está confesionalizada está legalizada.

¿Qué falla?

-Por ejemplo, la información. Los documentos de CI aconsejados por prestigiosos juristas empiezan con "yo declaro", como en los juicios, lo que demuestra la legalización de la bioética. Los nuestros comienzan con "estimado sr. o sra".

¿Se han superado los obstáculos institucionales?

-Estamos haciendo muchos esfuerzos para que los cauces con las instituciones se abran, y aquí se ha conseguido después de trece años. Dedicar el tiempo debido a la información y estar con el paciente exige tanto que el sistema no está preparado. Nosotros hemos conseguido que en nuestro hospital no nos vean como algo que entorpece, sino como un órgano para maximizar la calidad asistencial.

¿Qué problemas encuentran los CAE para su implantación?

-Falta de tiempo de sus miembros para formarse. Además, hay que superar las reticencias de la Administración. Sólo pedimos medios y que se entienda que con la bioética la asistencia sanitaria es un nuevo estilo de relación con los pacientes. Quiero decir a mis compañeros de otros CAE que no se desanimen y que si no les ayudan que sigan solos, pues hay riesgo de que la bioética sea bloqueada por confesionales y legalistas.

¿Qué peligros hay si una institución no tiene en cuenta la bioética?

-Que el paciente se quede solo. El enfermo está muy bien atendido técnicamente, pero echa de menos el acercamiento humano. En la ultima encuesta de la Comunidad de Madrid hecha a más de 19.000 pacientes se deduce que lo que buscan es la humanización de la medicina. La clave va por ahí y somos los bioéticos los que podemos aportar mucho a la calidad asistencial.

¿El médico es más consciente de la perspectiva bioética de la asistencia?

-Mucho más, pero todavía hay un sesgo hacia la legalización. Muchos médicos confunden bioética con legalización de la asistencia. La bioética se intenta utilizar como medicina defensiva, por ejemplo con el CI. A lo mejor hay a quien le interesa que la bioética se legalice. Los médicos están asustados porque han aumentado las denuncias. Desde la Ley 41/2002, de Autonomía del Paciente, los compañeros hacen lo que dice la ley y no cogen tanto el espíritu de esta magnífica norma.

¿Ha perjudicado esta ley a la bioética?

-La ha perjudicado y la ha beneficiado. El espíritu de esa norma es bioético puro, pero una cosa es la ética y otra la ley. Los cimientos de la medicina son bioéticos.

¿Está deshumanizada la medicina?

-No me cabe la menor duda. Esta sanidad es un lujo, pero falta humanizarla. No es caridad cristiana, sino respetar la autonomía, no hacer maleficencia y velar por la justicia. Por ejemplo en el derecho a la información hay que equilibrar tres conceptos: el derecho a no saber, el encarnizamiento informativo, pues la información puede ser letal, y la verdad tolerable, es decir, informar con delicadeza, diplomacia y afecto; y eso falta en los hospitales.

¿El encarnizamiento informativo es una nueva medicina defensiva?

-Sí. Los CI asesorados por letrados tienen páginas y páginas, y los pacientes no los entienden. Al enfermo hay que darle la información que quiere y con arreglo a lo que tolere.


por Marta Esteban


Diario Médico 17/4/2009.-


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