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martes, 21 de julio de 2009

Erase una vez... la Bioética

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por Nuria Siles



¿Quién no se ha emocionado alguna vez con una película o con el relato de una experiencia vital con los que cree identificarse? El cine, la literatura, la ficción en general, contienen una carga emocional que calan más en el público que otras formas de comunicación. Por eso son unas herramientas de gran utilidad para acercar al médico a la Bioética y hacerle reflexionar sobre su quehacer cotidiano. Conscientes de ello la Gerencia del Area 5 de Atención Primaria de Madrid ha organizado unas jornadas sobre la ética profesional con cuentacuentos y proyecciones de películas.



Les voy a contar un cuento: Erase una vez un médico que trataba a un hombre gravemente enfermo. El facultativo era una eminencia, el mejor profesional que nadie pudiera tener, pero lo suyo no eran las habilidades sociales. Le habían enseñado a curar, a salvar vidas, no a cuidar a los enfermos, ni a escucharlos o acompañarlos en el dolor. Escudado en sus amplios conocimientos científicos, era incapaz de ver que más allá de la patología había una persona que sufría, que tenía miedo, que se sentía solo...

No escatimaba esfuerzos hasta dar con el diagnóstico correcto y ofrecer el tratamiento más adecuado, pero cuando la enfermedad no tenía curación se retiraba, se sentía impotente, se frustraba al comprobar que ya no podía hacer nada más, pero ¿realmente no había nada más que pudiera hacer?

Las narraciones -como señala Beatriz Ogando, médico de familia y máster en Bioética por la Universidad Complutense de Madrid"nos hacen sensibles a aspectos de la realidad desconocidos o que han pasado desapercibidos y nos muestran la pluralidad de posibilidades de la realidad vivida por los otros en la que, a pesar de las diferencias, somos capaces de reconocernos". Ogando sabe bien de lo que habla. Está haciendo una tesis que lleva por título El Cine como Herramienta Docente en Etica y Tanatología y conoce a la perfección el potencial de la ética narrativa.

Empatía y respeto

A su juicio, las narraciones ayudan a desarrollar la capacidad de empatía y pueden servir "para encontrar nuevas formas de interaccionar con los pacientes, aprender a respetar su autonomía, pensar críticamente y romper algunos estereotipos".

La última vez que pudo comprobar el efecto que un relato o un cuento tiene sobre los médicos y enfermeros fue en la jornada sobre ética profesional organizada por la Gerencia del Area 5 de la Dirección General de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. En ella proyectó fragmentos de la película francesa Las confesiones del Dr. Sachs que cuenta la historia de un médico rural y le sirvió para analizar detalles sobre todo de comunicación no verbal (gestos, sonrisas, miradas...) que influyen en la percepción que el enfermo tiene del facultativo y en su relación con él. Además, analizó la ética normativa aportando varios textos con una importante carga emocional.

"Hubo gente que me dijo que se lo había hecho pasar mal. Incluso alguno soltó una lágrima. El poder de la ética narrativa es remover, despertar o actualizar emociones y eso es un tema que los profesionales no estamos muy acostumbrados a tratar. Si yo leo un trozo de un libro de texto, por ejemplo, el Harrison, no encontraré ninguna emoción; sin embargo, en la literatura y en el cine de lo que se trata es de emocionar. La ética narrativa no aporta conocimientos científico-técnicos sino el plano humano, de sufrimiento, de vulnerabilidad. Si lees un fragmento de alguien que está contando en primera persona su vivencia del dolor, de la enfermedad o del miedo ante la muerte, te emociona. Uno de los textos que usé hablaba de la muerte de un padre y a muchos asistentes les recordó al fallecimiento del suyo".

Silvia Rodríguez, enfermera del centro de Salud de Algete, que acudió como asistente a la jornada, reconoce que hubo momentos en los que se emocionó. Su experiencia, tras participar en los talleres de cuentacuentos, películas y representación de escenas reales de la actividad asistencial, "ha sido muy positiva. He aprendido y me ha hecho reflexionar". Una opinión que comparte Olga Monedo, médico de familia del mismo centro, que considera que le servirá para llevar mejor su consulta.

Antonio Moya, médico de familia del Centro de Salud de Tres Cantos y presidente del Comité de Etica Asistencial de la Gerencia del Area 5, destaca la importancia de recuperar la narrativa "para que nos ayude a pensar. Uno de los talleres que se realizó fue un cuentacuentos basado en el texto Pacto de Sangre, de Mario Benedetti, que nos permitió reflexionar sobre el cuidado. En nuestra sociedad cada vez va a haber más personas mayores y tenemos que introducir el cuidado en el día a día. Es algo que la Enfermería ha tenido claro desde siempre, pero a los médicos se nos ha educado en el curar, no en el cuidar". Según el facultativo, llega un momento, sobre todo con personas mayores o con terminales, en el que la curación no existe y hay que utilizar otros recursos que tienen más que ver con las emociones, con la escucha y la empatía.
Moya hace una llamada de atención para recuperar valores que con la rutina diaria han ido perdiendo fuerza. "Se nos olvida que las pers0nas son mucho más importantes que las enfermedades.

En este sentido lo que intenta la Bioética es humanizar la asistencia sanitaria". Además, destaca la importancia de la confidencialidad y recuerda que en un role play que se hizo en la jornada quedó claro que hay momentos, como por ejemplo, los descansos para tomar café, en los que "los médicos nos relajamos y somos poco discretos".

Como verse en un espejo

Monedo confiesa que se vio reflejada en muchas de las situaciones que se contaron, representaron o se proyectaron. "Es como si te pusieran un espejo. Se reproduce el día a día de la consulta y te das cuenta de que te puede pasar a ti. Me ha gustado bastante porque queda mucho espacio para pensar sobre cosas pequeñas en las que no te paras a reflexionar. Lo que se me quedó grabado es la importancia de no juzgar nunca al paciente, sus opciones son válidas y hay que respetarlas".


DiarioMédico.com 4/5/2009.-


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