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martes, 14 de agosto de 2012

Ruido y silencio en las nuevas tecnologías de la información

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por Guillermo Alberto Cuadrado es Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad .Nacional de Cuyo y
Juan Ernesto Calderón Jefe de Trabajos Prácticos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo



Introducción

Es conocido que el ruido y el silencio son fenómenos in¬herentes a los procesos de comunicación. Sin embargo, en la actualidad y como consecuencia de la irrupción masiva de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (tics), se presentan con manifestaciones que despiertan el interés de la filosofía, porque influyen en el modo de ser, conocer y actuar de las personas. En todo lenguaje, natural o artificial, existen re¬glas para que los mensajes preserven la información que poseen. Esta última es un objeto relacional emergente que se constitu¬ye cuando los vínculos entre sujetos, conocimientos y medios son los adecuados, pero cuando la adecuación no existe surge el ruido o el silencio. Así, por ejemplo, en todo lenguaje natural existen fenómenos de sinonimia y homonimia, regulados por reglas que deben conocer los hablantes en su roles alternantes de remitentes y destinatarios de mensajes.
La sinonimia favorece las posibilidades expresivas usando palabras distintas para el mismo objeto. En este caso el hablan¬te debe conocer las instancias de substitución que generan ex¬presiones equivalentes. En cambio la homonimia, atiende a la economía del lenguaje usando la misma palabra para nombrar objetos diferentes. Luego el hablante, teniendo en consideración el contexto debe seleccionar el referente adecuado representado por el homónimo. Se puede advertir entonces que, si existen hablantes que desconocen las reglas de substitución de la si¬nonimia o de asignación de la homonimia, se generaran ruidos o silencios en sus procesos de comunicación. El ruido aparece cuando se recupera más información de la que se buscaba, en ese sentido la homonimia tiene a producir este fenómeno, mien¬tras que el silencio se da cuando no se encuentra la información buscada, a pesar de que dicha información efectivamente exis¬te, eso generalmente ocurre cuando se busca un referente sin considerar sus sinónimos. Sin embargo, a pesar de que ambos problemas siempre han estado presentes, cobran mayor relevan¬cia en el contexto de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, por lo menos así lo atestiguan las experiencias de recuperación de información en las redes informáticas de co¬bertura amplia, como es el caso de Internet.
El objetivo del presente trabajo es mostrar como intervienen las propiedades y operaciones propias de la información que fundamentan los mecanismos de las nuevas tecnologías infor¬matizadas y examinar los efectos en los fenómenos de ruido y silencio que surgen de éstas. Para sistematizar el estudio se han considerado las dimensiones sintáctica, semántica y pragmática de la información y las operaciones inherentes de ésta. A fin de alcanzar este propósito este trabajo se divide en tres partes: aproximación de concepto de información; nuevas tecnologías de tratamiento de la información y su influencia, y problemas y soluciones de los problemas del silencio y el ruido en el ámbito de las nuevas tecnologías.

1. Qué es la Información

“La información es sólo aquello que se entiende”, con esta afirmación de von Weizsacker, Küppers1 subraya el hecho ge¬neral que sólo cuando existe un remitente y un destinatario se puede hablar de la información. Además, señala que ésta sola¬mente puede comunicarse en forma acústica, óptica, o de otras formas y está representada por unidades elementales o símbolos (caracteres, letras, ...) cuyo reconocimiento surge de un acuerdo semántico convenido entre el remitente y el destinatario. Los símbolos constituyen dos niveles semánticos: aislados forman el microestado y combinados el macroestado. Y, desde luego, la información no es absoluta, sólo existe en referencia a esos dos niveles, que presuponen estructuras de comunicación, necesa¬rias y comunes, sin las cuales no es posible un intercambio sig¬nificativo de información que permita el entendimiento mutuo. Küppers sostiene que la información posee tres dimensiones: a) la sintáctica que comprende relaciones entre los caracteres individuales; b) la semántica, que relaciona caracteres indivi¬duales entre sí y lo que ellos significan y; c) la pragmática, que relaciona caracteres individuales entre sí, lo que ellos significan y las acciones que implican para el remitente y el destinatario. Con este punto de vista, el aspecto pragmático de la información contiene una parte semántica y éste a su vez una parte sintácti¬ca. A la inversa, la información sintáctica no tiene sentido si el destinatario no está en la posesión de la semántica, la que es im¬pensable sin la pragmática, porque el reconocimiento de la se¬mántica como tal debe causar alguna reacción en el destinatario. Sin embargo la resolución del concepto de información en las dimensiones sintáctica, semántica y pragmática sólo se justifica en beneficio de una representación simple de ésta.
Floridi2, en cambio, sostiene que la información es un fe¬nómeno polimorfo y un concepto polisemántico, según sean el nivel de la abstracción adoptado y las restricciones y propósitos que orientan una teoría. También sostiene que no hay que espe¬rar que un solo concepto de información explique las numero¬sas aplicaciones posibles de este campo general. Mientras que Langefors, información es algún mensaje o tipo de conocimien¬to utilizado para decidir o actuar y la distingue del dato cuando éste es entendido como uno o más términos representados por un conjunto finito de símbolos, que pueden ser dígitos decima¬les o letras alfabéticas o señales eléctricas binarias (represen¬tación digital).3 En similar acepción, el diccionario de la Real Academia Española indica que ‘dato’ proviene del latín datum con el significado de “lo que se da”, “hecho” y que por ello es el material original de la información. Los datos se representan por símbolos y sólo son información en sentido limitado. Otra acepción4 sostiene que los datos son “fracturas en la tela del ser”, es decir, carencias de uniformidad o singularidades que se producen en la realidad. Estos son proto-epistémicos dado que existen antes de su interpretación y constituyen el vínculo que tiene la información con el mundo externo distinto de ella mis¬ma. En una posición aproximada, Sanders sostiene que informa¬ción es un conjunto de datos arreglados y ordenados en forma útil, es el conocimiento relevante producido como resultado del procesamiento de datos y adquirido por la gente para realzar el entendimiento y cumplir con propósitos específicos.5 En este caso la información se representa con datos y es una condición que precede a toda acción, incluida la de decidir.
Por otra parte, para Masuda existe información cognosciti¬va cuando un sujeto recibe estímulos de un objeto y responde con una acción para obtener algún tipo de valor de uso. Esto supone que existe una proyección hacia el futuro que selecciona las acciones en forma lógica. Si además se admite la existencia de fines, esta definición puede utilizarse para la detectar, prever y conseguir objetivos. Cuando la información cognoscitiva es utilizada para desarrollar un trabajo efectivo, orientado a la pro¬ducción, que requiere cierto grado de pericia, este autor la deno¬mina tecnología, en cambio la considera conocimiento cuando la comprensión de las relaciones causa-efecto de un fenómeno particular que ocurre en el ambiente exterior, se abstraen y ge¬neralizan.6 Lo que significa, a juicio de los autores, que la exis¬tencia de conocimiento, según Masuda, depende de un proceso de teorización.
Por otra parte, la teoría de la información de Shannon mues¬tra que es útil medir la cantidad de información de un mensaje por el número de símbolos requeridos para expresar un acon¬tecimiento del modo más corto posible. Cuando se conside¬ra un hecho (f), la información de éste (I(f)) es inversamente proporcional a su probabilidad (pf) de ocurrencia [I(f) = -log(pf )].7 Esta ecuación supone como propiedades subjetivas tanto el conocimiento previo del destinatario como la probabilidad de ocurrencia del hecho, la que además es a priori, porque se trata del valor de expectativa de novedad del mensaje.
En la teoría de Shannon la información es relativa y además, significa que “lo obvio no informa”. “Que el sol saldrá mañana” no es información para nadie, pero decir que “en la región A cayó granizo y las vides se destruyeron en un treinta por cien¬to, aproximadamente” y el hecho efectivamente ocurrió, es una información relevante para las personas vinculadas con esa ac¬tividad. Mientras menos probable es la ocurrencia de un hecho, mayor es su contenido informativo, cuando éste realmente ocurre. Un mensaje con una probabilidad a priori igual a uno (pk =1) no le dice nada nuevo al destinatario.
La aparente ambigüedad que introduce la probabilidad sub¬jetiva a priori de la fórmula de Shannon, se elimina distinguien¬do entre información actual, la que el destinatario ya posee e información potencial, la que éste poseerá cuando el siguiente mensaje haya llegado. De este modo, el valor de expectativa de novedad de un mensaje, debe entenderse como información potencial, que expresa la idea de una ganancia en la información y además, establece una unión con el futuro, en el sentido que puede ser obtenida de una observación.8
A pesar de la pluralidad de significados de información es posible establecer una caracterización que permita comprender los fenómenos de ruido y silencio, en el marco de las nuevas tec¬nologías de la información y comunicación (tics). En ese senti¬do contribuye a este propósito la Teoría General de los Sistemas, cuya generalidad es tan grande que es difícil encontrar ejemplos que no puedan ser descritos por ella. Los sistemas son objetos complejos, cuyas partes están ligadas entre sí. El carácter sisté¬mico del término ‘información’ lo revelan las locuciones ‘algo es información para alguien’ o ‘la información es sólo aquello que se entiende’ ya presentada. Ambas establecen una relación sistémica entre una señal, una idea y una o más personas.
Existen tres tipos de sistemas: materiales, conceptuales y se¬mióticos. Son ejemplo de los primeros los átomos, las células y las empresas; de los segundos las proposiciones, las clasifica¬ciones y las teorías y, de los terceros las señales camineras, los textos y los diagramas. Por otra parte, los sistemas se caracteri¬zan por su composición, entorno, estructura y proceso o meca¬nismo que determinan su funcionamiento. Tienen propiedades emergentes que no existen en sus componentes individuales, por ejemplo, la vida de una célula, la energía de disociación de una molécula o el valor de verdad de una proposición. Un punto de vista adecuado a los fines de este trabajo es estudiarla como un sistema de entradas y salidas. La relación entrada-salida deter¬mina que un sistema sea: a) informado cuando recibe y no en¬trega información; b) informante cuando informa sin recibir y; c) de información cuando la recibe y entrega.9 Con estas carac¬terística y teniendo presente la localización de las decisiones o el sistema de representación de los mensajes se pueden analizar, por ejemplo, una unidad de adquisición de datos de un campo petrolero que es el sistema informante de otro sistema mayor, la consola de control de una destilería de petróleo que se com¬porta como un sistema informado para el operador, en tanto que un navegador aéreo automático se comporta como un sistema de información. En realidad, todos son sistemas de información, pero cuando se conmuta de un sistema de señales a otro surge la apariencia de sistema informado, informante o de información.
Ahora bien, considerando la información como un sistema u objeto complejo es posible caracterizar sus propiedades y las operaciones que se efectúan con ella. Hay elementos predo¬minantes que determinan sus propiedades, como los hechos u objetos, los signos que forman el mensaje, el sistema de codi¬ficación que asigna hechos u objetos a conjuntos de signos, el sujeto que interpreta la codificación y, el repertorio de acciones posibles que éste puede elegir. Por ellos los autores de este tra¬bajo, coincidiendo con Küppers, consideran que representar la información con las dimensiones sintáctica, semántica y prag¬mática es más simple. También considera que la información es una propiedad emergente del mensaje como sistema ordenado de símbolos y de sus realciones con el entorno y el destinatario. La información sintáctica tiene sentido si el destinatario conoce la semántica, la que debe causar alguna reacción sobre éste y por ello es impensable sin el conocimiento de la pragmática.
La información sintáctica es la que está representada en un mensaje expresado por un conjunto de símbolos, que reafirman la idea de que no puede haber información sin mensaje, que ne¬cesariamente requiere de un soporte material. El nivel semánti¬co implica la existencia de un macroestado y un microestado de la información. Por ejemplo, en un lenguaje escrito que contiene letras, el macroestado (M) es una secuencia lineal, una palabra por ejemplo, que a su vez, consiste de n letras. Cada uno de los modos posibles de ordenar las letras costituye el microestado (m). La cantidad de información, según Shannon, depende de la relación a priori de dos niveles semánticos entre los siguien¬tes cuatro posibles: formas geométricas (G), letras (L), palabras (W) y oraciones (S). De este modo un macroestado en el nivel (S oraciones) tiene microestados en los niveles (W palabras), (L, letras), y (G formas geométricas). A la inversa, con relación al nivel (G formas geométricas), hay macroestados en los niveles (L, letras), (W palabras), y (S oraciones). Sólo el conocimiento pleno del microestado redunda en un mayor conocimiento de la información potencial contenida en el macroestado.10
El aspecto pragmático de la información se manifiesta cuan¬do un acontecimiento o un mensaje cambian al destinatario o en su estructura cognitiva o induce en él buena disposición para realizar alguna acción dirigida a un objetivo. Las principales componentes del aspecto pragmático de la información son no¬vedad y confirmación. Existe novedad cuando un acontecimien¬to particular se le presenta al destinatario por primera vez y le produce sorpresa. Esto significa que novedad e información, de acuerdo con la Teoría de Shannon, son dos aspectos equivalen¬tes del mensaje que quedan cuantificados por su ecuación. Por otra parte existe confirmación en el mensaje, cuando éste tiene algo que no es nuevo que le asegura al destinatario que se trata de un acontecimiento significativo. Los mensajes significativos confirman la existencia de estructuras relacionales de compren¬sión en el destinatario, que por repetición y redundancia, confir¬man las estructuras semánticas de éste. La redundancia asegura la transmisión fiel de todos los símbolos del mensaje, preservan¬do la información entre remitente y destinatario cuando existe ruido en el canal de comunicación. El intercambio de informa¬ción entre ellos se produce si ambos poseen una base semántica común. Sin ese conocimiento previo el destinatario no puede identificar como un mensaje la secuencia de símbolos que reci¬be del remitente.11
Por otra parte, las operaciones que se efectúan con la infor¬mación son tres solamente: almacenamiento, procesamiento y transmisión. Estos elementos están siempre presentes pero puede haber un énfasis puesto en una de las operaciones y con este criterio se pueden clasificar objetos cotidianos o institu¬ciones sociales. Así, por ejemplo, predomina el procesamiento en calculadoras y ábacos, institutos de estadística, oficinas de impuestos, bancos, institutos de previsión social; en cambio es preponderante el almacenamiento en libros, discos, bibliotecas, museos, registros civiles y tantos otros; mientras que hay énfasis en la comunicación en teléfonos, celulares, radios, televisión, instituciones educativas y así siguiendo con una extensa lista.

2. Impacto de las nuevas tecnologías de la información

Cuando se prescinde del contenido del mensaje y se tiene en cuenta el sistema de comunicación nada más, se puede observar que éste está ideado para trasmitir cualquier selección de un re¬pertorio, por ejemplo, el timbre de una casa está diseñado para trasmitir uno de dos mensajes posibles. Si el repertorio aumenta también aumentan los mensajes disponibles, en principio todos ellos vacíos de contenido. Hay que recordar que, como señala De Saussure12, el significado de un signo es siempre arbitrario. Esto indica que la información, en cuanto interpretación del mensaje, surge de una convención entre remitente y destinatario, que co¬difica y estructura símbolos, como letras, números, figuras que luego se comunican a través de un canal cualquiera.13
Esta correspondencia entre signos y conceptos permite afir¬mar:

a) que la información es un objeto virtual y el mensaje que la representa es un objeto semió¬tico que relaciona los signos con los conceptos;
b) la condición necesaria para que la comu¬nicación es que signos, conceptos y la corres¬pondencia entre ellos, permanezcan invariantes;
c) la condición suficiente para que exista comunicación se da cuando el remitente codifica la infor¬mación en un sistema de signos, para representar un hecho o un objeto que está ausente y el destinatario toma en consideración el hecho al conocer el mensaje.

Ahora bien, para producir mensajes se necesita un lenguaje, el que consiste en un alfabeto o conjuntos de signos, una gramá¬tica o de reglas de uso y reglas de interpretación. Cada sucesión finita de signos del lenguaje se llama expresión y las reglas para su empleo (gramática) son: i) reglas de formación que indican las secuencias de signos admitidas en la construcción expresio¬nes correctas; ii) reglas de transformación que permiten sustituir algunas expresiones correctas por otras equivalentes para formar otras nuevas que también son correctas. Las reglas de interpre¬tación establecen relaciones entre los signos y sus significados, que pueden ser internos o externos al sistema.14 Estas últimas son las que van a establecer los vínculos entre el macroestado y el microestado.
En el caso de las nuevas tecnologías informatizadas, con alto grado de automatismo y autonomía, como computadoras, telé¬fonos celulares, navegadores o posicionadores, se trata de siste¬mas que integran unidades físicas de almacenamiento, procesa¬miento y transmisión y además poseen un sistema jerarquizado de lenguajes que permite la comunicación entre la máquina y el usuario. Las unidades físicas que almacenan, procesan y tras¬miten información se comunican entre sí utilizando un ‘lengua¬je de máquina’ codificado con dígitos binarios, si se siguen las recomendaciones de diseño de Von Neuman. Estos digitos de¬terminan estados internos de tensión, magnetización o lumino¬sidad de la máquina física, que materializan todos los mensajes posibles. Luego sobre el lenguaje de máquina se monta otro lenguaje llamado ‘sistema operativo’ que permite la indepen¬dencia de las particularidades físicas de la máquina y cargar en ella programas específicos de nivel semántico y pragmático que administran la máquina usando una jerarquía de niveles de len¬guajes.
El diseño de estas máquinas implementa redundancias y consistencias de modo tal de evitar el ruido en la comunicación. En ese sentido los programas (procesadores de textos, adminis¬tradores de bases de datos, graficadores y tantos otros) tienen la característica de haber gramaticalizado ciertas actividades hu¬manas, representándolas en lenguajes (software) y luego han au¬tomatizando sus reglas de transformación, para que personas con pocos conocimientos sean eficientes utilizándolos. Pero como la información potencial contenida en el macroestado proviene sólo del conocimiento pleno del microestado, luego el silencio y el ruido se introducen subrepticiamente, a través de la falta de capacitación de los usuarios. Esto es casi inevitable porque los programas están dirigidos a legos en informática, para lograrlo se automatizan las reglas de transformación y por ello el usuario sólo necesita las reglas de formación. Dicho de otro modo, éste debe saber pedir lo que desea hacer y en caso de dificultad para la tarea, puede solicitar cómo hacerlo, utilizando una ayuda que provee explicaciones y formas de uso. El hecho concreto es que los programas se utilizan en una parte muy reducida del poten¬cial que poseen, que es una forma de silencio.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación han recibido contribuciones de muchas disciplinas, pero mate¬rialmente están sostenidas por la electrónica, cuyo rápido avan¬ce ha permitido la disminución del tamaño de los equipos en forma sostenida. En consecuencia, estos equipos requieren me¬nos material de fabricación y menos energía funcionar. Esto ha permitido que se abaraten y que su uso se haya difundido en forma exponencial. La clave para comprender este fenómeno radica en dos descubrimientos que hizo la electrónica. Uno fue el descubrimiento del transistor que permitió sustituir las vál¬vulas, hecho que produjo la reducción del tamaño y de la ener¬gía consumida. El otro fue encontrar la forma de integrar varios transistores en una única pieza de silicio, denominada ‘chip’. Con ellos se construyen las memorias, los microprocesadores, los conversores de señales y toda una gama de productos para propósitos especiales. Los chips duplican la cantidad de tran¬sistores cada año medio, sin cambios notables de tamaño. Esta miniaturización es posible gracias al dominio de la materia a nivel molecular, pero también se debe al hecho de que los signos son arbitrarios y por eso su representación se puede modificar continuamente. Este abaratamiento de la tecnología trae como consecuencia su divulgación en gran parte de la población de to¬dos los países y con ello se introducen nuevas formas de ruidos y silencios en las prácticas de comunicación.

3. Prevención y producción de ruido y silencio

Cuando se respetan las reglas de formación del lenguaje usado, el mensaje es sintácticamente correcto. Por ello los len¬guajes artificiales de las tecnologías informatizadas detectan los mensajes que violan las reglas sintácticas y los eliminan en forma automática, previniendo de esta manera ruidos o silen¬cios. Por otra parte, la información es semánticamente posible cuando las propiedades asignadas a los objetos realmente les corresponden, por ejemplo en ‘El águila vuela’, la propiedad de volar le corresponde al águila. Pero puede ocurrir que el mensa¬je esté bien construido sintácticamente, pero carece de sentido, así por ejemplo en ‘La luna está triste’, estar triste es una pro¬piedad humana, que no le corresponde a los cuerpos celestes. Por último, un mensaje es información para alguien, si además es pragmáticamente pertinente. Esto significa que el contenido del mensaje interesa a un sujeto o a una entidad, porque se va a obtener algún valor de uso o se relaciona con algún propósito que tiene o trae alguna novedad sobre lo ya conocido. Luego, para que un mensaje pase a la condición de información, debe cumplir condiciones sintácticas, semánticas y pragmáticas, caso contrario habrá situaciones de ruido o de silencio según sea el caso.
Actualmente las nuevas tecnologías implementan correc¬tores sintácticos eficientes a nivel de palabras y de oraciones, pero no pueden detectar errores semánticos como los indicados y mucho menos a nivel pragmático donde el destinatario eva¬lúa la novedad, el propósito o el valor de uso. Sin embargo, es precisamente en estos dos aspectos donde la denominada ‘inte¬ligencia artificial’ realiza esfuerzos importantes con resultados que parecen ser promisorios.
La divulgación masiva de las nuevas tecnologías informati¬zadas está sostenida por el abaratamiento de la electrónica que produce la miniaturización y compactación de sus componen¬tes y además, por los avances en la explotación sistemática del espectro electromagnético. Esta divulgación soluciona ciertos problemas y genera otros. Los sistemas informáticos son segu¬ros y estables desde un punto de vista sintáctico, pero por vía de la semántica y la pragmática se introducen nuevos problemas, que se dan porque la información emergente del mensaje está en función del conocimiento del destinatario, que depende del conocimiento del lenguaje y de la idea que tiene sobre cómo funciona el mundo. Si además se tiene en cuenta que los sujetos no tienen el mismo conocimiento, se advierte que de un mis¬mo mensaje pueden surgir distintas interpretaciones. Entre los problemas semánticos y pragmáticos se destacan los vinculados con: la validez y confiabilidad de las fuentes de información; el uso del tiempo que hace el destinatario y la seguridad de los datos de éste. Importa destacar en relación con la fuente de in¬formación que su validez es la que permite que la información responda al propósito buscado, mientras que su confiabilidad es una medida de la aproximación que tienen los datos con los hechos, dicho de otro modo, mide cuanto tienen de verdad los datos.
Si se tiene en cuenta que la información se constituye de datos que se capturan de una porción de realidad, las fuentes se puede clasificar en: a) instrumentos que tienen rutinas de con¬trol y calibración para asegurar la validez y la confiabilidad; b) instituciones que adhieren a sistemas de auditoria externa para asegurar la confiabilidad de los datos, por ejemplo un Instituto de Estadísticas y Censos; c) personas cuya validez reposa en una trayectoria que le confiere la autoridad epistemológica o no, sobre el sujeto que recibe la información.
Las condiciones de validez y confiabilidad de la fuente determinan que los datos que constituyen la información serán aceptados como verdaderos. Los problemas de ruido surgen cuando se acepta como válida y confiable una fuente que no lo es. Luego datos falsos inducen a decisiones erróneas que pue¬den tener consecuencias negativas para alguien. Es el caso de las instituciones que calculan índices de pobreza o de inflación, con datos mal medidos o inventados, que luego inducen a for¬mar una idea distorsionada de la realidad o a eludir obligaciones contractuales. También es el caso de instrumentos que han pro¬vocado accidentes aéreos por que se aceptaron como verdaderas lecturas de sensores que no estaban funcionando correctamen¬te. Otra situación que sirve de ejemplo se da con los bancos y las empresas que ofrecen operar por Internet también. Existe un fraude llamado ‘phishing’ que consiste en simular la identidad del banco en otro sitio web, con el objeto de obtener números de tarjetas de crédito, contraseñas de cuentas bancarias u otros datos personales de una víctima, que luego son utilizados en su perjuicio.
Entre los problemas de ruido y silencio también hay que considerar: a) los razonamientos por analogía que pueden apa¬rentar sentido sin tenerlo generando vacíos conceptuales y b) las profecías y las promesas, porque hay que esperar el futuro para saber si son verdaderas. En estos casos, la aceptación de la información como verdadera depende de la valoración subjetiva de la fuente, de la asignación de sentido a algo que podría no tenerlo o de creencias. En esta categoría se ubican los denomi¬nados ‘hoaxes’, que son mensajes con textos alarmantes sobre catástrofes, aparición de nuevos virus informáticos, promesas de consumación de deseos si son replicados o de sanciones y calamidades en caso de no hacerlo, apelaciones a la sensibili¬dad por supuestos niños enfermos, métodos para recibir regalos de grandes compañías, mensajes de amor y esperanza, a veces mezclados con temas religiosos, chistes. Todos tienen exhortos pidiendo la replicación del mensaje y algunos además prometen premios por replicarlos y castigos por no hacerlo. Los móviles de la replicación de hoaxes son la superstición, la creencia y el agnosticismo trivial de no saber si se cree o no en el contenido del mensaje, pero frente a la amenaza, se lo replica por precau¬ción. En este caso es la condición de novedad la fuerza impulsa la replicación
Los problemas de ruido y silencio vinculados con el tiempo y la seguridad del destinatario se relacionan con el hecho de que éste, al recibir un mensaje, debe leerlo para conocer su con¬tenido y luego evaluar la condición de novedad, para saber si obtendrá algún valor de uso o si servirá a alguno de sus propósi¬tos. En los ambientes donde los mensajes son sobreabundantes, como en el correo electrónico, leerlos significa una inversión importante de tiempo. Además algunos mensajes pueden traer programas subrepticios que atentan contra la seguridad del re¬ceptor. Es el caso de los programas espías, usados para obtener información de la víctima con fines fraudulentos o los virus, que atentan contra el correcto funcionamiento de la computadora o contra la integridad de los datos, ambos están vinculados a la producción de ruido o silencio. Hay ruido cuando se introduce una corrupción en los datos del receptor o silencio cuando se destruyen sus archivos. Para evitar estos problemas se instalan filtros que son programas defensivos anti-virus y anti-espías. Pero se trata de un juego de nunca acabar, porque siempre apa¬recen nuevos virus y espías para vulnerar la seguridad de los sistemas informatizados.
Una variedad de ruido importante dentro de las nuevas tec¬nologías informatizadas son los consumidores de tiempo, que, como su nombre lo indica, gastan ese preciado recurso. Entre ellos se destacan los denominados ‘correos basura’ o ‘spam’, constituidos por los hoaxes y por los anuncios de ofertas comer¬ciales de todo tipo, incluidas las sexuales, e infundios y chistes sobre gobiernos, empresas, políticos. Los servicios de red inten¬tan detectar el mayor número posible de correos spam instalan¬do filtros, que agregan la expresión ‘[SPAM]’ en el campo de correo denominado ‘asunto’. Estos filtros analizan el mensaje teniendo en cuenta: origen, destinatarios, asunto, palabras clave en el texto, spam de días anteriores. Los virus son totalmente identificables, pero los spam no. Cuando no se los detecta se de¬nominan ‘falsos negativos’ y su efecto es el consumo del tiem¬po de lectura del destinatario, mientras busca la condición de novedad. Por otra parte, cuando un mensaje importante para el destinatario, es identificado por el sistema de filtros como spam, situación llamada ‘falso positivo’, se puede introducir un silen¬cio si el mensaje es borrado.
Por último atendiendo a la utilidad que la información tiene para el usuario o grupo de usuarios, las nuevas tecnologías de la información brindan la posibilidad de que el sistema aprenda y sepa cuáles son las preferencias y/o intereses que guían la bús¬queda de información de parte de un usuario o de un determi¬nado grupo. Así, por ejemplo, muchas bibliotecas cuentan con lo que se llama ‘perfiles de usuario’ e inclusive muchos sitios de Internet ofrecen un servicio de alertas cuando aparece algo que pueda ser de interés para el usuario. Pero los problemas de ruido y silencio persisten en las búsquedas automáticas, por ho¬monimia el primero y por fenómenos de sinonimia el segundo, mientras que en los sistemas de comunicación es inevitable la replicación de mensajes que tienden a producir la saturación de los mismos por vía del mecanismo de confirmación entre usua¬rios que envían hoaxes para pretender que están comunicados aunque no tengan un contenido que trasmitir.

4. Conclusión

Las nuevas tecnologías han creado la dimensión cuasi-ins¬tantánea del procesamiento, la memorización y la transmisión de la información, permitiendo extender la presencia humana disolviendo el espacio geográfico y acelerando los tiempos de búsqueda de información. Sin embargo, junto con lo anterior, se han acrecentado los problemas de silencio y ruido. Frente a estos, las nuevas tecnologías han desarrollado estrategias que a la vez que reducen algunos problemas, generan otros, ambos tienen su fundamento en la semiótica y el la epistemología. Reconocer este fundamento nos brinda un acercamiento más profundo a las soluciones de los problemas de ruido y silencio que plantean las nuevas tecnologías de la información. Las con¬diciones semánticas y pragmática que debe cumplir un mensaje para transformarse en información, discutidas en este trabajo, muestran el aspecto subjetivo de ésta y permite descubrir por qué una información puede tomarse como verdadera sin serlo y prever sus consecuencias, lo que permite analizar aspectos de la seguridad de los sistemas y estudiar fenómenos sociales de la información.


NOTAS


1 Bernard Olaf Küppers. Information and the Origin of Life. Institute of Technology, Massachusetts, 1990. p. 32
2 Luciano, Floridi. Semantic Conceptions of Information. Stanford Enciclopedia of Philosophy, 2005, en web: http://plato.stanford.edu/ consulta 20/06/08
3 Borje, Langefors. Teoría de los sistemas de información. 2ª Ed. El Ateneo, Buenos Aires, 1976. p. 197
4 Luciano Floridi. Semantic Conceptions of Information….
5 Bernard Olaf Küppers. Information and the… p 34; H. Donald Sanders. Informática: presente y futuro. Mc Grow Hill, México, 1985.p.12; Raúl Saroka y Collazo Daniel. Informática para ejecutivos. Macchi, Buenos Aires, 1996. p. 8-10
6 Joneji Masuda. La Sociedad Informatizada como Sociedad Post-Industrial. Tecnos, Madrid, 1981.p. 70-74
7 Sauchelli, Victor Hugo. Principios de sistemas de comunicación. Universidad Tecnológica Nacional, Córdoba, 1983.
8 Bernard Olaf Küppers. Information and the… p 37
9 Henryk Greniewsky. Cibernética sin Matemáticas. Fondo de Cultura Económica, México, 1965.
10 Bernard Olaf Küppers. Information and the… p 41-44
11 Bernard Olaf Küppers. Information and the… p 51-53
12 Ferdinand De Saussure. Curso de lingüística general. Planeta –Agostini, Barcelona, 1994.p. 104
13 David Hawkridge. Informática en la Educación. Kapeluz, Buenos Aires, 1985. p. 23
14 Charles Morris. Fundamentos de la teoría de los signos. Paidós, Barcelona, 1994. p. 23-26; Ernesto Battistella. Introducción a la Lógica Simbólica. Universidad del Zulia, Caracas, 1973. p. 47-60


Cuadrado, Guillermo Alberto; Calderón, Juan Ernesto (2008) "Ruido y silencio en las nuevas tecnologías de la información ". En: Philosophia. Anuario de Filosofía, No. 68, P. 31-48.
Dirección URL del artículo: http://bdigital.uncu.edu.ar/3049.
Fecha de consulta del artículo: 14/08/12.

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